La Chica Que Vive En Mi Garaje (Jenlisa ) [Completada]

Part 3

"Tierra a Jennie", grita Chaeyoung. El fuerte olor a vodka me devuelve a la realidad. La canción que grita es de hace un par de años, antes de que mi mundo se desmoronara. La música de entonces nunca deja de catapultarme a un indeseado viaje por el carril de los recuerdos. "¿Quieres?" Chaeyoung me pone delante de la cara un vaso de chupito lleno hasta los topes. Se lo quito de la mano antes de que se impaciente y se lo beba ella misma, ya ha ocurrido antes. Se acerca a mi oído, y su salpicadura de hechizo de amor supera el olor del alcohol. "¿Qué te pasa?"

La canción está lo suficientemente alta como para que el bajo vibre en mis pies. Cierro los ojos y bajo el trago. Quema. Un trago estaría bien, pero el sillón raído que ocupo es demasiado cómodo para abandonarlo por la cerveza. El mobiliario de las fiestas en el sótano es feo, pero tiene una extraña capacidad para tragarse a sus ocupantes durante horas. "Sólo... pensando".

Los rizos rojos de Chaeyoung rebotan contra sus hombros mientras aplaude y dice: "No puedo ocuparme de eso". Coge mi vaso de chupito vacío y se aleja bailando.

Parte de lo que más me gusta de Chaeyoung es que no me preguntó en qué estaba pensando. No necesita hablar ni dar explicaciones. El mejor tipo de amigo que se puede tener. Aunque ha bebido más que yo, sigue siendo lo suficientemente coordinada como para bailar mientras llena dos vasos de chupito. Lleva un jersey de color nude. Incluso cuando la temperatura de Seúl desciende por debajo de cero, Chaeyoung rara vez lleva chaqueta porque cubre su ropa interior. La chica de mi garaje obviamente no comparte su preocupación. Tiene problemas más grandes que la moda, ahora que la he echado.

"Deja de pensar tanto", grita Chaeyoung mientras me entrega el vaso de chupito rellenado. "Pareces estreñido"

"¿Quién está estreñido?" Hanbin grita mientras se acerca. Esta es su fiesta, pero ha estado en un rincón, besándose con una rubia junior toda la noche. Un poco de carmín destaca en su mejilla y en el cuello de su polo. Debe de tener un polo de todos los colores y diseños que se han hecho. Es lo único que lleva, y nunca he visto el mismo dos veces.

"Jennie", responde Chaeyoung.

Hanbin se apoya en el brazo de mi silla y me planta un beso en la mejilla antes de decir: "Espero que todo salga bien". Me dedica una sonrisa cargada de hoyuelos, como si fuera divertido o algo así. Se ríe y me vuelve a meter los dedos. "Bebe", dice, chocando su botella de cerveza medio vacía contra mi vaso de chupito con tanta fuerza que el vodka se derrama sobre mis vaqueros.

"¡Bebe, bebe, bebe!" grita Chaeyoung. Su propio vaso de chupito ya está vacío.

El segundo trago cae más fácilmente que el primero. No quema tanto como calienta la canción, los recuerdos que trae y todos los pensamientos sobre el desconocido que dice vivir en mi garaje.

"¡Así se hace!" Hanbin coge nuestros vasos de chupito y besa a Chaeyoung con firmeza en la boca. "No causéis demasiados problemas, vosotros dos", dice por encima del hombro mientras se aleja.

Tal vez debería contarle lo de las manchas de lápiz de labios, pero antes de que pueda dejar los vasos vacíos, una chica morena de último año le rodea la cintura con los dedos enganchados en el cinturón. No.

"Es un puto", dice Chaeyoung, y yo no discuto. La canción cambia a una molesta que he escuchado demasiadas veces este invierno, pero la acepto. "¡Oh, Dios mío, me encanta esta canción! Vamos a bailar". Antes de que pueda aferrarme a mi silla, Chaeyoung me pone de pie.

La habitación se balancea por un segundo. El alcohol nunca me llega hasta que me pongo de pie. La conocida sensación de confusión se apodera de mí mientras hago lo que mejor sé hacer. Bailar. Beber