–No entiendo, señorita– el azabache intentaba comprender toda la información que acababa de llegar a su cabeza.
–Tú, solo sigue escuchando, Soobin–
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La nipona no había terminado la llamada con su compañero de trabajo, cuando de repente otra entró a su teléfono.
Se separó un poco para observar el número en pantalla y para su sorpresa era Chaeyoung quien la llamaba.
–Hablamos luego, Hee. Muchas gracias–
Rápidamente atendió la otra llamada.
–¡Mina!– El terror en su voz, alertó a la detective.
–Chae ¿Qué pasa?–
La respiración agitada de su novia y los pequeños sollozos le daban a entender que todo estaba sucediendo de nuevo... Ella tenía razón, el asesino no era Lee Seojoon.
–¡¿Dónde estás?!– Mina corrió hacia su auto.
–E-En la cafetería– murmuró– Escucha M-Mina, el asesino no es Seojoon e- ¡No! ¡D-Déjame! ¡¿Por qué haces esto D–
La llamada se colgó. Mina con lágrimas en los ojos y la ira carcomiéndole la cabeza, manejó con desesperación hasta el lugar de trabajo de su amada. Era de noche, pero no lo suficiente como para que las calles estuvieran vacías, tuvo que esquivar varios autos y maldecir cada vez que debía pasar cualquier semáforo en rojo.
Cuando llegó , entró al local con una fuerte patada, rompiendo las cerraduras de la puerta. Con su arma en mano, el corazón a mil y el pánico corriendo por sus venas caminó lentamente.
Lo primero que vieron sus ojos, la llenaron de náuseas, pero mantuvo la compostura.
Sin dejar su posición defensiva se acercó lentamente hasta el cuerpo que yacía recostado en una de las mesas, sobre un rio de sangre que corría hasta sus botas. Aunque ya sabía quién era... No podía confundir esos dorados cabellos en ninguna parte.
Yoo Jeongyeon. Su rostro, lleno de sangre e hinchado le indicaban a la detective que el asesino definitivamente era un puto psicópata. le había apaleado hasta casi desfigurar su rostro.
Cuidadosamente acercó su dedo índice y corazón hasta el cuello de su amiga.
No había pulso.
//
–¿Nunca soltaron a Lee Seojoon?–
–N-No, claro que no... Esa noche el seguía en una celda–
–...Joder– Todo en ese reporte era una mentira.
Mina se abrazó a si misma, ya no era tan fuerte, recordar ese día era una de sus mayores torturas. La desesperada voz de su pequeña Chaeyoung, giraba torno a su cabeza, taladrándole justo en la cordura.
–Entonces, Yoo Jeongyeon fue la ante penúltima asesinada–
–E-Estás muy equivocado...– Sollozó– Por desgracia–
La detective necesitaba un minuto. Uno para respirar, uno para intentar ocultar todos aquellos demonios que la perseguían a diario. Volviéndola una ser sin luz, sin vida.
–Un momento...–
Soobin comenzaba a entender.
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𝐃𝐨𝐮𝐠𝐡𝐧𝐮𝐭 |𝚃𝚆𝙸𝙲𝙴|
Roman pour Adolescents¿𝑼𝒏 𝒂𝒔𝒆𝒔𝒊𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒓𝒊𝒂𝒍 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒃𝒍𝒐? 𝑷𝒖𝒆𝒔 𝒔í. 𝑶𝒄𝒖𝒓𝒓𝒊ó, 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒎á𝒔 𝒕𝒓á𝒈𝒊𝒄𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒔𝒂𝒔 𝒚 𝒍𝒐𝒄𝒂𝒍𝒆𝒔. �...