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así es cómo luego de unos minutos, ahí estaba ten rogándole a la señora lee, mientras taeyong miraba desde atrás, estaba ansioso, de verdad quería salir, pero su madre no se veía para nada contenta al respecto. y es que no se podía quejar, ya que tenía el cariño y el cuidado de sus padres, pero el aislarlo de todo y todos afuera ya era un poco exagerado.
— por favor, señora, ¡tae estará bien conmigo! jamás dejaría que algo le pasara, estará bien bajo mi cuidado, le hará bien salir... —

admiraba tanto a ten, nunca le dan vergüenza las cosas, o eso es lo que lograba apreciar taeyong. mientras que él, se avergonzaba de todo, recordaba perfectamente cómo el último año en el que estudió en el colegio (antes de empezar a educarse en casa) lo llamaban estorbo, que había sido un error, que nadie lo quería, que era una carga... y bueno, ese tipo de cosas, ya todos saben que los niños pueden llegar a ser muy crueles.
— mamá, por favor, tendré mucho cuidado, hace tanto tiempo que no salgo, la última vez fue hace tres semanas... para ir al hospital. — se atrevió a hablar cuando hizo contacto visual con su madre.

trás unos segundos en silencio, la señora lee terminó aceptando a duras penas, aún no quería que su hijo saliera, pero entendió que no lo podía encerrar dentro de casa por siempre. — está bien... pero no caminen tan rápido ni vayan demasiado lejos, no olvides llevar tu broncodilatador por cualquier cosa. — ten sonrió animadamente, con una alegría más que contagiosa para taeyong, quién estaba lleno de felicidad por dentro, una felicidad que solo aquel pelinegro era capaz de transmitirle.

y así fue cómo luego de unos minutos salieron, llevaba una pequeña mochila con sus cosas que le eran de importancia y que necesitaría por si algo pasaba.
— ¿vamos demasiado rápido? — el menor preguntó preocupado, taeyong negó con su cabeza en respuesta, todo estaba tan tranquilo, se sentía muy feliz y cómodo.

— me sorprende que hayas logrado convencer a mi mamá, sabiendo lo dura que es con éstas cosas... ¿hace cuánto que no salimos? — preguntó mirando a esos oscuros ojos que hacían agitar su corazón, casi como si estuviera teniendo un ataque.

— dos meses y medio, la última vez que salimos fue con doyoung y jaehyun, pero luego tu madre se enteró de que tuviste un ataque y se puso aún más estricta con éso. la verdad es que me sentí muy culpable por éso, no te estaba prestando demasiada atención aquella vez. — lee tomó la mano del pelinegro con delicadeza, entrelazando sus dedos mientras que una sonrisa se formaba en sus labios.
sólo es capaz de sonreír de esa forma cuando está con el menor.

— tennie, no es tu culpa y lo sabes, sólo salimos un rato y alguien estaba fumando cerca de nosotros, tampoco es cómo si fuera tan grave. — acarició el dorso de su mano con su pulgar, el más bajo lo miró con una pequeña expresión de vergüenza, pero terminó asintiendo.

— eres tan lindo, tae, ¿te lo he dicho anteriormente? — soltó una sutil risa, la cuál fue música para los oídos del mayor.

sintió sus mejillas arder, y cómo su corazón se aceleraba un poquito, pero no se sentía mal para nada.

— ten, me gustas. — soltó inconscientemente, y al sentir cómo el pelinegro detenía sus pasos, lee se empezó a poner nervioso, ¿realmente lo había dicho? vaya... ya no aguantaba más, necesitaba hacerlo.

❝sensitivity❞ | taeten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora