CAPÍTULO 6: Paliza.

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Akame despertó y se desconcertó al notar que estaba acostada y cuidadosamente tapada en su cama.

Fue entonces cuando Magi ingresó en el pequeño lugar y tocó la puerta aún cuando ésta estaba abierta.

— ¿Se puede?

La chica solo asintió, y antes de que pudiera articular palabra, la mujer le dijo lo que quería saber.

— Sero te trajo, cuando vine salió y se despidió de mí. Mañana volverá para pasar tiempo contigo.
Es un buen chico, ¿segura que solo son amigos?

— Claro que sí. Además, no creo que él tenga interés en mí. Nos vemos cada milenio, muy seguramente debe haber alguna otra chica que llame su atención en su Academia.

Magi solo movió la cabeza en señal de negación mientras que sonreía con los ojos cerrados.

— A mí me parece que quien le interesa eres tú.

Dicho esto último, se fue.

— Es absurdo —. Dijo para sí misma y luego suspiró.

Ya era de noche, por lo que la de ojos dorados abrió la ventana y sacó un poco la cabeza, relajando sus músculos y dejando que el aire fresco invadiera sus pulmones.

Dabi mientras tanto, desataba su ira golpeando y pateando los árboles. Sí, lo había visto todo.

Golpeó, gritó y amenazó a Sero al aire, ya que este último no se encontraba ahí.

— ¡ESTÚPIDO BASTARDO, TE PARTIRÉ LA CARA EN CUANTO TE VEA, TE MATARÉ, LO VAS A LAMENTAR, NO PUEDES MIRARLA, NO TIENES QUE HABLARLE, NI SIQUIERA RESPIRAR JUNTO A ELLA! ¡IDIOTA, COMO TE VUELVA A VER TE HARÉ CENIZAS, MALDITO, MALDITO!

Los que eran sus subordinados comenzaban a pensar en revelársele, ya que desde que comenzó a tener interacción con Akame, los había obligado a vigilarla día, tarde y noche.

Y la verdad es que hasta antes de aquellos sucesos, Touya solo se había concentrado en llevar a su pandilla hasta la cima, tanta era su ambición que inclusive llegó a proponerles entrar al narcotráfico, pero aún no estaban a la altura para tal oferta.

Pero conforme iba el paso de los días, sus "amigos" empezaron a detestarlo, puesto que había hechado todo el plan que con tanto esfuerzo habrían trazado para darse paso directo a la cumbre de la delincuencia por la borda. Ahora todo lo que le importaba era estar cerca de esa "estúpida chica" como la llamaban a sus espaldas; de la noche a la mañana, se habían convertido en espías y guardias cuando realmente deseaban ser los matones más buscados y temidos del país.

Y ciertamente, se dividían las opiniones. Unos insistían en que cuando por fin tuviese a Akame para él todo volvería a ser como lo era antes, y otros pensaban en pedirle salir de la banda y formar otra. Pero sabían que Dabi no era fácil de tratar ni mucho menos convencer. Hacían unos dos años atrás, se atrevió a ahorcar a uno de sus compañeros a quien le tenía mayor confianza, después de que el chico le pidiese realizar un cambio en el plan ya organizado.

Cada que alguien mencionaba el nombre de la víctima, todos recordaban por qué seguían ahí cuando esa pandilla ya no tenía ningún propósito, más que acosar a una mujer que no le importaba Dabi en lo absoluto.

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Al día siguiente, Akame decidió que faltaría a clases para pasar el día con Sero.

El Demonio Azul como era de esperarse, se enteró de ello y entró a la casa de la chica por la ventana, luego bajó a la cocina, donde encontró a Akame hablando con Sero, ambos en paz.

La chica quien se había sentado mirando a la escalera, sintió su corazón detenerse por un milisegundo y acto seguido se levantó de su puesto, a lo que el chico junto a ella repitió su acción para ver al tipo que acosaba a su amiga frente a él.

— Akame, ve a la cocina, ya va siendo hora de que me encargue yo —. Le ordenó mientras estiraba su cuerpo lo más disimuladamente que podía.

— ¡TÚ NO IRÁS A NINGUNA PARTE, TÚ TIENES QUE SER MÍA, ESTE MALDITO ESTÚPIDO NO TIENE NADA QUE HACER JUNTO A TI!

La chica desobedeció la orden dada pro su amigo y al final cumplió lo que tanto había deseado hacer desde que lo conoció: Darle una bofetada.

La cachetada sonó tan fuerte que retumbó por toda la casa, y a Dabi le quedó una marca roja en el rostro.

— ¡TE ENSEÑARÉ A NO LEVANTARME LA MANO NUNCA MÁS!

Antes de poderla tomar del cuello, Sero se abalanzó sobre él haciendo una llave y sosteniendo sus brazos para someterlo.

— Akame, ¡ahora! Llama a la policía.

El de las cicatrices no se iba a rendir así de fácil, así que como pudo, se dio vuelta y liberó uno de sus brazos, atinando un golpe en la cara de Hanta, para después irse sobre él dejándolo con un ojo morado, la muñeca fracturada y el labio roto.

Para cuando llegó la policía al lugar, Touya ya se había ido. Dado esto, solo pudieron llevar al chico al hospital donde se quedaría durante dos días y luego se marcharía a casa de la muchacha con un yeso en el brazo y varios curitas en la cara.

La protegida de un criminal. [Dabi y OC].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora