Tony Stark

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Por la noche, las calles de Nueva York suele ser igual de concurridas que en el día, pero está noche estaban un poco desoladas, lo cual no te dio buena espina.

Te encontrabas caminando en dirección a tu casa, la cuál se encontraba a unas cuadras más adelante.

El grito desesperado de un niño pidiendo ayuda te sorprendió y cuando escuchaste que el mismo se repitió otra vez dejaste las bolsas que llevabas en las manos tiradas en el suelo y saliste corriendo en dirección a un callejón de dónde provenía el grito.

Pero lo que te encontraste en este fue muy diferente a lo que imaginabas.

En lugar de haber un pequeño gritando habían alrededor de cinco robots en ese oscuro callejón, los cuales se abalanzaron sobre ti, pero lograste esquivarlos.

No eras cualquier mujer, eras una ex-agente de SHIELD y un arma mortal, así que unos pedazos de chatarra no eran nada contra ti.

Una vez los hiciste papilla sentiste como alguien se posicionaba detrás de ti, por reflejo diste una vuelta con tu pierna en el aire lista para golpear a quien fuera que tuvieras detrás.

Pero tú sorpresa fue doble al ver cómo tú pierna fue detenida por un robot mucho más grande y de seguro fuerte que los anteriores.

-Ya veo porque eres tan importante para Stark.

¿Tony? ¿Qué tenía que ver él en todo esto? Te preguntaste pensado en aquel hombre el cual lastimosamente hace un tiempo que no veías.

-¿Quién te envío?- interrogaste aún con tu pierna safada en la mano de aquella bestia de metal.

-Nadie me a enviado, soy superior a cualquier cosa que hayas visto, mi nombre es Ultrón.

-¿Ultrón? ¿Qué quieres? Nunca había oído hablar de ti.

-Voy a mejorar el mundo, pero para eso necesito deshacerme de los molestos vengadores y tú me servirás de mucho para mis planes.

-Permiteme decepcionarte- dijiste dando un salto para golpear con tu otra pierna la cabeza del robot teniendo éxito en tu jugada haciendo que tu pierna quedará libre.

Tu golpe no le hizo nada a Ultrón, este solo río ante tu intento de ganar, pero no te lo dejo fácil.

Eras ágil, tanto que esquivar sus golpes no fue nada mientras le encestabas los tuyos propios, pero su acorazado cuerpo parecía no recibir daños de tu parte.

-¿De qué mierda estás hecho?

-Bribanio- se limito a decir mientras preparaba su mano para darte un golpe el cual esquivaste pero no fuiste conciencia del siguiente que golpeó tu cabeza con la fuerza suficiente para dejarte inconciente.

Al despertar te diste cuenta que ya era de día y la luz del sol te hizo cerrar los ojos fuertemente hasta que te acostumbraste a ella.

Estabas al lado de una especie de batería gigante, aturdida por el golpe pero aún así viste a tu alrededor intentado saber en dónde estabas.

Lastimosamente no conocías el lugar, solo pudiste deducir que estabas en una iglesia.

-¿Vienes a confesar tus pecados?- escuchaste la voz de Ultrón venir desde afuera.

-No creo que tengas tanto tiempo- esa voz la conocías muy bien, era la voz del hombre al que tuviste que renunciar por buscar un mejor futuro después de la destrucción de SHIELD- ¿En dónde la tienes? Si le hiciste algo voy a...

-No me asustas Stark, pero como soy tan generoso te permite morir con ella- Te pareció escuchar como si un propulsor se activará, siendo la señal de que alguno de los dos se había marchando.

Las grandes puertas de la iglesia se abriendo dejando ver al hombre de traje rojo y dorado. Tony no dudo en acercarse a ti, aún cuando la especie de reactor a tu lado era más importante.

-¿Estás bien? Voy a sacarte de aquí- sonrió una vez se arrodilló frente a ti y la máscara del traje permitió que vieras su rostro- Ese cambio de look te queda espectacular- reíste por su ocurrencia.

-Siento algo raro en el pecho- informaste para después sentir como Tony bajaba el cierre de tu suéter.

Lo que encontró allí no fue nada agradable.

-¡Mierda!- exclamó- ese imbécil puso una bomba en tu cuerpo.

-¿Qué tipo de bomba?- los explosivos eran tu especialidad, así que no estabas asustada.

-Es una VJ-39 mejorada- dijo haciendo que bajarás la vista y te fijaras en em objeto- ¡Joder! Es mi culpa, nunca debí inicial el proyecto Ultrón- se lamento- Si quitó la bomba explorará  y el reloj solo marca un minuto.

No había suficiente tiempo para desactivarla, ese tipo de artefacto era realmente peligroso.

-Vete, Tony- le dijiste.

-¡No! No te voy a dejar aquí, no ahora que por fin te encontré- sus palabras rompieron tu corazón, eras una maestra en el escondite, y de él lo habías hecho en las propias calles de Nueva York.

-Tienes que hacerlo, no hay tiempo y no voy a dejar que mueras conmigo- expusiste con determinación a la vez que sus ojos comenzaron a humedecerse-  Tranquilo, nos volveremos a encontrar en el infierno- sonreiste.

-¡No! No quiero, te estuve buscando por meses, descubrí que lo único que realmente me importa en este mundo eres tú, ______, intente buscarte pero no pude y ahora que te tengo no te voy a dejar ir ¡Me niego!- grito con desesperación al sentirse inútil- Te Amo, y lamento no haberme dado de cuenta a tiempo para decírtelo todos los días ¡Te amo!

Sentiste tu corazón hincharse de la emoción, todo esté tiempo en lo único en que pensabas eran en él, y ahora que lo tenías debías dejarlo.

-Yo también Te Amo, Tony Stark.

El reloj solo marcaba diez segundos, no quedaba tiempo y una especie de barrera comenzó a rodear a la batería a tú lado.

-Sé les acabo el tiempo- hablo un chico llegando de la nada, no lo conocías y si lo hubieses hecho de seguro no hubieras olvidado ese cabello plateado para nada común.

El platinado tomo la bomba de tu pecho y en un abrir y cerrar de ojos la aventó por la ventana directo al cielo, sus movimientos fueron tan rápidos que cuando la bomba explotó ya se encontraba tan lejos que no dañaría a nadie.

Estaban sorprendidos por la repentina ayuda, y cuando tú salvador volteo a verlos sonrió socarronamente.

-¿Qué? ¿Acaso no lo vieron venir?- se burló haciendo que su acento fuera mas pronunciado- Es hora de irnos, señorita- y con eso te tomo en sus brazos y cuando te percataste ya estabas afuera, frente a Steve.

-¡_____! ¿Estás bien?- te pregunto tu amigo.

-eh, Si, gracias a...- cuando te volteaste el platinado ya no estaba.

Ahora que estabas fuera de peligro y menos aturdida, te levantaste del suelo con decisión.

-Reporte de misión- pediste con una voz más sería- Voy a patearle su trasero mecánico a ese hijo de perra- comentaste mostrando una risa amenazante a la vez que tronabas tus dedos. Después de todo, ser agente era lo que más te encantaba y ahora que estabas de nuevo con Tony te sentías completa, eso es lo que estuviste buscando todo ese tiempo.

-¡Lenguaje!

-Ay Cap, tu no eres mi jefe.

One-shots AVENGERS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora