Capítulo 11bis

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Spin-off- Ricchy

Llevo 5 días en la clínica, mi primer día aquí fue el más triste, solo veía entrar y salir enfermeros y médicos de mi habitación. Las paredes blancas, una cama simple. Un pequeño escritorio vacío, y una ventana que dejaba entrar los rayos del sol de entre los árboles cercanos.

Había llegado después del mediodía del hospital, dónde Hannah me había llevado. Mis heridas físicas estaban cicatrizando bien. Mis heridas mentales y emocionales tardarían más en sanar.

La culpa que tenía por haber dañado a Hannah, el remordimiento por el temor que cause a mis amigos. Todos estos sentimientos dentro de mi me estaban asfixiando. Ojalá Dan hubiese tenido mejor puntería, ojalá la mina hubiese sido mi tumba. Pero no, por una fuerza extraña de la vida, tenía otra oportunidad.

Habían pasado algunas horas. Tenía hambre pero no me animaba a hablar. No sé que hora sería de la tarde, y entra un doctor con una bandera con te y galletas. Coloca todo en el escritorio, se sienta y me invita a sentarme en la otra silla.

--Hola Ricchy, disculpa que haya tardado en venir, sere tu doctor, mi nombre es Mark Miles. Por favor, come algo. Se que no has comido nada en todo el día.

Empecé a comer algunas galletas, pero realmente no tenía apetito. Él prosiguió.

--Mira, si todo va bien, este tratamiento pronto será ambulatorio. Tendremos sesiones individuales todos los días, pero también tendrás sesiones de grupo. Más la medicación. Y tranquilo, podrás recibir visitas.

--Dudo que alguien quiera visitarme.

--No lo creo. Mañana ya tienes programada la visita de una chica, Jessica. Y Hannah también quiere verte

--Usted sabe de Hannah?

--Por supuesto. Ella me contacto especialmente. Quiere que te mejores pronto, todos lo queremos.

---No se. Las palabras no salían de mi boca.

--Tranquilo. Lo lograrás. Solo debes empezar a sanar y perdonarte. Trabajaremos en ello. En un rato te paso a buscar, y recorremos el lugar. Verás que no estás solo en esto. Y el lugar no es tan terrible.

El doctor se retiró, termine de comer un poco más. Y acomodé la silla al lado de la ventana y me puse a contemplar el exterior. De verdad era un lugar lindo y tranquilo, con mucha vegetación.

Podría acostumbrarme a esto. Habrá pasado una hora cuando Mark volvió.

--Estas listo? Vamos.

Salimos de la habitación, había un pasillo amplio y bien iluminado.

--Aquí esta la sala de estar, dónde puedes venir a comer, o ver la tv, leer un libro, escuchar música, charlar, lo que quieras.

Había mesas con sillas y bancos, a los costados sillones, bibliotecas, una tv bastante grande y algunas personas que me saludaron y se presentaron. Me alegro ver, que eran personas sociables y me recibieron bien.

Caminamos un poco más, vimos la cocina, dónde saludé al personal, luego a su oficina. Me presento a los enfermeros y enfermeras. Recorrimos el parque. Todo el lugar era luminoso.

--Bueno Ricchy, ¿que te pareció el tour?

--Es todo muy lindo para ser un loquero. Intenté ser gracioso pero mi voz no transmitía gracia alguna.

--Debes entender Ricchy, esto no es un loquero, ustedes no están locos. Están sanando. Y aquí los ayudamos.

La tarde paso rápido, luego cenamos en la sala común. Pude conocer un poco más a mis “compañeros” y al personal. Pero el cansancio me golpeó fuerte así que me retire a dormir temprano.

La noche fue tranquila. Hace mucho tiempo no dormía tantas horas. La mañana llegó sin más. Me di una ducha, y me dirigí a desayunar.

Eran las 10 am cuando escucho una voz conocida acercarse.

--Ricchy. La voz alegre de Jessy.

--Que haces tu aquí? En la casa de la risa.

--Tonto, vine a traerte cosas, ropa más que nada. Vendré todos los días Ricchy. Iremos por este camino juntos.

No podía creer que a pesar de todo, ella siga conmigo. Pero así era. Charlamos un poco más, hasta que le hicieron señas que debía retirarse. Nos despedimos con un largo abrazo.

Los días pasaban tranquilos y rápidos. Sentía que la oscuridad dentro de mi se disipaba. Jessy venía todos los días, hasta empezó a hacerse amiga de los demás internados. Ella era una pequeña ráfaga de fuego que hacía que todos se rieran.
Mi corazón brincaba cada vez que la veía. Pero no era capaz de decirle nada aún. Primero debía estar bien. No puedo arrastrarla a este mundo.

El quinto día de mi estadía, es decir hoy. Recibí una llamada que no esperaba, pero a la vez si.  Una enfermera me llamo a la oficina a recibir la llamada.

--Hola?

--Hola Ricchy. Soy Hannah.

--Como estás? No es necesario que te preocupes por mi.

--Ricchy. No voy a discutir eso contigo. Estoy bien.

Estuvimos hablando casi una hora. De su vida actual, de su ruptura con Thomas. Me habló de mi padre, ella va a visitarlo para ver cómo está. Le hable de mis compañeros y mi tratamiento. De Jessy mucho no hablamos. Hannah no le tiene aprecio, pero es realmente gracioso, cómo Hannah reacciona al escuchar de Jessy. Hannah es mi amiga de toda la vida, es como si fuese mi hermana. Recordar eso me hace bien.

La conversación con ella me estabilizó. Y veo factible mi recuperación luego de todo este tiempo. No será difícil que ella me perdone, porque ella es un ángel, pero yo debo aprender a perdonarme. Ojalá algún día pueda reunirme con mis amigos. Disculparme y que no me miren con odio. Trabajaré en eso todos los días. Por ellos y por mi.


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