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Harry es escoltado por dos guardaespaldas, que parecen ser tan duros como una roca, hasta el tour bus. 

La cosa está en que, yendo en contra de sí mismo, decidió hacerle caso a Louis.

Claramente es una mala idea, pero ¿acaso tiene otra opción? La respuesta es demasiado obvia.

La única luz, además de los faroles que alumbran el estacionamiento detrás de la arena, es la de la luna. 

El cielo está despejado, a pesar de que ya ha empezado a cambiar el clima, entrando de a poco en la etapa otoñal. 

Ha sido arrastrado antes que el show terminara, siguiendo órdenes estrictas del cantante principal. Obviamente, no ejerció resistencia, dado que los dos mastodontes que lo escoltan podrían eliminarlo tan sólo con un chasquido de dedos.

Al llegar al frente del tour bus, uno de los guardaespaldas abre la puerta, dejándole ver el interior que sólo se ha iluminado cuando se activaron las luces debido a los sensores.

Harry se llena los pulmones de aire, y luego lo deja salir lentamente por su boca en forma de suspiro prolongado. 

Cierra los ojos por una fracción de segundo y asiente para sí mismo, intentando llenarse de valor y hacer el miedo a un lado.

En el instante en que levanta un pie y lo pone sobre el primer escalón para ingresar al tour bus, uno de los guardias a su espalda carraspea, llamando poderosamente su atención.

Entonces Harry gira su cabeza por sobre su hombro, vislumbrando aquella figura varonil y enorme, que casi cubre por completo la luz de la farola que está detrás de él.

—Louis ordenó que debía esperarlo en la habitación que está al final del pasillo a la derecha —el hombre espeta, con una mirada dura en su rostro. Su mandíbula es afilada, tanto que Harry cree que podría cortar algo con ella, y tiene la barba apenas recortada. Un auricular se engancha en su oído, y el cable del mismo cuelga hacia abajo, perdiéndose dentro de la chaqueta de su traje negro. Sus enormes manos están cubiertas por guantes de cuero sin dedos. 

Harry traga saliva. Al parecer, es tan notable que uno de los guardias se apiada de él.

Harry observa cómo el hombre rebusca algo en el bolsillo de su pantalón de vestir y, sin decir nada y manteniendo su expresión, le entrega una cadena de plata de la que cuelga el dije de una cruz. 

—Con esto no puede hacerte daño —el hombre dice. Mantiene la cadena de plata en el aire frente a Harry, sosteniéndola con sus dedos índice y pulgar.

El otro guardaespaldas, quien transmitió la orden al principio, se muerde el interior de su mejilla. Harry puede sentir su nerviosismo como si formara parte del aire que respira.

—Emm —Harry duda unos segundos si aceptar o no aquel dije. Piensa que, de todas formas, está en peligro, y que una cruz no podría hacer nada más que ayudarlo. Además, se supone que es católico, así que no tiene nada que temer—. Gracias.

El guardaespaldas asiente, y en el instante que inclina su cabeza y la luz le da de lleno, Harry puede observar que su cabello tiene este color medio rubio mezclado con rojizo, casi parecido al cabello de un querubín.

Luego de que el hombre le colocara la cadena alrededor del cuello, Harry se decide a poner todo de sí para pasar una buena noche. Después de todo, ya es medio tarde, así que en un pestañeo ya será de día otra vez y podrá evitar a Louis cuanto lo desee.

Cada paso que da por el pasillo del tour bus, se siente como si todo su cuerpo estuviese temblando. 

Las luces son tenues, apenas iluminando el suelo por donde camina. Lo bueno es que debe caminar por línea recta y luego doblar a la derecha, encontrando así su destino la noche de hoy.

Physical [L.S] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora