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todos los jóvenes de su edad haciendo las cosas típicas; salir con sus amigos, divertirse, incluso salir a tomar aire.
pero él no podía, ¿por qué tuvo que nacer de esa manera? tal vez estaba descompuesto, algo había sucedido con él, tenía los peores pensamientos sobre sí mismo, y nadie podría cambiarlos.
¿estaba exagerando?
puede ser que sí, o puede ser que no.
su cuerpo débil, el cual se puede lastimar con el más mínimo golpe,, su corazón, tan sensible que con solo agitarse un poco podría provocarle un ataque. pues, tenía asma. así que estaba en oxigenoterapia, en realidad, tenía suerte de seguir con vida.
y aunque consideraba su vida como la peor, al menos quería intentar vivirla normalmente como los demás, por más difícil que sea.

- tae. - la voz de ten lo sacó de sus pensamientos, éste era uno de sus pocos amigos; hace más de diez años que lo conocía, y lo describe como la mejor persona que ha entrado en su triste y solitaria vida. - salgamos, quiero que tomes aire fresco... -

el más alto se sentó en la cama y negó repetidas veces con su cabeza, aunque quisiera aceptarlo, no podía;
así es su vida, todo el día encerrado en su habitación y mirando el exterior por su ventana, sus padres le habían casi prohibido toda clase de contacto con la vida que esté fuera de ésas cuatro paredes, porque era demasiado peligroso, ¿y si se lastimaba? ¿y si su corazón se agitaba? ¿y si le da uno de sus ataques de asma? nadie podía cuidarlo, era sólo una carga.
- sabes que no puedo, por favor no insistas. - forzó una sonrisa trás pronunciar esas palabras, se le hacía tan difícil hablar de ésas cosas incluso con él, quería mostrar un lado fuerte, al menos al momento de hablar.

empezó a recibir unas caricias en su espalda unos segundos después, llevando su vista al menor,, oh, lo quería tanto, ¿cómo es que éste podía soportarlo?
definitivamente es la mejor persona del mundo,, jamás le dijo algo malo o cosas similares, era tan dulce. - gracias, tennie. - luego de ésas palabras, recargó su cabeza en el hombro del pelinegro, quien sin emitir palabras, tiernamente se dejó.

- le preguntaré a tu madre, no puedes pasar todo el día aquí encerrado, sólo vas a hospitales, y eso no tiene nada de divertido. - la voz del pelinegro volvió a sonar, no estaba de acuerdo, pero no podía decirle nada, pues ya sabía lo terco que era su amigo, y una palabra suya no cambiaría sus pensamientos jamás. - tu madre no debe preocuparse demasiado, estaré contigo siempre, no te dejaré y te cuidaré, ya sabes éso. -

terminó asintiendo a esas adorables palabras, como siempre, chittaphon leechaitapornkul tenía esa habilidad que lo hacía pensar de manera positiva, estaba tan agradecido con él por absolutamente todo.

lo quería demasiado, lo amaba demasiado.

❝sensitivity❞ | taeten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora