[2]

1.5K 134 81
                                    

El castaño recién se despertaba, con sus ojos hinchados por dormir tanto pero a la vez con unas pequeñas ojeras por debajo de ellos, por estar cansado.

Se dió cuenta de instante de que no había salido de su pesadilla, la cual protagonizaba su madre, cuando la señora entró a la habitación y empezó a decirle que porqué se había despertado tan tarde, y no como debía, a las 8.

Tarde? Claro que no, eran apenas las 11.

El acostumbraba a dormir hasta las 8 o minutos más, pero últimamente se encontraba peor.

Conocen esa sensación de estar vivos? Esa que sientes la adrenalina correr por tus venas en los mejores momentos, tu corazón acelerandose por aquel chico o chica que te gustará, sentir como las risas y los lindos momentos se apoderaban de ti, tu corazón tomaba el control y no era siempre lo que era más razonable, sino lo que uno quería.

Bueno, Félix estaba lo contrario a eso. Se sentía apagado, solo quería dormir y no despertar, jamás. Apenas podría decir que estaba vivo, su corazón estaba allí recordándole que vivía, pero a la vez que no lo hacía, ya que estaba encerrado constantemente.

El rubio solo se sintió así con su psicólogo, con Hyunjin.

Sabía que probablemente no lo vería más, que solo fue el momento de ir a su sesión, que el no merecía eso, y solo podía quedarse husmeando desde sus redes sociales las de el castaño.

¿Porque no asistía mas a las sesiones si allí estaba lo que lo hacía sentir bien?

Ni el mismo sabía la respuesta.

Se limitó a encender su celular y entrar a Instagram, esperando al menos ver un mensaje de su mejor amigo, o el que lo era, Christopher Bang.

Últimamente no hablaban mucho, pero su conexión seguía allí, no estaba en su total presencia, pero allí estaba.

En cuanto ingreso a la app, se dió cuenta de que tenía un mensaje.

Pensó por un momento que sería Chris, pero al darse cuenta de que también tenía una solicitud, una sensación extraña le atacó.

Y la sensación esa creció, pero también vino un pánico y nerviosismo, tal vez.

Esa no era cualquier persona, esa persona no era más mi menos que el psicólogo otra vez, Hwang Hyunjin.

Con las manos temblando aceptó la solicitud y entró a los chats, dónde se encontraba un mensaje entrante del castaño. Se apresuró a leerlo y pensar por varios minutos que responderle.

Hyunjin.Fh_

"Hola, Félix, soy yo Hwang Hyunjin, me recuerdas? Yo si lo hago, espero que puedas venir a mi consulta la próxima semana, te espero, no faltes, si?"

Félix.H.Lee
"oh, hola, si te recuerdo, tenía planeado faltar, no me siento bastante bien, pero voy a hacer un esfuerzo por ir"

Y ahora, después de haber contestado eso, añadió un "espero poder verte", salió del chat y minutos después ya le había contestado, el rubio se sorprendió.

Hyunjin.Fh
"Está bien, te espero, pecas"

El solo hecho de haberle puesto un apodo, ya le hizo sentir esas mariposas en el estómago, sintió nervios.

Félix se sentía bien, se sentía vivo. Cómo le gustaría decir que lo hacía constantemente.

Dejo el celular en su bolsillo, se levantó y fue con una pequeña sonrisa a desayunar. Hoy iba a ser un día feliz, o eso parecía, no?

Mientras tanto, el castaño, en su casa, era un completo manojo de nervios. Veía el mensaje, le daban mas nervios, sonreía al ver su mensaje y luego, dejaba el celular.

Se levantó feliz y fue a preparar un café, se iba a sentar a planear todo lo que haría con Félix ese día, o lo que esperaba hacer, porque el no aseguró nada. Su única preocupación: esperar en el consultorio al rubio y que el no asistiera, dejándolo plantado.

Aunque podía entender perfectamente el porque hubiera faltado, estaba semi-seguro de que el se sentía bien estando juntos, así que espero que no faltará.

Tomó un diario, el cual comenzó a escribir el día que conoció al rubio. Sabía que esos momentos serían al menos un poco especiales, y que guardarlos en papel sería la mejor opción, así que anotó:

"Debería decir querido diario? Tal vez si, hoy fue uno de mis mejores días, seguido de cuando conocí a Félix, me contó que si iría a la terapia, como se eso? Después de varios debates mentales, me atreví a escribirle, por instagram, claro, su número telefónico aún no lo tengo. Espero con toda mi alma, que el asista, no solo para verlo, también para charlar con el, y cumplir el rol que realmente tendría que cumplir, el de su psicólogo, y no el del chico que se preocupa por el, no? O tal vez si me debería preocupar. Bueno no lo se, se hizo demasiado extenso esto o soy yo? No lo sé, solo se una cosa, y es de la única que estoy seguro, y es que si Félix va, mis días mejorarán, los momentos oscuros serán iluminados por el brillo que irradia su sonrisa, despertaré todos los días, con ganas de escuchar esa linda voz que tiene, porque definitivamente, todo en el es perfecto. Es malditamente perfecto.

Atte: Hwang Hyunjin, the psycologhist"

Acabo de escribir todo y lo cerro, dejando el libro a un lado y acostándose a dormir una pequeña siesta, esperanzado de recibir una afirmación del menor.

Dos chicos durmiendo, dos chicos pensando en el otro.

¿Porque les pasaba eso, si solo se vieron dos veces?

Tal vez porque para ambos, el otro era como la pieza de un puzzle que encajaba en su vació. Que venia a iluminar sus días con una linda sonrisa y unos ojos brillantes. Que con solo al verse ambos sintieron lo mismo, una fuerte atracción al que tenían enfrente, y solo a ese. Pero aun seguían sin entender el porque, ¿se supone que el beso, la amistad, el amor que había entre ellos ya había desaparecido, no? Tenia que haber desaparecido en 4 años, cuatro largos años sin ver al chico por el cual ambos darían todo.

Pero nunca creyeron encontrarse en esa pequeña sala, donde el menor le contaría sus problemas, el castaño lo ayudaría y hablarían como nunca antes habían hablado con alguien. Se mirarían como nunca antes apreciaron al ser que tenían enfrente.

Tal vez todo eso paso, porque al fin y al cabo, eran dos jóvenes con falta de cariño y afecto, de una persona especial que se presentara en sus vidas, y que viniera a darle un giro inesperado. El cual cambiaría todo, absolutamente, todo.

Y ambos pensando en lo mismo, en todo eso estaban pensando. 

Entonces el rubio, que había despertado segundos después de plantearse semejante cosa en su mente, tomo el celular y le escribió rápido a su psicólogo: 

"si iré, solo dime la hora, no recuerdo bien nada, pero te aseguro, que estaré allí"

Envió el mensaje y se volvió a acostar, era mañana. Solo unas horas mas y vería al castaño.

psycologhist [hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora