Mis "protegidos"

Tercera parte (3/6)

ℂ𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣 𝕥𝕙𝕣𝕖𝕖 (ℙ.𝕆.𝕍 𝕌𝕫𝕦𝕚 𝕋𝕖𝕟𝕘𝕖𝕟)

El chófer se dirigió con rapidez a nuestro próximo destino. Esta vez por lo menos la casa estaba, aunque un poco alejada del pueblo, no en la cima de una montaña nevada.

Al llegar pude ver que la casa no era humilde, tenía un muro bastante largo que por la derecha se escapa a la vista y por la izquierda eran tres cuartas de lo mismo.

Toqué a la puerta varias veces y cuando por fin se abrió, una mujer de mediana edad me miró con recelo. Yo me armé de valor para no tirarme de los pelos por todas las miradas desconfiadas que había recibido en tan poco tiempo.

-Quisiera ver al señor de la casa -pedí con un tono que yo denominaría cortés para que la señora no se me espantara.

-¿Quién es usted? -preguntó, aun con desconfianza

-Uzui Tengen, ya había hablado con él por teléfono -respondí con calma, intentando no ponerme nervioso por lo brusco que me había hablado

La señora pareció darse cuenta de que estaba diciendo la verdad porque aunque me miró fijamente, me dejó pasar y me guió hasta una habitación de la casa que parecía ser la principal. La señora tocó y esperó pacientemente hasta que un suave, pasa se escuchó detrás de la puerta

Ella abrió y pidió permiso y disculpas por interrumpirlo. Me hizo pasar y posteriormente me anunció

-Uzui Tengen-sama -dijo mientras me señalaba. Yo saludé con una reverencia -Ha venido a por Zenitsu-sama.

El señor me miró por unos segundos antes de resoplar y mandar a la señora a por el chico. Yo me quedé ahí, esperando, y entonces el señor empezó a hablarme

-Cuando Suma me trajo al niño, pensé que era una broma -empezó diciendo -Ella había dejado el clan mucho antes de alcanzar la mayoría de edad y nunca pensé que volvería. Pero aquel día me sorprendió -yo asentí, esperando que continuara -Estaba lloviendo a mares afuera y cuando la vi entrar a mi casa, toda empapada y con una cesta de mimbre entre los brazos, me sentí como si tuviera la misma edad que cuando se fue... -hizo una pausa mientras tomaba aire -La noticia de su muerte me dolió pero supongo que no puedo llorarla después de todo el mal que le hice como padrastro

-¿No es su padre biológico? -pregunté

-No, el padre de suma las abandonó a ella y a su madre cuando se enteró que estaba embarazada -explicó -después ella vino a mí y me pidió asilo, pero justo cuando estaba dando a luz, murió sin poder coger a su hija entre sus brazos

-Vaya, lo siento mucho

-No te disculpes, eso fue hace mucho tiempo -sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos -me propuse cuidar de la niña, pero, más que cuidarla la atosigué y ella huyó, así que no la culpo

Antes de que pudiéramos seguir hablando, la mujer que me había recibido había vuelto, un chico estaba a su lado, temblando de miedo.

-Aquí está el señorito -dijo la señora. Yo miré al niño. Tenía el pelo amarillo intenso, pero le daba un aire a Suma

-El pelo es teñido, no sabemos quien se lo hizo, pero si quieres puedes desteñirlo -dijo el anciano

-No, da igual, el otro niño tiene el pelo cobrizo, así que no me importa -le sonreí al chico de manera forzada

Salimos de allí y metieron las maletas en el maletero, con las otras, yo le indiqué al niño que se sentara atrás con los otros y de ahí le dije a mi chofer que me llevara a la última dirección.

Este día se estaba haciendo eterno.