Mad

607 56 13
                                    

—Steve, ¿Podemos hablar? — preguntó viendo como el chico se preparaba para irse.

Habían pasado la noche juntos, pero de nuevo Steve se iba a penas se despertaba.

—Debo ir a ver a los niños, ¿No puede ser otro día?

Otro día... Ni siquiera mañana porque no solían verse dos días seguidos.

—No. Me gustaría hablar contigo, ahora. — respondió con voz firme.

Las manos de Eddie temblaban. Había pasado por el abandono de su madre y de su padre, no quería que Steve lo abandonara también.

—Okey, vamos a sentarnos.

Ambos se sentaron frente a frente en la mesa. Inevitablemente Eddie se perdió en los lindos rasgos faciales de Steve, era tan bonito...

—Vamos, Edds. No tengo mucho tiempo.

—Si, lo siento — murmuró saliendo de su trance —. Yo se que estás ocupado con el trabajo y cuidando a los niños, pero... estaba pensado que tal vez podrías pasar más tiempo conmigo.

Steve apoyo sus codos sobre la mesa y su cuerpo fue instintivamente hacia adelante.

—Eddie, no tenemos más tiempo. Yo trabajo  parte de la mañana y el resto de la tarde, y luego cuido a los niños; Tu vas a la escuela y juegas tus campañas de D&D. Nuestro horarios jamás coinciden para poder vernos más.

—Eso lo se, pero creí que tal vez podíamos vernos un poco más los fines de semana al menos — su tono de voz era débil. Estaba asustado por la reacción de Steve —. Se que cuidas mucho a los niños por todo lo que pasó con los monstruos y eso, pero no creo que ellos necesiten más protección.

Lo brazos de Steve se cruzaron por sobre la mesa, creando una barrera entre ellos.

—Eddie no voy a dejar a los niños por ti

—¡No!, Jamás podría pedirte algo así. Solamente creo que no necesitas cuidarlos tanto...

—No puedo dejar a los niños, Eddie. No sabemos en qué momento puede pasar algo. — respondió a la defensiva.

—Pero... Si, tienes razón — murmuró rendido, levantándose de la mesa —. Lo siento.

Steve noto la mueca en el rostro de Eddie y la manera en la que su labio inferior temblaba. Sin dudarlo corrió detrás del chico y lo tomó por los hombros, dándole la vuelta para que queden frente a frente.

—Eddie, amor. ¿Qué tienes?

—No lo entiendes. — murmuró dejando caer las primeras lágrimas.

Steve en ese momento sintió como si su corazón fuera un cristal que está siendo martillado una y otra vez.

—Entonces explícame. — pidió con desesperación.

—No te pido que dejes a los niños, solo quiero que tengas un poco más de tiempo para mí.

Y al ver a Eddie llorando desconsoladamente, Steve entró en razón. Lo que él estaba haciendo ya no era sano; Estaba traumatizado por todo lo que había pasado y solo actuaba en respuesta a su trauma.

—Eddie...

El pelilargo se soltó del agarre de Steve y se dirigió a su habitación. Se acurrucó en el cama por encima de las mantas y se hizo bolita, intentando ocultar los sollozos que parecían salir directamente de su pecho.

Harrington se tomó unos diez minutos para calmarse así mismo antes de poder ir a calmar a Eddie.

—Bichito — llamó sentandose junto al chico —. Ven aquí.

Eddie levantó un poco su cabeza y vio como Steve palmeaba su regazo. Casi instintivamente se dirigió a él, sentándose en sus piernas.

—Lo siento..

—No, no es tu culpa — lo acurrucó contra su pecho —. Debí pensar en ti. Todo lo que pasó me afectó muchísimo y es comprensible que esté asustado de que algo le pase a los niños, pero estar todo el tiempo con ellos solo por cuidarlos es innecesario. Lamento todo esto, prometo que pasaremos más tiempo juntos.

Eddie recostó su cabeza en el pecho de Steve y calmó lo que quedaba de su llanto.

—Te amo, 'teve.

—Y yo a ti, Bichito.

Steddie - Stranger Things Donde viven las historias. Descúbrelo ahora