Capítulo 3: cuidando un pajarito y castigando a una víbora

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Taylor había sido completamente conquistado por Zuriel, desde el día en que lo conoció pensaba que Zuriel era el bebe mas hermoso del mundo, como primogénito de los Stan había visto a todos sus hermanos desde pequeños y ninguno fue lindo, todos tenían cara de serpientes, serpientes feas, no serpientes lindas.

No podía culparlos de no ser lindos, ellos sacaron la cara de su padre, mientras que él y Zuriel habían heredado los genes de su madre, una mujer que parecía un canario, lamentaba que su madre no pudiera verlo directamente, su delicado cuerpo no resistió un cuarto parto, por historias de los sirvientes que estuvieron presentes ella pudo ver a su hijo, acaricio su cabeza y depositó un suave beso en su manita, todos pensaban que había salido bien pero momentos después falleció.

Taylor fue el único que lloró en el funeral, su padre y sus hermanos no se inmutaron, lamentaba que su padre ya hubiera contaminado la mente de sus hermanos, esperaba que la mente de su último hermano estuviera a salvo.

Para su fortuna parecía que su hermanito era una copia de su madre, una mujer linda, dulce y amable, si Zuriel sería como ella debía protegerlo, no dejaría que otro "canario" muriera dentro de la jaula llamada "familia Stan"

Taylor iba a visitarlo constantemente, tres veces por semana, después de las clases de sucesión, le llevaba juguetes, ropa, libros y todo lo que no dañara a un bebe, pasaba poco más de una hora con su hermanito antes de que este durmiera, pedía informes diarios de lo que había hecho y le encantaba leerle libros mientras Zuriel lo veía con esos grandes y lindos ojitos verdes, sus suaves y finos rizos que parecían una nube esponjosa, y esos cachetitos que parecían bollos recién hechos, su piel tan suave como porcelana y ese aroma a leche dulce que emanaba ese pequeño cuerpo, su hermano era la encarnación de lindura misma.

Por su parte Zuriel tenía que contener sus ganas de burlarse por esa cara de bobo que ponía Taylor cada que lo veía, no era que se estuviera burlando de un niño de 8 años, es que Taylor celebraba hasta cuando bostezaba, a Rok Soo le parecía divertido ver como ese niño tan noble y recto se volvió un total bobo por su versión de bebe, lo dejaba pasar por que al final era un niño, inclusive él mismo pasó por esa etapa, no le duró mucho pero la disfruto.

La vida de Kim Rok Soo no fueron solo tragedias, eran casi inexistentes pero fueron buenos momentos los que pasó en su infancia, al menos hasta que sus padres murieron y antes de que su tío se convirtiera en un borracho golpeador pudo disfrutar una buena infancia, sabía que ya no era momento de ser un niño caprichoso y mimado y menos por el marqués Stan, pero quizás solo un poco, dejarse consentir por Taylor estaría bien, al menos uno o dos años, estaría bien ser un niño de nuevo...

Inconscientemente zuriel se pegó a su hermano mayor y trató de abrazarlo, escondiendo su cara en el costado del rubio, ciertamente regresar a ser un niño debilitaba mucho de su carácter y fuerza mental.

Taylor no comprendió este gesto, era como si su hermanito de pronto se pusiera triste y buscará consuelo, Taylor sonrió con suavidad y dulzura, atrajo a su hermanito a su regazo y lo meció suavemente mientras susurraba fraternalmente al bebe en sus brazos

–zuri, tu hermanito Taylor te va a querer y cuidar siempre, no dejare que nada en este mundo te haga daño y cuando estés triste te prestaré mi hombro para llorar, esta no es la mejor familia pero voy a ser el mejor hermano mayor que pueda por ti, por eso solo se feliz y sonríe para tu hermanito Taylor, esta bien?- Taylor sonrió con la misma calidez que recordaba sentir con su madre; Zuriel sintió un pinchazo en su corazón, y se acurruco con más fuerza en esos pequeños pero fuertes brazos que lo sostenían, quedándose dormido en la calidez de su hermano...

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En el estudio del marqués Stan se encontraban la actual cabeza de familia y portador del título de marqués, Ulrik Stan y el cuarto hijo de la familia, Venion quien intentaba controlar su miedo a su padre y reprimir sus temblores en vano.

Ulrik estaba bastante decepcionado de quien sentía sería su próximo sucesor, de sus cuatro hijos este niño era el más venenoso, malicioso y elitista de todos, representa bien esa parte orgullosa de la familia, aunque carecía de inteligencia y autocontrol, con su manipulación de personas y de contexto lograba salvarse, pero últimamente ese niño salía de su vista, sus otros tres hijos no eran mejores.

Taylor tenía el cerebro, inteligencia y elegancia para ser una buena cabeza de familia pero a sus ojos estaba descartado al heredar ese corazón blando que su madre poseía, y de los gemelos Melissa y Maens... era suficiente con decir que eran basura desechable, sin cerebro ni elegancia.

En su mente un bebe de un año estaba llenando sus expectativas, Ulrik sabía que su presencia y mirada podían intimidar con facilidad, tanto adultos como niños, todos sus hijos habían llorado en su primer encuentro al verlo, la única excepción fue Zuriel, ese mocoso no tembló, no bajó la mirada y podría jurar que lo analizaba con la misma mirada que le daba él, esto subió la vara muy alto, solo un año de vida y ya lo enfrentaba, no solo a él, también al más venenoso de sus hijos.

Ningún incidente, por mínimo que sea pasa desapercibido para el marqués, Zuriel había salido de su cuarto y se encontró con dos de sus hermanos, Venion lo piso, le grito y Zuriel simplemente lo ignoró y le dio la espalda, mientras que con Taylor se portó lindo y logró que ese niño lo visitara varias veces por semana con regalos para él.

Zuriel no era un niño normal, podía convertirse en la persona que llevará el apellido Stan al siguiente nivel, ese grado de manipulación y fortaleza era lo que buscaba, pero aun no podía ponerle las manos encima, tenía que esperar 4 años para ver si valía la pena moldearlo, esa era su regla, una de tantas.

–padre...- llamó Venion con cautela, logrando que su padre por fin lo mirara –puedo saber el motivo de su llamado?– la saliva se había secado en su boca, pero terminó de hacer su pregunta ya que había decidió abrir la boca primero

–Venion, ¿Cuál es mi regla para conflictos entre hermanos?- dijo volteando su mirada de nuevo a la ventana

El niño no respondió, no por que no supiera la respuesta, por el contrario, la sabia y por eso no dijo nada, si respondía le iría peor en el castigo

–quítate la camisa– le ordenó con una voz sin emociones mientras se acercó a su escritorio y sacaba un látigo del cajón superior.

Venion temblaba, pero acato las ordenes, los castigos de su padre eran irrevocables y los errores se marcaban en su piel ya que no pudo grabarlos en su mente, sacó una mordaza de cuero y la colocó en la boca mientras se acomodaba en una pared sin adornos, alfombra ni muebles, con manos temblorosas colocó sus manos en la pared, cerró los ojos y mordió con fuerza.

Cinco latigazos cortaron la suave piel del niño, dejando las marcas de la piel curtida, muy probablemente dejarían cicatrices, Venion maldijo a Zuriel con cada latigazo, sus lágrimas salían con suaves sollozos, esperaría cuatro nueve años para poder tocarlo, ese maldito niño pagaría por lo que hizo.



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y aquí un capitulo mas, espero les guste, en el próximo se aparece nuestra mini sacerdotisa loca, espérenlo con ansias y denle amor al cap o me pongo sad y se viene a haitus QwQ 

PD: pasen por el "capitulo" de "ilustraciones" para que vean a zuriel, no soy muy buena dibujando pero dado que no encontré una ilustración que me gustara la hice yo, se hizo lo que se pudo xD 

  

El pequeño canario de la familia de serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora