efecto mariposa

Capitulo uno

Me encuentro rodeada de árboles y flores, rosas, amarillas y ¿verdes? Que raro, allá donde mire veo naturaleza aspiro con fuerza que paz.

Veo a lo lejos algo, no estoy segura, pero, alcanzo ver algo o más bien alguien. Comienzo a caminar, la figura de una mujer hace que me detenga, tiene el cabello muy pero que muy largo pelirroja, el rostro es angelical. Poco a poco me voy acercando, siento gotas de agua caer en mi rostro, ¿Cuándo comenzó a llover? No estoy entendiendo nada aturdida sigo él misterioso camino.

Me detengo por un momento y miro al cielo está completamente negro al volver la vista hacia debajo de nuevo ya no están los árboles ni las flores con ese brillo y de color extraño, todo mi entorno se ha oscurecido, plantas muertas, arboles carentes de vida.

Busco con la mirada la mujer de antes, no está sin embargo veo a una niña, me voy acercando conforme lo hago escucho un llanto, cada paso que doy se siente su lamento mas fuerte siento su dolor, ¿Qué está pasando? Sigo mi camino aturdida por la situación, casi estoy cerca de la chica, desesperada por ver su rostro agilizo la caminata por la oscuridad.

De pronto escucho como me llaman "Leah" así varias veces busco quien es, no veo a nadie, "Leah" de nuevo esta aún más cerca que antes. Necesito ver el rostro de esa niña me digo continuo andando...

—¡LEAH JONES DESPIERTA AHORA MISMO! .

Me sobre salto al abrir los ojos de par en par veo a mi mejor amiga descojonándose yo en cambio noto gotas de sudor caer sobre mi frente, volví a soñar lo mismo nunca alcanzo ver el rostro de la chica su llanto me atormenta. Desde que mi abuela enfermo ese sueño se repite una y otra vez, a que se debe no lo tengo claro, quizá sea que ando algo preocupada y estresada, será una forma de mi mente advertirme de alguna manera.

—Charlotte Smith eres una idiota, un día me vas a matar del susto, ¿Qué quieres ahora?,¿el mundo se acaba? O no espera ¿será que empezaron las rebajas?, pongo los ojos en blanco mientras me vuelvo a tapar con las sábanas.-. escucho como resopla y pasos alejándose, salió del cuarto Leah uno Charlotte cero, sonrió ante un pensamiento tan tonto.

— Bien son las nueve de la mañana, tus clases empiezan a las 10;30 me imagino que quieres ducharte y obviamente desayunar, teniendo en cuenta que es el primer día de clase no quieres llegar tarde ¿no?, si eso pensaba yo también, dicho esto voy a salir ya tengo que pasar antes por la cafetería quede con alguien para recoger unos apuntes.

La veo salir por la puerta antes de irse le digo un te quiero la escucho reír, por lo menos no esta enfadada, me comporte como una capulla. Retiro lo de Leah uno Charlotte cero, sin duda algún marco ella, va con ventaja.

Cojo mi teléfono bien son las nueve y cuarto voy un poco justa, la universidad me pilla un pelín lejos del piso que compartimos Charlotte y yo, aún nos queda una habitación libre no tenemos claro que hacer con ella si alquilarla o dejarla así para cuando vengan amigos, el dinero siempre hace falta. A duras penas me dispongo hacia el armario, lo miro por encima. Es obvio que necesito ordenar con urgencia, parece un vertedero. Busco que ponerme no encuentro nada que me convenza.

Una eternidad después me he decidido por vaqueros negros anchos por abajo y de arriba top negro también, cualquiera diría que voy de luto. Voy hasta el baño, quito las prendas de ropa y rápidamente me introduzco en la ducha, quema pero me da igual me gusta sentir el picor por el exceso de calor y ver como la piel coge un tono rojizo. Tras media hora ya estoy lista son casi las diez debo salir ya, cojo una manzana y el café, Charlotte siempre es demasiado buena conmigo diría que no la merezco.

Fue una mañana realmente larga, los profesores no tienen piedad es el primer día de clases, en mi segundo año si pero eso da absolutamente igual, mandaron un par de trabajos tienen que estar hechos en un plazo de dos meses, supongamos que tengo tiempo aún para relajarme, por ahora un par de días, ya estaré agobiada después. Decidí optar por la carrera de Economía, no es fácil y tampoco estoy segura de que sea lo que ansió hacer lo que me quede de vida, al decidir con prisas y tan joven es lo que tiene. No es momento para lamentaciones.