𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧𝐞𝐬 © [PAUSADA]

Capítulo 6

Después de la extraña charla con la directora, mandó a una chica Rasend a que me llevara a mi dormitorio.

La observé mientras caminabamos, parecía mirarme sobre sus hombros con prejuicio, clavando sus perfectos y claros ojos azules en las imperfecciones de mi apariencia. Llevaba el pelo de un castaño oscuro y con reflejos fríos recogido en un moño en la parte superior de su cabeza y por debajo sobresalía su cabellera brillante suelta.

No tenía una sola imperfección en la cara, ningún tipo de grano, ni marca ni rojez. Llevaba las cejas perfectamente depiladas y sus largas pestañas con un poco de rímel. Sus labios, finos y perfectos, estaban decorados con un gloss brillante transparente que no le aportaba ningún color, pues el natural rosado ya le sentaba perfecto.

Portaba un uniforme peculiar, llevaba una camisa blanca con adornos verdes, al igual que su falda corta, referente al color de la distinción Rasend, color asociado a la naturaleza y a sus poderes elementales.

Después de eso, llevaba unos zapatos de tacón muy alto junto con unas medias cortas blancas, que le hacían ver muchísimo más alta que yo.

No me dirigió la palabra en todo el camino.

Salimos del Ala C y el contraste de la impresionante y avanzada tecnología del interior del edificio comparado con la inmensa cantidad de árboles del jardín fue impresionante y hasta un respiro de aire fresco.

Pasamos junto una fuente muy bonita adornada con unas cuantas flores rosas al rededor de ella.

Intenté actuar indiferente como la chica de a mi lado lo hacía. De seguro pasaba por aquí cada día y ya no le parece ni tan impresionante ni bonita.

Llegamos a la recepción del Ala V y fue la chica de mi lado la que habló.

—Jenny esta chica no recogió sus llaves porque estaba hablando con la directora, así que si no te importa, ¿podrías dárselas?—le habló a la chica en un tono un tanto receloso.

La castaña llamada Jenny dedicó a la chica a mi lado una mirada asesina que cambió a un rostro angelical cuando me miró a mí.

—¿Cual es tu nombre?—preguntó después de haber cambiado de expresión.

—Hannah Klein—respondí escuetamente.

—Bien...—respondió antes de irse a buscar algo a unos cajones de atrás que estaban bajo llave.

La chica de mi lado y yo cruzamos miradas y cuando la castaña volvió al mostrador se le quedó mirando.

Está claro que entre esas dos pasaba algo.

—Está es tu tarjeta de identificación, con ella podrás entrar a tu habitación, solo tendrás que pasarla por una especie de escáner pequeño al lado de tu puerta, se registra cada vez que sales y entras, no solo de tu habitación, sino de cualquiera, incluida la de los chicos, así que cuidado con eso—me guiñó un ojo—. El sistema de apertura de todas las puertas de las habitaciones se bloquea a partir de las nueve de la noche, así que te recomiendo estar allí ante esa hora. Aquí mi amiga Fallon te llevará hasta tu habitación—dijo lo último con una sonrisa falsa hacia la chica de mi lado, que ahora sé que se llama Fallon.

Fallon le dedicó una mirada llena de odio y siguió recto sin siquiera confirmar que le seguía el paso. Corrí hasta ella cuando vi que se marchaba y comenzamos a subir unas inmensas escaleras blancas que nos llevaron a un pasillo en el que ponía "1er año".

Nos paramos al observar lo amplio que era, tenía sofás y un par de mesitas en medio de las dos paredes paralelas con las puertas que daban a las habitaciones, como si fuera una sala de estar para charlar entre las chicas. En verdad estaba todo hecho un caos, habían chicas riendo y saliendo de las habitaciones y otras en los sofás charlando e incluso discutiendo.