박 지효

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Mina y Soobin,  caminaban abrazados por la helada noche. El invierno ya estaba desapareciendo, pero el frío continuaba golpeando con fuerza al pequeño pueblo.

–¿Conoces quienes están involucrados en el caso?–

Cómo si fuera un niño quién había hecho su tarea, asintió enérgicamente.

–Bien... Comencemos con la primera víctima–

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Park Jihyo, profesora de música en la pequeña pero aclamada academia del pueblo. La coreana era conocida por ser una excelente maestra y por su grandioso carisma. El mismo que terminó por enamorar a Seojoon.

–Estoy saliendo con uno de los alumnos de Chaeyoung–

–¿Alumno de Chaeyoung?– Dahyun quién le entregaba la comida a su mejor amiga, frunció el ceño confundida.

Park Chaeyoung, la profesora de piano–

–Oh. Por un segundo creí que nuestra Chaeng tenía otro trabajo–

–Se la pasa aquí metida contigo, Dahyun ¿Cómo tendría otro trabajo?–

La menor rio, porque sabía que Jihyo tenía razón.

–¡Dahyun! ¿Qué est- Oh, hola Jihyo– La misma pelinegra de la que estaban hablando hizo acto de presencia.

–¿Qué tal Chae? ¿Cómo van las ventas?–

–Excelente, las donas se están volviendo cada vez más famosas en el pueblo–

Dahyun, decidió retirarse, para ir a atender a un par de clientes nuevos que habían entrado. Dos azabaches,  reconociendo muy bien a uno de ellos.

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Usted ¿Estuvo esa noche ahí?– Soobin preguntó sorprendido.

–Así es... Esa fue la última vez que vi a Park Jihyo con vida–

El chico jugó incómodo con su chaqueta.

–Ella era su amiga ¿Verdad?–

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–Buenas noches– Saludó Dahyun.

El chico, alto, bien vestido y muy guapo, simplemente devolvió el saludo y pasó derecho hacia las mesas del fondo. Mientras que Mina, se acercó.

–Dahyun, buenas noches–

La chica de piel blanca como la nieve que caía fuera del local, sabía exactamente la relación que tenía Chaeyoung con la detective. Era la única que estaba enterada de aquello, a pesar de que la nipona y la coreana no querían aún que saliera a la luz. Y es que se había enterado por un descuido de su amiga y jefa, Chaeyoung una noche de borrachera terminó por contarle la verdad.

–¿Está Chaeyoung?–

La coreana dirigió su mirada hacia la mesa, donde también se había detenido el otro azabache.

–Ahí está– Señaló Dahyun.

–Gracias– Mina le dedicó una suave sonrisa y se acercó a donde estaban todos hablando enérgicamente.

–Hyo, Chae, Hola– Saludó Mina llamando así la atención de los demás.

–Minari– Chaeyoung le abrazó ligeramente.

–Mina, que gusto verte– La coreana mayor se levantó de su mesa para abrazarla también.–Te presento a Seojoon– El desconocido quién había estado todo el tiempo observando la interacción entre las amigas, salió de su trance para saludar a Mina.

Compartieron saludos, y algunas palabras un rato, hasta que Mina y Chaeyoung decidieron retirarse para hablar ellas solas y compartir un café., acompañado de las deliciosas donas de la menor.

–Dahyun, puedes irte, yo cierro– Dijo Chaeyoung después de que el último cliente saliera del lugar.

–Está bien– Entró a un pequeño cuarto en la parte trasera y salió de vuelta con su bolso.

Mina observó curiosa.

–¿Te vas a ir caminando? ¿Quieres que te lleve?–  No le gustaba mucho la idea de la chica caminando tan tarde, y aún peor, con toda la nieve que había en la calle.

N-No, no hace falta. Estoy bien así, gracias Minari– No dijo nada más, solo se fue.

Chaeyoung se levantó de la mesa justo cuando la puerta se escuchó cerrarse. Se acercó a la nipona y le plantó un dulce beso.

–Estuve esperando desde que llegaste por esto–

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Soobin detuvo su caminar. Su mirada clavada en el piso. Tomó aire.

–Entonces... Son Chaeyoung ¿Era su novia?–

–Mhm– Mina quién le daba la espalda, afirmó.

–... Y, Park Jihyo–

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Chaeyoung caminaba cuidadosamente, cuidado que nada se moviera de su sitio. La bandeja en sus manos, era uno de sus tiernos gestos que siempre tenía con su novia. Llevarle el desayuno a la cama.

Entró con una sonrisa a la habitación, sonrisa que desapareció inmediatamente cuando encontró a la nipona vomitando en el baño.

–¡Mina! ¿Estás bien, amor?–

J-Jihyo...– Tosió, sosteniéndose de la taza.

–¿Qué pasa con Jihyo?– Chaeyoung tembló.

–Ella... E-Está, muerta–

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La detective observaba entre los árboles de aquel famoso parque. Un lugar que solía ser apacible y alegre. Hasta que el cadáver de una de sus amigas fue encontrado, abandonado entre la nieve, pintada de un rojo carmín.

–Así es como comenzó– Murmuró.

𝐃𝐨𝐮𝐠𝐡𝐧𝐮𝐭 |𝚃𝚆𝙸𝙲𝙴|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora