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Capítulo 5

Octubre 15, 1931

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Octubre 15, 1931.

Está vez, el salto en el tiempo no había sido tan brusco como debió de haberse sentido y en cambio, la bruma melancólica me envolvió y me hizo sentir una gran tristeza.

Mire a mi alrededor dándome cuenta que ya no estaba a las afueras del Orfanato Wool y el sonido del silbato de los tren se escuchaba a lo lejos, a un lado mio mire a Adhara debajo del techo de la estación del tren.

Alcé mi mirada hacia el tablero de anuncios de la hora correspondiente para cada viaje por tren y termine dándome cuenta que no estaban en ingles. Lamentaba no saber otros idiomas más que el único que hablaba y un poco del latín por la clase de Encantamientos qué tuve en Hogwarts.


Volví a fijarme en la adolescente a mi lado, desde donde estaba sentado podía ver su rostro pálido y una oscuras ojeras debajo de sus ojos, incluso por el cansancio en sus ojos podría apostar lo que fuera a que llevaba días llorando.

"Espalda recta, rostro en alto y quita esa cara de perro leproso. Eres una dama, no una vagabunda.". Parpadee varias veces sorprendido por la falta de empatia en la madre de Adhara.

De manera lenta y pausada, como si realmente le pasara hacer eso, Adhara acato las ordenes de su madre. De una manera sorprendente mire como el cansancio en los ojos avellana de la adolescente se transformaron con un falso brillo de alegría.

Me sorprendía lo rápido qué la gente podía fingir sus emociones, por alguna extraña razón eso me recordó al Profesor Snape cuando mire en sus memorias durante la batalla.

"Saludaras al Doctor Miller, sonreiras con dulzura y si es necesario insinuarte, hazlo. Ese hombre nos sacara de la pobreza y atenderá como familia.". Sentí como mi boca se abría por si sola ante las horrorosas palabras de la vieja mujer hacia su hija.

Entonces por eso Adhara había estado tan cansada y llorando por un tiempo, su madre la quería vender a un tipo tal vez del triple de su edad y más que su esposo pareciera su abuelo. Un escalofrío me llego al pensar como en la actualidad muchos sangre puras seguían haciendo eso.

Antes de que viera como Adhara iba a enfrentar a su madre, el silbato del tren llegando a esa estación empezó a hacerse sonar desde algunos metros atrás. Suspire poniéndome de pie al darme cuenta que ahora si tendría que seguir a Adhara en su viaje.

Subí detrás de ella al vagon del tren, no siquiera preste la mínima atención de a donde nos dirigiamos pero cuando tome asiento junto a la vieja madre de Adhara, pude apreciar desde mi posición una mejor vista de todo el vagón.

Durante el transcurso del viaje, la señora Williams no paraba de quejarse sobre lo asqueroso qué era mezclar a la alta sociedad con la clase baja y que trabajaban porque eran pobres. Esas disparates entre otros tuve que escuchar junto a los demás en el vagón, que cada vez la miraba con odio y como si en cualquier momento la fueran a lanzar del tren en movimiento.

Más de una persona había visto a la adolescente frente a mi con pena en sus ojos, supongo que yo también habría hecho lo mismo. Incluso si hubiera sabido que me hubiera tocado una madre como la señora Williams, de una manera u otra hubiera preferido ser huérfano o en el peor de los casos, no haber nacido.

«Chers passagers, nous sommes arrivés à la gare de la dépression.» Escuché por el parlante antiguo del vagón la voz del conductor del tren.

Sin poder evitarlo, volví a mirar a todos lados a mi alrededor mientras me ponía de pie y seguía de cercas a Adhara y su madre. Entonces estábamos en alguna parte de Francia, por la ausencia de la Torre Eiffel, debía suponer que no estábamos en París.

En algún punto del recorrido por las calles del –no tan– pequeño pueblo de Francia en el qué estábamos, termine apareciendo en lo que parecía ser la puerta de un consultorio.

Mire a mi alrededor notando efectivamente que me encontraba en el pasillo de un hospital que podría asegurar que en la actualidad ahora estaba abandonado. La gente en las incómodas sillas del pasillo miraba a través de mi hacia la puerta del consultorio a mis espaldas.


Finalmente al poner la atención a mi alrededor, pude escuchar perfectamente lo que sucedía a mi espaldas. Un llanto desgarrador se escuchaba del otro lado de la puerta, volteé sorprendido al ver como una mujer salía corriendo de ahí entre lágrimas.


No hizo falta que me asomara, de frente apareció la escena del consultorio abierto de par en par delante mío.


"Lo siento mucho, Adhara.". El médico dentro de la habitación miraba a la adolescente con pena, pero ella no parecía inmutarse ante lo sucedio.


Curioso, entre al consultorio mirando directamente a los sobres de resultados de laboratorio que se encontraban sobre la mesa espercidos, me incline un poco y leí lo que estaba escrito en ellos. Al final de una tabla de resultados y términos médicos qué desconocía, leí Hermofilia B.


Entonces entendí la reacción de la madre de Adhara, al parecer tenía una enfermedad terminal si es que su reacción en llanto daba pistas. Aún levemente inclinado sobre la mesa, me asome a ver el rostro de Adhara.


Había una inexplicable paz en el brillo de sus ojos, como si los resultados no fueran en lo absoluto una mala noticia para ella. Una muy tenue sonrisa empezó a asomarse en su rostro y alzó su mirada hacia al doctor delante ella.


"Muchas gracias, doctor. Que tenga un buen día.". Se despidió con una gran calma interior mientras tomaba los resultados y se ponía de pie para retirarse.


Seguí a Adhara de regreso al pasillo del hospital, cerró la puerta del consultorio a sus espaldas y aun con una gran paz en su mirada, empezó a caminar hacia la salida del hospital sonriendo.


Empezaba a creer que la enfermedad de la señora Williams no era gran cosa, si Adhara estaba tranquila, por algo debía de ser.

Empezaba a creer que la enfermedad de la señora Williams no era gran cosa, si Adhara estaba tranquila, por algo debía de ser

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*¹«Chers passagers, nous sommes arrivés à la gare de la dépression.» = “Estimados pasajeros, hemos llegado a la estación de la depresión”.

*²Hemofilia = Trastorno hemorrágico hereditario en el cual la sangre no se coagula de manera adecuada. Esto puede causar hemorragias tanto espontáneas como después de una operación o de tener una lesión.

DON'T FORGET ME    |    Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora