Un trato que liberará una lluvia de sentimientos, notas y clichés románticos.
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Hero Garnet tiene tres cosas claras sobre el vocalista de The Scars, la boyband más mencionada, escuchada e hipnotizante de los últimos años.
Primero; no solo tien...
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‟El amor es la ausencia de juicio"
—Dalai Lama
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CASPER
La tienda de materiales de arte tenía todo lo que él detestaba, le recordaba su época de estudiante, y no fue una buena etapa. El chico de cabello color caramelo abrió la puerta del auto y comenzó a caminar rumbo a la entrada principal de la tienda antes de que él apagara adecuadamente el motor de su preciado auto.
Sacó una gorra y tomó los lentes oscuros del tablero en el que Hero los dejó antes de bajar y dejarlo esperando en el auto, se puso los accesorios con ayuda del espejo retrovisor. No es que le molestara ser reconocido, y de vez en cuando era captado por cámaras de periódicos y revistas locales, o por seguidores que disfrutaban etiquetarlo en publicaciones e historias aleatorias con fotografías de las que él no tenía ni idea.
La usaba por costumbre y comodidad, porque los lentes de sol en Los ángeles eran como las boinas en Francia o los collares de conchas en Malibú.
Cruzó las puertas de cristal de la entrada de la tienda e intentó divisar a Hero, pero el chico era demasiado escurridizo para su tamaño. Lo encontró en el pasillo de pinceles después de dar vueltas por todo el lugar.
—Sí que es grande el lugar de arte —dijo respirando agitadamente—. Casi tuve que pedir que te anunciaran en los altavoces para encontrarte.
El castaño no lo miró, toda su atención estaba centrada en los pinceles, leía el reverso de los empaques como si hubiera diferencia entre uno y otro.
Prefirió no decir en voz alta que para él cualquier palillo con cerdas, incluido un cepillo dental, cumpliría la misma función, porque entonces Hero le respondería con algún comentario ingenioso respecto a instrumentos musicales y una tienda de vinilos.
—Sostén esto —habló Hero sin mirarlo y le tendió una canastilla en la que ya había una liberta de hojas gruesas y blancas, lápices, un par de botes de pintura y otros materiales que no se atrevería a nombrar porque los desconocía.
—¿Te han dicho que eres muy mandón? —preguntó él, leyó el reverso de la libreta de hojas gruesas, pesaba al menos un kilo y le causó curiosidad saber para qué servían unas hojas de esa densidad.
—Eres tú el que quería salir conmigo —por durante al menos dos segundos tuvo la atención de Hero, los ojos color caramelo lo miraron con una ceja enarcada.
—Eso es un trato con beneficios para ambos —alegó él.
—He pensado en tus beneficios —Hero dejó un paquete de pinceles en la estantería y echó uno al fondo de la canastilla, dio media vuelta y continuó hacia el siguiente pasillo, con él siguiéndolo de cerca—. Tengo dos hipótesis.
