#LaLección 1/2

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Kurt despertó después de algunos parpadeos, mirando hacia la pared aún adormilado.
Decidió quedarse un minuto allí antes de levantarse.

A sus espaldas, podía sentir el calor de un cuerpo bastante familiar y, estaba temblando.

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La piel le ardía, aunque cualquier sensación ahora mismo era hormigueante y confusa al no estar en realidad despierto. Pero mierda. Cada golpe con aquel cinturón se sentía tan real. Tan cerca de lo real.

–¡Leonard! ¡Déjalo ya! ¡Es tan solo un niño!– gritaba su madre, intentando que papá no lo golpease tan agresivamente cómo había hecho con ella segundos atrás.

Gabe, teniendo 8 años de edad, no dejaba de gritar y llorar con cada golpe entumecedor que su padre le daba. Estaba aterrado y adolorido. Podía escuchar los gritos de su madre y las maldiciones de papá, retumbando y haciendo eco en su memoria, cada vez tornándose más borroso, hasta que...

–Gabe.

<<¿Quién es él?>>

–Gabe– repitió aquella voz familiar.

<<¿Ese es mi nombre?>>

–¡Gabe!– ese grito lo hizo despertar de golpe, sudando y aún en shock por la pesadilla que había tenido.

Miró a su lado, encontrándose cara a cara con Kurt, quien le miraba preocupado y con los ojos bien abiertos al ver despertar de esa manera a su amigo.

Gabe aún no reaccionaba por completo, haciendo que su mirada vagara por los ojos de Kurt.

–Gabe...– Kurt desvió su atención hacia las lágrimas casi imperceptibles que se deslizaban por las mejillas de su amigo–. Hermano...

Susurró aquello con compasión, posteriormente abrazando a Gabriel, haciendo que éste sintiese una oleada de reconforte y tristeza al mismo tiempo, aunque no reaccionó conforme a eso. De hecho parecía aún en shock, con los brazos flexionados, causando que quedasen encerrados entre el pecho de Kurt y el suyo, aunque su mirada y seño fruncido analizaban su alrededor como si no supiera qué estaba pasando.

Kurt siempre lo había apoyado, aunque a Gabe no le agradaba del todo que lo viese llorar por éstas cosas sobre su complicado pasado y demás. Cada que se encontraba con el nudo en la garganta se buscaba un lugar solitario para llorar. Al principio Kurt lo seguía y trataba de convencerlo para que abriese la puerta, pero con el tiempo comprendió que lo único que buscaba era estar solo. Y de hecho lo respetó, así que durante los últimos años lo había dejado llorar en paz o mejor aún: no darle razones para llorar.

Entonces, Gabe, al encontrarse "acorralado" en la compasión de Kurt, sonrió nervioso y forcejeó con cautela para sacar sus brazos de entre ambos, limpiándose las lágrimas cuando lo logró.

–Estoy bien. No hay nada de-de qué preocuparse– se soltó del agarre de Kurt y éste último insistió en abrazarlo nuevamente –. Uh... Kurt... Estoy bien. Fue solo un sueño, yo...

–Sh.

Y Gabe guardó silencio, aceptando el gesto, aunque ya más tranquilo. Después de unos segundos sin saber qué hacer, se llevó la mano extendida a la frente como el saludo de un militar, haciendo reír a Kurt.

Fue liberado del abrazo. Kurt riendo y contagiando su risa a Gabe.

–A sus órdenes, capitán.– hizo reír nuevamente a Kurt con su tono de voz acorde al saludo.

–Vamos. Hoy es el gran día.– se acercó al rostro de Gabe, sonriendo emocionado y levantándose del colchón. A lo que su amigo reaccionó con una sonrisa invertida y un brillo en los ojos que fácilmente se leía como "intento contener mi emoción y distraerme de lo que acabo de soñar" mirada, así que se levantó de un salto de la cama también.

Fue una forma un tanto intensa de comenzar el día, pero estaba seguro de que mejoraría con el paso de las horas. Especialmente con el plan que se traían entre manos ambos amigos.

Ésto reforzaría su amistad de manera permanente, además de la lealtad y confianza que había en su relación amistosa de desde hace años. <<¿Por qué la gente no hace cosas como éstas más seguido?>> se preguntaba Gabriel.

Finalmente serían virales.

Miles de personas los verían hoy en directo.

Estaban seguros de ello.

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