Douma vio a Kotoha abrir sus brillantes ojos verdes, se hallaban enrojecidos por el llanto de hace unas horas. Notó como su rostro se tranformó en uno de confusión, su expresión dulce y hermosa demostraba el miedo del cual aquel demonio era culpable.
—No tienes porque temer —declara con una sonrisa acercándose al borde de la cama.
Por instinto Kotoha cerró sus ojos con fuerza, los frenéticos latidos de su corazón le hacen saber que está viva, pero ¿por cuánto tiempo? se pregunta una y otra vez en el único lugar que es seguro "sus pensamientos". Los ojitos de su bebé llegan a sus recuerdos aumentando su miedo, su cuerpo llegando a temblar, ¿qué había hecho, realmente estaba tan desesperada para lanzar a su hijo a la muerte?
—Mi bebé —balbucea entre sollozos.
Douma se acerca para sentarse sobre la cama y tomar su mano, sonríe alegre al no ser rechazado.
—Dudo que permanezca con vida —comparte su opinión mientras que con su índice limpia las lágrimas que no dejan de salir —, pero no te preocupes, conmigo finalmente podrás ser feliz, haré que todos tus problemas desaparezcan, después de todo soy un dios ¿recuerdas? —pregunta orgulloso sujetándole el rostro con delicadeza, desea que las joyas brillantes de sus ojos le miren con el mismo brillo con que veía al bebé.
—Tú no eres más que un demonio —gruñe alejándose al otro extremo de la cama —. Un demonio que finge ser amable para obtener una comida segura; asesinas a quienes vienen a tu templo y no sientes remordimiento —reclama recordando los cadáveres que Douma devoraba en las sombras de una habitación, no puede evitar sentir las náuseas que el amargo recuerdo provoca —. Ahora estoy bajo tu merced, sin la posibilidad de ver a mi hijo crecer, ¿qué esperas para comerme? —pregunta queriendo enfrentarlo y controlar su miedo, pero el hilo de voz con el cual pronunció sus palabras no engaña al demonio que la mira con fascinación, preguntándose cuanto tardará en doblegarse.
—No pienso comerte, nunca lo hice —confiesa caminado sobre sus rodillas hasta quedar frente a Kotoha —. Permanecerás a mi lado y serás mi pareja —su voz se oye exigente, sin rastro de pregunta —. Mis aprendices sentirán envidia de ti —comenta dejando escapar una risa traviesa.
—Envidia —repite en burla —. No dudaré en decirle la verdad a todo aquel que pise este maldito templo.
—No lo harás y si lo haces me encargaré de buscar a tu hijo y asegurarme de que haya muerto —amenaza sin dejar de lado su sonrisa.
La esperanza de que su hijo aún respira está sembrada en el fondo de su corazón, no quiere ser imprudente y que sus acciones afecten la posible vida de su hijo, pero eso significa sacrificar la vida de mujeres inocentes. Se siente acorralada entre lo que es correcto y el deseo de proteger a su más grande amor.
Douma mira complacido el rostro de Kotoha lleno de dudas, sabe que aquella joven mujer cae lentamente en su red, ya es capaz de imaginar su futuro juntos.
—Descansa, novia mía —pide con voz amable —. Vendré por ti luego para comenzar nuestra nueva vida —informa acercándose con intención de besarla, pero Kotoha aparta sus labios con rapidez. Douma sonríe por su resistencia, siente ansiedad al imaginarla deseando sus besos y más.
Abandona la habitación preguntándose hasta cuando podrá resistirse.
Hola, aquí les dejo un nuevo capítulo.
Sé que tardé en continuar esta historia y confieso que no se me ocurría nada para seguir, veía sus comentarios y decía que escribiría, pero luego quedaba en blanco. Llegué a pensar que dejaría de escribir, pero un último comentario me motivo a obligarme a redactar este capítulo.
Me agradaría leer sus opiniones y críticas siempre y cuando sean respetuosos.
Disfruten la lectura.
Hasta un próximo capítulo. :)
:)
ESTÁS LEYENDO
Capricho
ФанфикKotoha vio los cadáveres junto a Douma, sin pedir explicación corrió sin dirección. Encomendó a los dioses la vida de su hijo tras haberlo lanzado al agua, estaba dispuesta a recibir la muerte, sabía bien que no podría escapar, pero Douma no planeab...