𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓𝐄𝐑 ┇「 𝐒𝐎𝐇𝐘𝐎 」

𝐅𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐅𝐢𝐠𝐭𝐡

—Ah, Somi. —se quejó Jihyo en voz baja, reteniendo un jadeo. Empujó sin ejercer mucha fuerza al gran y musculoso cuerpo encima suyo, sin obtener muchos resultados— Mmm, p-para, joder.

La menor se encontraba entre sus piernas, presionando sus suaves labios con delicadeza por la clavícula de su novia, pasando sus manos por sus regordetes muslos; admirando la forma en la que se avergonzaba.

—Hueles a bebé, Unnie. —Somi susurró ronca, subiendo sus labios hasta que quedaron sobre el pálido y caliente cuello de Jihyo. Succionó fuerte y lento en aquella zona, haciendo que la contraria gimiera bajo— Delicioso. —besó sobre la notable marca que había dejado. Sus inquietas manos hicieron su propio camino a los pronunciados glúteos de la mayor, dando un suave apretón mientras volvía con las secciones en su delicada piel.

—Pervertida. —regañó entre gemidos.

Respiró con dificultad una vez que Somi dejó de darle atención a su cuello para comenzar a pasar sus labios por todo su pecho, el cual se encontraba cubierto por un lindo suéter blanco. Se removió incómoda cuando la menor intentó subir la prenda, inmediatamente tomando su muñeca entre sus temblorosos dedos.

—Somi, para, lo digo en serio. —pidió exigente. Frunció el ceño al darse cuenta que la contraria no parecía querer detenerse— ¡Mierda, Somi, he dicho que pares! —gritó

La nombrada le miró a los ojos con vergüenza, separándose de la mayor.

—Lo siento, bebé.

Jihyo bufo.

—Sabes que odio que hagas eso. —golpeó el duro pecho de Somi. Tapó su apenas visible abdomen— ¿No te da cosa tocarlo? Es horrible. —murmuró para sí misma después.

Está vez fue la menor quien frunció el entrecejo. Jihyo mordió su labio inferior. La he cagado, pensó en el momento que la expresión de su novia se volvió completamente seria. Somi sabía muy bien que su mayor todavía sentía inseguridades respecto a su cuerpo, y no la culpaba, tampoco la iba a obligar a superarlo, porque no era tan fácil. Pero su frágil corazón se rompía cuando Jihyo dudaba de todo lo que sentía por ella, de aquellas veces en las que le decía que la amaba tal y como era. No podía evitar sentirse decepcionada de su persona, ella pensaba dar lo suficiente por su novia.

—No, Unnie, no me da cosa. Y jamás lo hará. —respondió, dejando un corto beso sobre sus labios— Te amo. Eres hermosa, preciosa, perfecta, no cambiaría nada en ti.

—Somi....

—Unnie...

—Vete, por favor. —susurró— Quiero estar sola.