3

311 44 6
                                    

Cuando cierra su negocio en la noche, recibe un mensaje de texto.

Hola cariño ¿Vamos a un bar esta noche?

Se va a casa para ducharse antes de ir al bar, pero aun medita como manejara la situación con Taeyong. No es que no se sienta agradecido por lo que ha hecho por Sooyoung. Él jamás podría ayudarla de forma tan generosa como Taeyong. Pero algo en esto le molesta, es como si Taeyong se adueñara de su territorio y espacio. Sooyoung le pertenece. Taeyong a penas la conoce, ya que no se ha tomado el tiempo para conocerla -al menos eso es lo que Doyoung cree-. ¿Por qué apoyarla financieramente de forma tan espectacular?

Simplemente no puede dejarlo pasar sin decir nada al respecto.

Hay poca gente en el bar cuando llega, está esperando que algún empleado le atienda, pero al parecer todos están escondiéndose y no trabajando. Jaehyun entra y Doyoung se sorprende al verlo, pero su mayor sorpresa es ver que viste jeans negros y una polera gris de manga larga y la suave tela se pega a cada musculo, la vista le seca la boca porque sabe que debajo de esa ropa hay un cuerpo tan atractivo que podría ser su desgracia.

Jaehyun mira a Doyoung desde lo lejos y se acerca a él con una sonrisa, parece complacido y no tiene problema alguno en mostrarlo.

—¿Taeyong te invitó a venir?

—Sí. ¿Por qué? ¿Hay algún problema?

—No, solo pensé... —deja de hablar, no está seguro de cómo explicarse.

Pero Jaehyun comprende, levanta las cejas y dice—: Pensaste que solo serían ustedes dos.

—Si, —siente pena y mira a otro lado buscando quien puede servirle un maldito trago— pero está bien. No importa.

—Que generoso de tu parte. —Dice Jaehyun fríamente y después de una pausa continua—: Puedo irme.

El hecho de que ofrezca marcharse si se lo pide, tiene el efecto contrario y Doyoung ahora desea que se quede. Es una rara sensación y no sabe cómo manejarla.

—Lo digo en serio, quédate. Déjame comprarte un trago.

Jaehyun lo mira, considerando. Eso es algo que hace muy a menudo, solo lo mira, le contempla, le descifra o lo que sea, pero no sabe lo que sucede en su mente y Doyoung se pregunta si alguna vez lo sabrá.

—No, yo traeré las bebidas, ¿cerveza?

Doyoung sonríe y asiente. De camino a encontrar una mesa mira como el cantinero aparece de inmediato para atender a Jaehyun como si él no hubiera estado esperando por minutos y minutos.

—Ese tipo se cree muy gracioso —le dice Jaehyun mientras deja las cervezas en la mesa y se sienta— pero no lo es.

Doyoung ríe. —Lo sé, te acostumbrarás.

Los ojos de Jaehyun brillan con calidez cuando bebe un trago. —Es bueno ver que tu humor ha mejorado.

—No estaba de mal humor —dice a pesar de estar seguro que Jaehyun sabe que miente— solo estaba un poco molesto por algo.

—¿Quieres hablarlo?

—No —si quiere y Jaehyun lo está mirando de ese modo de nuevo. Esa mirada que le hace desear poder abrirse a él. Quizá si elige bien las palabras—. Bueno. Es por Taeyong.

Jaehyun asiente, animándole a continuar. —Yo entiendo que tiene mucho dinero, pero algunas veces desearía...

—Continúa...

Suspirando, deja salir todo. —Hoy me enteré de que pagó la colegiatura del próximo año y la renta de mi mejor amiga.

Jaehyun no responde enseguida y cuando lo hace, su tono es neutral. —Siempre ha sido generoso.

El Padrino | Jaedo (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora