1. Con la cabeza en las nubes

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🌈 ¡Feliz miércoles gay! 🧡

CAPÍTULO COMPLETAMENTE MODIFICADO (si ya habías leído el capítulo 1, te recomiendo volver a hacerlo porque se ha cambiado todo).

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HERO

«El que tenga miedo de morir, que no nazca»

Su nerviosismo terminó manifestándose en el movimiento involuntario de su pierna por debajo del escritorio. Intentó disimularlo pasando su mano a lo largo de ella. Con nada conseguiría sentirse tranquilo, no cuando lo habían citado en la oficina de asuntos escolares para informarle que si no cubría la cuota de ese mes iban a echarlo.

—Como sabe, Garnet, somos estrictos con el pago de las matrículas —continuó el hombre del otro lado de la mesa.

—Por favor, señor —insistió él. Ya llevaban media hora discutiendo lo mismo, él rogando que no lo echaran y el hombre diciendo que no había nada que hacer—. Una prórroga es todo lo que pido, conseguiré el dinero en cinco días.

Vio la mueca en el rostro contrario, no lo estaba convenciendo de nada.

—Sin excepciones, Hero —repitió el hombre.

—¡Tres días! —propuso ahora él—. Se lo ruego, no puedo dejar mis estudios ahora, ya he pasado aquí dos años.

—En verdad lo siento, muchacho, pero no está en mis manos.

—Haré lo que sea —entrelazó sus manos a la altura de su barbilla y se inclinó hacia el frente—. Le prometo que nunca se volverá a repetir.

La hora del almuerzo llegó menos de cinco minutos después y el hombre no iba a pasar hambre debido a él. No supo si fue debido a que hizo que esa persona sintiera lástima por él o si solo accedió para irse a comer lo antes posible, pero él salió de la oficina con una sonrisa espléndida en el rostro.

Había conseguido una prórroga de tres días.

Setenta y ocho horas para conseguir el dinero para cubrir su colegiatura y no ser echado a la calle. Porque si era dado de baja de la universidad también tendría que abandonar los dormitorios y no tenía otro lugar a donde ir.

No tenía más clases esa tarde por lo que salió de la oficina de asuntos escolares y anduvo por los pasillos hasta llegar a la pizarra de avisos. En ella de vez en cuando se pegaban volantes de vacantes para trabajar, y él necesitaba con urgencia un trabajo.

Hablar con sus padres no era una opción.

Sus ahorros apenas cubrían lo de esa semana.

Un trabajo era su mejor opción, y aun comenzando esa misma tarde no había manera de conseguir el dinero para antes del vencimiento de la prórroga.

Prohibido acercarse a Casper HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora