2. Como abeja a la miel

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‟Eres el sentimiento que tuve la primera vez que vi el mar"

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‟Eres el sentimiento que tuve la primera vez que vi el mar"

—Ron Israel

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CASPER

«Los mejores golpes te los da la vida»

El karma.

Lo habían amenazado con ello muchas veces. Y no solo por el asuntito de que era un cabrón en toda regla, había una lista interminable de las cosas que hacía, decía y pensaba, y que al mundo no le parecía correcto.

¿Por qué?

Bueno... Quizá todos eran moralmente buenas personas excepto él.

O, como le gustaba describirlos; todos eran moralmente hipócritas.

Si tenía ganas de hacer algo, lo hacía, no se detenía a pensar o se daba el tiempo para arrepentirse.

Si quería algo, lo tomaba.

Y podía aplicarse para todo.

Por eso, ver la escena de un chico acariciando a un gato en medio de la calle afuera de una tienda de discos, lo conmovió y mantuvo embelesado por más de tres segundos, que solía ser el tiempo que le tomaba darse cuenta de si algo era aburrido o entretenido, decidió lo segundo con respecto a ese chico.

Esa tarde entró a su tienda de discos favorita. Y era su favorita porque hacía un par de años que reunió lo suficiente como para comprarla. Ahora el dependiente era su empleado, y representante mientras él jugaba al cantante de una banda algo reconocida.

A quién engañaba, era modesto si decía que eran algo reconocidos nada más.

Lo primero que surgió para ellos, después de tocar en un festival en Long Beach, cinco o seis años antes, fue que el dueño de una de las productoras más influyentes del medio los descubriera. Desde entonces, fue todo subir, subir y subir; ingresos, seguidores, propuestas y conciertos y más conciertos.

Para él no había nada mejor que la sensación de empoderamiento al estar encima de un escenario. Por supuesto, el precio que había que pagar era caro; nada de holgazanear, nada de apegarse a una sola ciudad, ni a un solo grupo de personas.

Primera regla que él rompió.

Pero ¿para qué estaban las reglas, sino para pasárselas por los huevos?

La gira, los eventos y festivales solo cesaron cuando tuvieron el suficiente reconocimiento e influencia como para decirle a su público "sigan apoyándonos, nos daremos un descanso de las giras".

Grabarían contenido, sacarían temas y se presentarían en las ciudades dentro del país. Solo descansarían de lo internacional.

Estaban de regreso en la ciudad de la que salieron. Solo que él ya no volvió a los refugios ni familias de acogida. Lo recibió la casa soñada de cualquier huérfano olvidado del mundo. Y vaya que se tomó el tiempo de elegir la mejor localización.

Prohibido acercarse a Casper HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora