cuatro

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San podía decirle a sus padres que se sentía mal y fue a la casa de Yunho para animarse un poco, tenía un buen récord de buen comportamiento, no sería gran cosa que haya ido sin avisarles.

Gracias a dios que se había metido la billetera en el bolsillo en lugar de dejarla en la mochila que dejó en el auto de Yunho.

Mientras bajaba las escaleras rápido, San se preguntó si tenía algún tipo de objetivo invisible en su espalda, o solo era su cabeza que deseaba atormentarlo. Ahora lo único que deseaba era estar en su casa. Pero estaba lejos. Más específicamente en el edificio de un demonio que quería hacer Dios sabe qué con él. Y claramente no aceptaría, preferiría decepcionar a sus padres.

Para cuando llegó a la parada de un autobús, que estaba cerca del lugar, se estaba congelando, pero se negó a regresar, no quería estar cerca de Wooyoung. Revisó su teléfono para ver la hora y en ese momento se dio cuenta de que nunca utilizó un autobús, y no sabía a qué hora llegaría, luego buscó en su bolsillo su billetera... Que no estaba allí.

El miedo llenó su estómago mientras se palmeaba los bolsillos, San podría haber jurado que lo puso-

─¿Buscando esto?. ─ Una voz profunda le susurró directamente al oído. San se sobresaltó y se dio la vuelta con los ojos muy abiertos, luchando contra el grito que se acumulaba en su garganta por el miedo.

Wooyoung sostenía su billetera entre el índice y el dedo medio, una expresión en blanco en su rostro. De alguna manera, eso asustó a San más que los ojos con un aura oscura que tenía.

─Lo anterior no fue muy agradable de tu parte. ¿Qué haces aquí? No sabes ni manejar una bicicleta San, menos sabes cómo tomar un autobús.

─No te importa eso. ─ Dijo San tratando de agarrar su billetera.

Wooyoung se agachó, su hombro se estrelló contra el estómago de San y le quitó el aire de los pulmones mientras lo subía como una bolsa de papa.

San pateó sus piernas hasta que el agarre de Wooyoung en sus muslos se volvió doloroso, luego comenzó a golpear la espalda del otro chico y usar sus uñas para arañar cualquier piel expuesta mientras Wooyoung lo llevaba de regreso al apartamento.

─¿Con ganas de rascarme la espalda, mi amor?. ─ Wooyoung arrulló divertido. San chilló de ira y luchó con más fuerza, esperando que Wooyoung se enojara con él y lo dejara caer.

─¡Bájame, maldito bruto!. ¡¿Qué quieres?!. ─ Gruñó San justo cuando Wooyoung lo dejo devuelta en la sala de su apartamento. Durante el camino, san, trato de escaparse pero no pudo.

San habría tratado de correr, pero Wooyoung lo agarró con fuerza por el codo mientras lo guiaba hacia una habitación.

─Duérmete. ─ Wooyoung arrastró las palabras con una sonrisa maliciosa antes de cerrar la puerta y dejar a San en la gran habitación.

San frunció los labios e intentó abrir la puerta sabiendo que era inútil.


































A la mañana siguiente San despertó, por suerte, sólo con un ligero dolor de cabeza. Al principio se sintió desorientado, ya que no reconoció la habitación en donde estaba, pero después los recuerdos de la pelea entre Wooyoung y Jay en la fiesta vinieron a él. Suspiró frustrado, quiso revisar su teléfono pero estaba apagado por falta de batería. Resignado se acomodó mejor en la gran cama y miró un punto fijo esperando que el sueño vuelva a él.

Era sábado, así que no le preocupaba la universidad, y también podía posponer el estrés que le iba a dar cuando tenga que explicarle a sus padres su ausencia.

Abyss ; WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora