CAPITULO 18

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Subimos las escaleras como pudimos ya que a cada poco nos estábamos besando entramos a mi cuarto, cerré la puerta y nos dejamos caer en la cama ya sabía lo que venía, automáticamente empecé a desnudarla y ella empezó con los botones de mi camisa después la sacó por completo, esta no era como las otras veces que habíamos hecho el amor, no, está se sentía diferente totalmente diferente ella iba besando mi pecho mientras que yo acariciaba sus hombros y todo su cuerpo en general, desabroché su sostén y empecé a lamer sus pechos ella solo jadeaba y gemía, el pantalón me apretaba demasiado necesitaba una liberación cuando iba a quitarmelos, Betty quito mi mano de encima de la hebilla de mi cinturón y empezó ella a quitarme el pantalón mientras me miraba de forma sensual con esos ojos almendra que tanto me gustan una vez mis pantalones estuvieron abajo yo me los quité por completo otra vez me puse encima de ella para poder besar sus labios, besar su cuello, sus mejillas ¡Dios mío! mi chica es hermosa, es definitivamente toda una diosa y yo tengo el privilegio de tenerla aquí, espero por mucho tiempo, le quité los pantalones, a los dos solo nos cubría la tela más íntima donde para mí esa tela cubría mi paraiso completo, cuando por fín quite su ropa interior pude ver su excitación hasta por encima de los muslos esto solo hizo que mi miembro palpitaba y apretaba cada vez más, voltee a verla y ella se sonrojo

-No me mires así me da vergüenza-

-¿Vergüenza amor? no te tienes que sentir avergonzada es natural que estés así, además a mi me encanta cuando usted se pone tan intensa señorita- di un beso en su boca ya que ella iba a protestar baje mi mano hacia su intimidad donde empecé a acariciarla con especial devoción y amor trataba de hacerlo delicadamente puesto que aunque ya habíamos hecho esto con anterioridad siempre tengo miedo de lastimarla, seguí acariciándola hasta que empecé a oír que sus jadeos se estaban convirtiendo en gemidos, ahí fue cuando recordé una película que Mario me había prestado era pornografica y ahí un chico acariciaba la intimidad de su amante con su boca, cuando le pregunté a Mario él me dijo como se hacía y por fín me atreví a hacer eso con Betty, cuando baje mi cabeza hasta su intimidad siento sus manos deteniendome

-¿Qué vas a hacer?- preguntó casi apenas en un susurro

-Quiero probarte ¿Puedo?- dije mirándola

-E-Esta bien- ví que trató de relajarse y entonces baje mi cabeza de nuevo, dirigí mis labios hasta ese lugar tan íntimo dí un pequeño beso, ví como ella dió un salto, después seguí dando más besos hasta que por fín con un poco de más confianza empecé a lamer esa parte los gemidos de ella se hicieron más fuertes hasta casi convertirse en gritos fue en ese momento cuando ví que ella llegaba a un orgasmo en el cual no paraba de moverse ni de gemir, cuando por fín estuvo relajada decidí que era hora de entrar en ella estaba por quitarme mi ropa interior, pero Betty me detuvo

-Espera- se incorporó un poco mirándome- yo también quiero probarte- dijo mientras me miraba de forma coqueta

-Amor yo no se si…-

-Shhh, no hables solo relajate, quiero darte el mismo placer- dirigió sus manos hasta el resorte del boxer metió sus dedos un poco y los bajó por completo dejando mi miembro libre, empezó a masturbarme, no era la primera vez que lo hacía la verdad se sentía muy bien yo solo sabía gemir y cerrar mis ojos, el placer que estaba recibiendo era inexplicable, hasta que por fin sentí su lengua recorriendo cada centímetro de mi piel

-Mierda, Beatriz ¿Qué me estás haciendo?- dije con la voz ronca por la excitación ella siguió lamiendo hasta que empezó a chupar la punta, yo me sentía en la gloria total era la primera vez que recibía sexo oral y que mejor que la persona que me lo está dando es el amor de mi vida, cuando ya no aguantaba más, la empuje bruscamente para que de esta forma estuviera otra vez acostada, me subí encima de ella, me protegi y fui entrando poco a poco, espere unos segundos a que Betty se acostumbrara

-Hazlo mi amor- esa fue mi señal para empezar a moverme con desesperación, después de unos minutos cambiamos de posición ella ahora estaba sobre mí, se movía erráticamente mientras yo la ayudaba poniendo mis manos sobre su cintura, empezó a moverse cada vez más rápido, nuestros sexos hacían sonidos un poco obscenos, la cama se movía y el respaldo de esta chocaba contra la pared, estábamos totalmente sudorosos con necesidad de más y más hasta que los dos llegamos al orgasmo más extraordinario de nuestras vidas haciéndonos casi gritar, ella se desplomó encima mío mientras que yo me sentía en otro planeta, en otra dimensión, no era consciente de lo que estaba pasando alrededor, cuando me recuperé un poco fuí al baño a desechar el condón, me acosté al lado de Beatriz y quedamos profundos… es gracioso mi estúpida mente pensó que este sería un gran día

Hi! La siguiente semana final de esta historia :')

NOTAS SEPARADAS, UNA SOLA MELODÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora