02. Náuseas

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Luego de enterarse de su embarazo, el doncel Ben tuvo que aprender cómo se daría el mismo y cómo llevarlo adelante. Como era un doncel no lo atravesaba igual que un espíritu hembra (lo que ellos eran). A su vez, Rook Blonko también estudió lo suyo ya que debía apoyar a Ben, además de que no tenía ni idea de cuidar bebés recién nacidos. Había estado en la infancia de sus hermanos menores, pero nunca había cambiado pañales o alimentado un bebé.

Si bien durante las primeras semanas no había pasado nada de importancia, fue a la tercera semana que comenzó a sentir nauseas con ciertas comidas. Ben ya no podía comer como estaba acostumbrado... La carne de vaca le daba asco, la carne de pescado olía fatal y la carne de cerdo se veía extraña. Sin embargo, cuando comía pescado moría figuradamente del gusto y Blonko no podía estar más contento. En su aldea era una tradición pescar y cocinar pescado, además de las cosechas de Amber Ogia.

Un día Blonko lo invitó a su aldea para comer, Ben fue con mucho entusiasmo y se sentía a gusto con los hermanos. El más pequeño de los hermanos todavía no perdía su primer diente de leche por lo cual no tenía un nombre. Ben pensó que sus hijos iban a ser la unión de dos culturas de dos aldeas muy diferentes. Debido a eso decidió quedarse tres semanas ahí para aprender sobre el modo de vida de la gente de Blonko. Si bien su suegro seguía sin quererlo del todo había dado su bendición al ver lo mucho que Ben quería aprender de ellos y como Blonko seguía cercano a ellos.

El almuerzo ya estaba listo cuando le avisaron a Ben y a Pequeño que debían ir a la mesa. Pequeño no dejaba el lado de Ben y lo seguía como si lo cuidase. Cuando podía le tocaba el vientre plano que todavía no crecía, lo cual hacía reír a Ben. Tomó asiento frente a la mesa junto a su novio, quien le sirvió comida y jugo. Ben aguantó una arcada cuando le llegó el olor a su nariz de un platillo que ellos habían llevado. Miró al cielo con un gesto de cansancio suspirando, Blonko se dio cuenta de lo que pasaba y alejó el platillo luego de convidar. Ben movió sus hombros y luego el cuello al sentirse mejor para sacar la tensión.

—¿Cómo llevas el primer mes de embarazo, Ben? — Le preguntó su suegra luego de que todos se sentaron. Ben que se había metido un bocado de la fruta a la boca la miró sonriente.

—Bien, esta semana se me empezaron a dar nauseas y casi todas las mañanas desayuno jugo de Amber Ogia... Sin él no puedo empezar mi día—. Al terminar esa oración se bebió todo su vaso haciendo reír a varios en la mesa, extrañamente incluido su suegro—. Hay carnes que ya no puedo comer si quiero evitar las náuseas, pero nada que no pueda sobrellevar.

—Parece que mi hijo será un gran amante de nuestra Amber Ogia—. Dijo con orgullo Blonko mientras otros asentían con igual orgullo—. Aún así, estamos aprendiendo de las aldeas ajenas, ya que el cuerpo anodita no es igual al de nuestra especie.

Continuaron charlando entre todos, mientras Ben se centró en comer todo lo que pudo. Sabía que luego del almuerzo se le iba a complicar comer algo ya que a esa hora las náuseas se ponían más insoportables. A eso se le sumaba que la madre de Blonko y otras mujeres querían enseñarle más sobre su especie. Debía saber sobre los bebés de los Revonnahganders, ya que los genes de esa especie eran muy dominantes. A eso se le sumaba que todos creían (incluido Ben) que el bebé se vería como su padre. Según Ben, sería un bebé con el aspecto de Blonko, pero con sus poderes Anodita. 

El Forastero - spinoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora