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trás separarse un poco, momento en dónde ambos se observaron por unos segundos, con unas sonrisas en sus rostros, sólo se trataba de ellos dos, chittaphon leechaitapornkul y lee taeyong; dos jóvenes profundamente enamorados el uno con el otro, pero que apenas hace unos meses lo habían aceptado, ser correspondidos, era como una increíble fantasía, así como el pelinegro había caído bajo los hechizos de lee, y cómo el azabache se había cautivado por el paraíso que ten era.
— tennie... también te quiero. — replicó de la misma manera, pronunciando de manera suave. y nuevamente, sus labios acabaron sobre los ajenos, movió un poco sus manos, para a la vez, acariciar sus cabellos.

disfrutar de esa dulzura, de ese amor cuales los labios de su menor le transmitían, sus corazones estaban en sintonía, igual que sus respiraciones. los labios de ten eran el cielo en simples palabras, no existía otra manera en la que pudiera describirlo, de por sí, él ya era un ángel.

nuevamente se separaron, de manera suave, taeyong juntó su frente con el más bajo, riendo suavemente al unísono, todo era tan precioso, un ambiente adorable y puro, inocente, todo era tan perfecto.
— qué buena sorpresa. — el mayor fue el primero en hablar, en un volúmen bajo, no hacia falta hablar demasiado fuerte. — desde hace tres meses he querido hacer esto, pero no estaba seguro de si el deseo era mutuo... pensaba hacerlo hoy, pero te me adelantaste... — palabras tan cursis pero ciertas, las cuáles le provocaron una pequeña risa avergonzada al pelinegro.

— tae, deberíamos ir a comer algo abajo. — cómo siempre, ten molestando y diciendo cosas así, sólo era uno de sus más de muchos encantos, ignorando completamente las palabras que le había dicho porque sí, ten no sabía que responder, ¿había algo de malo en eso? era su primera vez escuchando cosas así, y se había olvidado de lo que los protagonistas decían después de un beso en las películas y series de televisión. — no lo he podido resistir más... es simple... siempre me he fijado en tus redondos y rojos labios, ¿así que querías que me siguiera aguantando? además, creía que ya era tiempo... y tú también pensabas eso. yo... también tenía miedo de que te aburras de mi si no lo hacía. — soltó una ruidosa risa, aunque esas últimas palabras no le agradaron mucho al mayor  ¿cómo se atrevía a decir eso? a veces le molestaba tanto, ¿cómo se iba a aburrir de él?

— estoy contigo desde que tenemos diez años, ¿y así dices que me voy a aburrir de ti? — trás pronunciar rápidamente esas palabras, dejó un rápido beso en la nariz del menor. — eso nunca. —

el pelinegro no pudo evitar ponerse un poco nervioso ante las palabras del mayor, palabras las cuáles ocasionaron que sus mejillas se tornaran de un tierno color carmesí. ah... lee taeyong, simplemente lo amaba demasiado.

— ya he arreglado todo, ya he buscado lugares bonitos a los cuales llevarte, pero... ¿podemos quedarnos aquí unos minutos más? —

ambos se tiraron sobre la cama, taeyong posicionó su cabeza en el pecho de ten utilizándolo como almohada y sientiendo el aroma de su perfume, ese aroma que tanto le gustaba y ya identificaba a la perfección, mientras que ten lo abrazó rodeando su cintura mientras depositaba un pequeño beso en los rubios cabellos del mayor. — estos tres meses, incluso el médico se dió cuenta de que me encuentro mucho mejor. — no, sus temas de conversación ya no se trataban de solamente el momento en el que taeyong podría dejar de existir, o de todos sus dolores físicos como mentales.
problemas al corazón a una edad temprana, ahora mismo era peligroso que su corazón latiera tan rápido, pero se sentía tan bien, era muy diferente al dolor, todo lo contrario. — ahora tengo mucha más libertad de decir lo mucho que te aprecio y lo mucho que te extraño cuando no estás aquí... de inmediato a que te ibas, me empezaba a sentir solo. — se acurrucó aún más junto al pelinegro, porque sí, tenía una cama grande para el, todo para evitar que sí giraba se cayera o algo así.

— taeyong... — le prestó más atención al menor al escuchar su nombre ser pronunciado suavemente. el rostro de ten se notaba incluso más rojo que antes. — ¿te molestaría... si te comienzo a llamar "cariño"? — oh... momento de los apodos dulces y cursis, el mayor se quedó pensando durante unos segundos aunque eso no hacía falta, terminó asintiendo con energía. pues un apodo tan lindo dirigido a él desde los labios de ten, era lo que necesitaba para hacer su relación aún más perfecta.

— para mí sería un honor ser llamado así por ti. — se sentía enternecido, el hecho de que le preguntara si es que lo podía llamar así, era un gesto verdaderamente apreciable. definitivamente, ten era lo más lindo que le pudo haber pasado en la vida. — me gustaría llamarte de una manera también, pero... estoy pensando. — el pelinegro soltó una risa, amaba la manera en la que su novio se expresaba, se sentía feliz sólo con verlo.

— cariño, besas realmente bien. — sí, justamente había dicho eso con intenciones de molestarlo, o más bien, interrumpirlo, pues en ese momento escuchó cómo taeyong se quejaba en voz baja, soltando un pequeño grito, con las mejillas completamente enrojecidas hasta las orejas. — no miento, realmente son suaves y para mí tienen la forma perfecta. — fue lo último que agregó, sintiendo después, un beso en su mejilla, de seguro iban a estar así un largo rato antes de salir y ver lo que el pelinegro había preparado.

❝sensitivity❞ | taeten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora