Capítulo 1

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Alec Jones

Dolor, eso es lo único que he sentido en los últimos días, quizás semanas o meses, el tiempo aquí pasa de forma diferente, no hay relojes, no ha ventanas por donde podamos ver la luz del sol y saber cuándo el día termina.

No sé cómo llegue hasta aquí, tengo esa gran incógnita desde que desperté. No me dejan hablar con nadie, no dirigen la palabra ellos a mí, solo entran a la habitación cuando quieren y me inyectan una especie de tranquilizante que me deja inconsciente por tiempo indefinido.

No sé nada de mis amigos, a pesar de posiblemente tener varias semanas encerrado sigo sin saber que ocurre. Tengo una pequeña idea, solo complementada con varios recuerdos incompletos.

Miro las marcas de inyecciones en mis brazos pálidos, nunca fui una persona con mucha pigmentación en la piel, pero aun así todo empeoro cuando me trajeron aquí, me siento enfermo desde entonces. En todo momento tengo sueño y es casi imposible dormir, cuando lo intento un incesable ruido sale de las paredes haciendo imposible la acción.

Parte del dolor se concentra en mi cabeza, duele todo el tiempo, en momentos se torna tan intenso que pienso que mi cabeza explotara, suena exagerado pero se siente peor.

Mis manos tiemblan y siento escalofríos, les rogué por una manta o cualquier cosa para cubrirme pero no me facilitan nada, solo estoy vestido por un bóxer negro muy pequeño y una camiseta gris.

Miro la cámara con molestia, me pregunto cuanto tiempo me tomara volverme loco, tal vez este loco y no lo sepa.

La puerta se abre y ponen dentro de la habitación una bandeja con un sándwich de jamón y queso, un vaso de jugo de naranja y una manzana, es una de mis tres comidas, casi siempre es lo mismo, eso dificulta saber cuándo llevo aquí, al estar inconsciente y despertar siempre tengo la duda de si es la cena o el desayuno.

Me levanto de inmediato y tomo el sándwich comiéndolo en cuestión de segundos, bebo el jugo para poder digerir el sándwich. Me comienzo a comer la manzana mientras veo fijamente la cámara.

Veo fijamente a la cámara todos los días, me pregunto quienes hacen esto, tengo mis sospechas, pero, me niego a creer que sean ellos. Aunque tengo algo seguro y es que matare de la forma más cruel a la persona que resulte ser responsable de esto.

La puerta se abre despacio, por ella entra un guardia con un traje azul que le cubre cada centímetro de piel, excepto los ojos color miel que he visto en distintas ocasiones.

Se acerca hasta donde mí y me esposa los brazos en la espalda como si fuera un recluso, tomo uno de mis brazos y prácticamente me arrastra a fuera de la habitación donde me encontraba, en la parte de afuera habían dos guardias más, ambos tenían pistolas eléctricas.

Me tomaron de ambos brazos y me arrastraron por el pasillo, al girar a la izquierda habían muchas escaleras que subían a diferentes plantas, caminamos por las escaleras por unos cinco minutos hasta que sin previo aviso uno de los guardias abrió una puerta y me lanzo dentro, es un baño, no recuerdo haber tomado una ducha desde que me trajeron a este lugar.

Se acercan sacando unas tijeras, cortan los bóxer y la camiseta dejándome completamente desnudo, siento un gran escalofrió que se esparce por mi cuerpo haciendo que los pelos de la piel se me ericen.

Me liberan una mano las esposas y luego me esposan la otra mano un poste de metal.

Se acercan a paso apresurado a una manguera que está en la esquina de la habitación, la toman y apuntan en mi dirección, al abrirla el agua que sale de ella es tan fría que parece sacada del refrigerador, está casi congelada.

ADELE {Libro II  y III} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora