CAPITULO 10

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Estábamos sentados en mi cama me acerque a ella, estaba bastante nervioso y podía notar que ella también lo estaba pero no podíamos ir hacia atrás, ya lo habíamos acordado y los nervios no nos van a traicionar, empezamos a besarnos dulcemente, ella rodeo su brazos en mi cuello y yo la tome de la cintura, el beso se tornó más apasionado, poco a poco nos acostamos en la cama yo encima de ella, me sentía acalorado, ella estaba pasando su manos por mi espalda, acariciándola de forma lenta, empecé a bajar mis besos recorriendo su hermoso cuello, tomo mi camisa y comenzó a desabrochar poco a poco los botones, hasta que ésta quedó abierta metió sus manos en mi camisa tocando mi piel, fue la mejor sensación que me pudo haber brindado y la única respuesta que encontró mi cuerpo fue jadear, la ayude a quitarme la camisa por completo, entonces vió las cicatrices que me dejaba mi padre en el brazo derecho y la cicatriz de ayer en el brazo izquierdo, los acarició tiernamente, tomé con mis dos manos el borde de su blusa y la levante, de esta forma pude quitarla, aprecié por unos minutos su hermoso cuerpo, no es la primera vez que veo una mujer así pues Marcela se a encargado de aparecerse así en mi habitación, pero si era la primera vez que me gusta realmente lo que veo, ella se sonrojó de forma casi inmediata, trato de taparse con sus manos pero yo lo impedi tomándolas con mis manos y poniéndolas arriba de su cabeza, dirigí mis labios hacia los suyos y los uní en un beso largo, solté sus manos y deje que ella acariciaba mi torso desnudo, en la habitación solo se escuchaban nuestros jadeos y respiraciones pesadas

-Mi amor, e-eres muy hermoso- dijo acariciando mi pecho, acto seguido dio un beso a mi hombro desnudo

-Tú también eres bellísima, la mujer más hermosa que he visto en mi vida- ella dejó de acariciar mi pecho y bajó sus manos a mi pantalón el cual se sentía demasiado apretado y necesitaba una liberación

-¿Puedo?- dijo poniendo sus manos encima de la hebilla de mi cinturón, ella sabía perfectamente todas mis inseguridades y ¿Traumas? no se si describirlo así, todos gracias a los Valencia y sobretodo a Marcela, que cuando éramos unos pubertos en desarrollo, me vio mientras estaba tomando una ducha, ella tenía 16 años, yo 13, me vio de frente y pues mi miembro todavía no se desarrollaba totalmente, seguía teniendo cuerpo de niño en ese entonces, ella se encargó de decirle a sus hermanos que mi miembro era “demasiado pequeño” el chisme se expandió y eso solo provocó burlas de parte de todos mis compañeros de la escuela, pero ahora es diferente, se que ella no va a hacer lo mismo que Marcela, porque ella JAMÁS me haría daño

-Claro que puedes mi vida- empezó a desabrochar mi cinturón para después desabotonar mi pantalón y bajar el cierre, me miró esperando una respuesta mía yo solo asentí, con sus dos manos tomo mi pantalón por los costados y los bajó rápidamente y yo quite mi pantalón por completo dejándome solo en boxers, dirigí mis manos hacía su espalda y trate de desabrochar su sostén pero me pareció bastante complicado el seguro, empecé a ponerme nervioso ella lo notó y pasó sus manos por la espalda para así desabrochar su sostén y se lo quitó sonrojándose y desviando la mirada hacia otra parte

-S-son muy hermosos mi amor ¿Puedo tocarlos?- ella solo asintió, dirigí mis manos hacia sus hermosos senos y los apreté suavemente haciendo que ella jadeara de forma más pesada no se como pero sentí una gran necesidad de probarlos, fuí bajando poco a poco mis labios hasta uno de sus senos y lo bese, me sentí bastante excitado al hacer eso así que decidí subir el nivel y lamer su pezón mientras que con otra mano masajeaba su otro seno, después de unos minutos pase mis labios a su otro seno, después de mucho tiempo estar así me dijo

-M-mi amor estoy ansiosa por sentirte, no te tardes más por favor-

-Yo tampoco no aguanto más mi vida- me separe un poco de ella para bajar sus pantalones junto con su ropa interior, dejándola de esta forma completamente desnuda, la ví detenidamente parecía una diosa, su cuerpo es totalmente perfecto, tenía lunares en varias partes de su hermoso cuerpo

-¿N-no te gusta lo que ves?- dijo totalmente sonrojada

-Me encanta lo que veo, me pone loco de amor lo que veo- dije acercándome a ella y dándole un largo beso en los labios, yo simplemente ya no podía más así que con afán baje mis boxers donde por fin liberé mi miembro el cual ya estaba totalmente erecto, toque su intimidad, no estaba totalmente húmeda así que tome el lubricante puse un poco en mi palma y lo unte en su vulva y sus labios, me dio un poco de curiosidad y empecé a masturbarla 

-¡AH! m-mi amor, no más preliminares por favor- tome la caja de condones, tome un condón y me lo puse, siguiendo las instrucciones de Mario al pie de la letra

-Si te duele o algo por el estilo dime mi amor, lo que menos quiero es lastimarte- ella asintió, tomé mi miembro y lo dirigí hacia su intimidad empecé a adentrarme en ella, poco a poco y tratando de hacerlo suavemente pero aún así no pude evitar que Beatriz diera un quejido

-¿Te lastimé amor?- dije con total preocupación

-Tranquilo mi amor, estoy bien es mi primera vez, es normal que duela- dijo incorporándose un poco y dándome un beso en la mejilla, esperé a que se acostumbrara un poco hasta que me pidió que me moviera y fue lo que hice empecé a moverme delicadamente, después de unos minutos sentíamos que necesitábamos más y más, llegue a un punto en el que empecé a moverme de forma muy rápida, Beatriz solo me decía que no parara, que necesitaba más y más después de unos 15 minutos sentí como ella se tensó debajo de mí empezó a gemir incontrolablemente, empecé a sentirme cada vez más tenso hasta que por fin libere mi excitación, caí encima de ella, los dos estábamos totalmente sudorosos, nuestras respiraciones estaban erráticas

-Te amo- dije mientras besaba una de sus mejillas de forma delicada

-Yo también te amo- dijo pausadamente, como pude di una media vuelta y deje de estar encima de ella para estar al lado de ella, acomodo su cabeza en mi pecho y después de unos minutos me levanté y me dirigí al baño que estaba adentro de mi habitación, me deshice del condón, fuí otra vez a mi habitación me acosté al lado de ella, tomé una manta y nos cubrí a los dos, enseguida nos quedamos dormidos, abrazados, totalmente satisfechos.

Hi! Nos vemos en el otro capítulo la próxima semana, aquí está lo que se que les gusta :)

NOTAS SEPARADAS, UNA SOLA MELODÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora