Capítulo 3: El nacimiento de una estrella

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Era el frío invierno de 1965 en el condado de El Dorado, California. La nieve cubría el paisaje, reflejando una luz suave y plateada bajo el sol invernal. En medio de este entorno gélido, una nueva vida llegaba al mundo: una pequeña niña de ojos café, brillantes como los de un gatito. Era Ruby Jane, la nueva integrante de la familia Kim. Todos en el hogar la recibieron como una bendición, aunque no todo era lo que parecía.

La llegada de Ruby trajo felicidad a su hogar y, a la vez, un aire de esperanza para la señora Momo Hirai y su esposo, el señor Namjoon Kim. La pareja estaba al borde de la separación debido a las constantes indiferencias que habían surgido a lo largo de los años. Sin embargo, el anuncio del nacimiento de su segunda hija pareció renovar su compromiso. Pero lo que Momo guardaba en secreto era que la bebé no era hija de Namjoon, sino del empresario Jin Kim, un romance fugaz que había tenido durante unas vacaciones. Momo sabía que era un amor pasajero, y Jin se había alejado al ver que ella estaba con su esposo y esperando un hijo.

Namjoon, a pesar de no estar siempre en casa, decidió luchar por su matrimonio al enterarse de la llegada de Ruby. Cuando la pequeña nació, ya tenían a una niña de cinco años, Jisoo Kim, quien poseía un gran intelecto para su edad.

—¡Mi hermanita es tan bonita, parece una muñequita! ¡Oh, es tan linda! —exclamó Jisoo, sonriendo al ver a su pequeña hermana.

—Tu hermanita ha sido una nueva bendición en mi vida —dijo Namjoon, besando la mejilla de Momo mientras sus ojos brillaban de orgullo—. Es tan hermosa que me enorgullece como padre. ¡Gracias por darme una bella niña!

—¡Gracias a ti, querido! Adelante, tómala en tus brazos. Deja que sienta tu calidez de padre; es tu hija. —Momo sonrió, animando a su esposo.

—Está bien, es como un pétalo de rosa, tan bella y tan frágil —respondió Namjoon mientras acariciaba la pequeña cabeza de Ruby.

Con el tiempo, Namjoon se volvió más cariñoso y cercano a sus hijas, y Jisoo sintió un consuelo en esa nueva cercanía, aunque no podía evitar sentir celos de la atención que Ruby recibía.

—Tu padre siempre te amará mucho, eres mi linda y hermosa niña —afirmó Namjoon al cargar a su hija, sintiendo que algo en su vida había cambiado para mejor.

Los años pasaron y Ruby comenzó a mostrar sus talentos para el baile, el canto y la actuación. Era una niña llena de energía que iluminaba cualquier habitación a la que entraba.

—"Reina que irradia luz, así eres tú... cuando tienes la oportunidad, eres la reina del baile, joven y dulce, solo diecisiete años..." —cantaba Ruby frente al espejo, usando un peine como micrófono.

—¡Hija, cantas hermoso! Tienes mucho talento. Cuando crezcas, te veré triunfar y serás la reina del entretenimiento —dijo su madre, observándola con admiración. —Nam, tu hija nació para brillar. Espero que apoyes su sueño desde ya...

—Por supuesto, querida. Todo lo que mi niña desee, haré que sea posible —respondió Namjoon desde la sala, sintiéndose orgulloso.

—¡Nos mudaremos al condado de El Dorado! He conseguido un nuevo empleo allí —anunció Namjoon con entusiasmo, interrumpiendo la conversación.

—¡Oh! ¡Qué buena noticia, querido! —Momo abrazó a su esposo, compartiendo su alegría.

Sin embargo, la reacción de Jisoo fue completamente diferente.

—¡No, no pueden hacer eso! ¡Arruinarían mi vida! —gritó Jisoo, saliendo de su habitación con desesperación—. Padre, no nos podemos mudar. Aquí están mis amigos, aquí está mi vida.

—Tienes que aceptar los nuevos cambios, Jisoo. No seas dura con tu padre —le dijo Momo con firmeza.

—Todos ustedes nunca me comprenden, nunca están orgullosos de mí. —Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Jisoo.

—Claro que lo estaremos, el día que te conviertas en una abogada de renombre. En ese momento, enorgullecerás a tu familia. Eso es lo que tu padre quiere para ti —dijo Momo, entrando en su habitación para calmarla.

Jisoo se encerró en su cuarto, frustrada. Se arrojó sobre su almohada y comenzó a llorar. Ruby, que era demasiado pequeña para entender la gravedad de la situación, trató de consolarla.

—Ya no llores, hermanita. Estaré aquí para ti... —dijo Ruby, abrazando a su hermana con ternura.

Mientras tanto, sus padres discutían en voz baja, preocupados por el bienestar de Jisoo.

—Tal vez estamos siendo muy duros con Jisoo. Creo que solo quiere nuestra atención —dijo Namjoon, reflexionando sobre las emociones de su hija.

—No, es lo mejor para ella. Así se dedicará a estudiar más y superar sus propias expectativas y las nuestras. No te preocupes, querido —respondió Momo, tratando de calmar a su esposo.

Con el tiempo, Ruby ingresó a la escuela primaria, donde rápidamente se convirtió en el centro de atención. Su dulce sonrisa y su energía desbordante conquistaron a todos.

—Maestra y compañeros, tengan todos ustedes muy buenos días. Espero hacer muchos amigos aquí, sobre todo aprender algo nuevo cada día. Espero que todos nos llevemos muy bien. ¡Gracias! —Ruby pronunció su discurso con una sonrisa que iluminó el aula.

Pasaron dos semanas y Ruby había hecho muchas amigas y admiradores en la escuela.

—Gracias, compañero, por compartirme tu manzana —dijo Ruby, sonriendo al recibir el obsequio de uno de sus compañeritos.

—Eres muy bella y las mereces todas —respondió el niño, sonriendo.

De repente, una nueva niña apareció en la puerta del aula, con ropa anticuada y zapatos desgastados.

—Buenos días, maestra. Disculpe la tardanza, vine corriendo y se me hizo tarde. ¿Podría pasar? —dijo la voz suave de Lisa Manobal, evitando la mirada de los demás.

—Adelante, preséntate delante de tus compañeros y luego siéntate en un lugar libre —instruyó la maestra.

—Buenos días, mi nombre es Lisa Manobal, pero me pueden decir Lily —respondió rápidamente, mirando al suelo.

Lisa tomó un asiento al fondo, donde no tenía compañeros a su alrededor. Todos la miraban con curiosidad, excepto Ruby, que la encontró dulce y linda. Durante el recreo, ella decidió acercarse a su nueva compañera.

—Ten esta paleta como regalo de bienvenida. Mi nombre es Ruby Jane Kim, pero puedes llamarme Ruby. Un gusto conocerte, Lily —dijo entregándole una paleta con una sonrisa brillante.

—Gracias, Ruby. Un gusto conocerte también —respondió, sonriendo por primera vez.

Sin embargo, un compañero interrumpió la escena.

—¡Ruby, aléjate de ella! Es completamente rara, seguramente es otra mugrosa más —gritó Sehun, burlándose sin piedad.

—¡No! Eso no es verdad, lo juro —protestó Lisa, sintiéndose herida mientras corría con la paleta en la mano.

—¡Lily! —llamó Ruby, preocupada—. No debiste decirle eso, Sehun. Deberías disculparte.

—Pero solo quise protegerte —respondió Sehun, confundido.

—No lo necesito, entiendes. Sé amable con todos —replicó Ruby, saliendo rápidamente en busca de su nueva amiga.

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Espero que les esté gustando la historia y que la estén entendiendo.

LA ACTRIZ Y LA ESCRITORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora