임 나연

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–Lo lamento mucho–

–¿Por qué lo lamentas? Ya sabías que están muertas. Nada cambiará–

Soobin se quedó en silencio. Pues ella tenía razón y el no sabía cómo reaccionar ante sus palabras.

La detective lo notó, así que continuó con su relato.

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Su cabeza le iba a explotar. Sus ojos rojos y cansados querían cerrarse y no volverse a abrir jamás.

Parecía estar luchando contra una fuerza invisible, una que la golpeaba sin descanso, golpe tras otro.

Y su último golpe, no, no había sido Sana.

Así como la nipona mayor le advirtió. Nayeon requería de ayuda.

Pero ella no había reaccionado, estaba muy aturdida por la cantidad de golpes que ya había recibido.

–Detective– Mina, observaba un punto fijo de aquella blanca pared.

El olor a hospital inundaba sus fosas. Los sonidos sordos de pasos, puertas abriéndose, o simplemente la maquinaria indicando el pulso de los pacientes ahí. No parecían dejar pasar la voz del oficial.

No reaccionó hasta que sintió la fuerte mano del mismo sobre su hombro.

–¿Oficial Hwang?–

–Se le suma una víctima más. Im Nayeon. Encontrada con signos de envenenamiento en su auto–

"Lo sé"  pensó la nipona.

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–Tal vez pude haber salvado a Nayeon– El arrepentimiento estaba a flor de piel en su voz.

–Pero, usted no sabía que Minatozaki iba a perecer camino al hospital. Era una situación complicada–

Aunque la detective aún no se perdonara lo sucedido. Muy en el fondo, ella sabía que no era culpable.

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–Esto es patético, capitán– Mina gruñó.

La oficina de su mayor, era completamente impecable, casi como si no tuvieran un asesino en serie suelto por el pueblo.

–No lo es–

–¿Cómo no? Mientras él está encerrado hubieron dos víctimas más...–

–Dos casos de envenenamiento, pudo haber irrumpido en sus hogares antes y haber intoxicado sus comidas–

–Pero ¿Las dos? ¿Al mismo tiempo?– Suspiró– Tuvo que haber envenenado algo muy específico, algo que ambas hayan decidido comer una misma noche–

–Mina–

–¿Ya saben que es lo que consumieron?–

El mayor se sentó en su silla. Descansando su espalda.

–No. Las autopsias no han sido concluidas–

Había pasado muy poco tiempo. Las autoridades no podían ir más rápido, aunque Mina sospechaba que estaban entorpeciendo la investigación.

–Lee Seojoon no puede ser el asesino, capitán–

–No lo vamos a discutir más. Mañana será llevado al juzgado para que reciba su sentencia–

–Usted solo quiere cerrar el caso para acabar con el terror, para quedar bien ante el pueblo. Pero está cometiendo un error ¡cerrar el caso es un error!–

–Detective Myoui. Se le está yendo la cabeza con todo esto–

–¡¿Cómo?!–

–Entiendo que las víctimas estaban dentro de su círculo amistoso. Y fui muy generoso al dejarla estar en el caso, pero es suficiente. No quiero que esté metiendo más sus narices en esto–

Y eso fue el colmo para la nipona. Deseaba golpearlo, en esa seria y estúpida expresión que siempre tenía en el rostro.

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–¿El capitán de verdad hizo eso?–

–Sí. El terror estaba atormentando al pueblo y él solo quería demostrar que aún tenía el control–

–Pero es ridículo encarcelar a quién no es el asesino, eso solo lo haría quedar aún peor–

–Lo sé. Y aún cuando llegaron los resultados de las autopsias no se echó para atrás. Pero ya era muy tarde–

–¿Muy tarde?–

Mina se había detenido frente a un local. Una cafetería.

–El asesino real sabía que con sus últimas víctimas, podríamos pisarle los talones– La voz de la detective se quebró– Y actuó de manera desesperada–

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–¿Los resultados de las autopsias?–

–Mina, ya no estás en el caso. No puedo darte esa información–

La detective hablaba por teléfono con uno de sus compañeros más cercanos en la comisaría.

–Solo, necesito saberlo–

Atrás de su teléfono se escuchó un suspiro, seguido de susurros.

–Tenían varios alimentos, pero lo único que parecían haber comido en común... Un par de restos de lo que parecían ser donas–

Donas...

Sana y Nayeon solo le compraban donas a una sola persona en todo el pueblo.


𝐃𝐨𝐮𝐠𝐡𝐧𝐮𝐭 |𝚃𝚆𝙸𝙲𝙴|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora