Los Hermanos

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¡Muchas gracias a quien me envió la idea!

Espero que les guste~

Nota: No tengo muy en claro como actúan Yin y Jin pero hice mi mejor esfuerzo :3

Nota-2: ¿Alguien me recuerda donde viven este par de hermanos? Porque no puedo recordarlo xD

MK está perdido y ajustado en medio de un montón de gente, mirando a su alrededor pero sin encontrar nada familiar como guía y sin saber a quien debería acercarse para pedir direcciones. Quiere gritar por su papá pero sabe que que esta ocupado trabajando y no quiere molestarlo, así que simplemente camina y súplica en su mente encontrar su camino a casa o a la tienda de Pigsy.

Mira hacia arriba, hacia el cielo nublado, viendo que entre las nubes negras se iluminan de vez en cuando por los relámpagos y no necesita la gran audición de su papá para escuchar los truenos que parecen aumentar en volumen. Tiene que moverse y rápido, antes de que la tormenta comience.

Se siente más perdido con cada paso que da, más confundido a medida que su alrededor cambia y no reconoce nada, asustado con todos los rostros desconocidos que lo rodean. Jadea, sintiendo que su pecho se oprime, abrumado por todos los sentimientos y se impulsa entre todo el gentío, tropezando y cayendo en una zona menos poblada. Esta en pánico, así que se concentra en todos los recuerdos felices que puede hasta que se siente más relajado y respira con normalidad, abriendo los ojos para seguir intentando volver a su casa y es cuando nota que no esta solo.

-Bueno, bueno, bueno...- se tensa, viendo entonces a las personas que se le están acercando, rodeándolo. Tienen pieles de colores y cuernos, junto a sonrisas que no le traen un buen sentimiento, son demonios y no parecen tener intenciones de ayudarlo. -...miren lo que tenemos aquí. Un pequeño niño humano-

-Y no un niño cualquiera...- hablo otro de ellos, su sonrisa agrandándose. -...es el pequeño consentido de Six Eared Macaque-

-¡Oh, eso es fantástico!- parece emocionado y eso no puede ser algo bueno. -Quizás al fin podamos estar por delante de él-

-Por favor...- tiembla, levantándose con mucho cuidado, mirando de manera disimulada a su alrededor para buscar una vía de escape. -...solo quiero ir a casa-

-No vas a ir a ningún lado...- uno de ellos se acerca, levantando su mano, el niño encogiéndose en su lugar. -...excepto con nosotros, mocoso- MK grita cuando ve la mano ajena acercarse y se protege el rostro con los brazos, esperando el golpe, solo para escuchar un quejido. Miro, sorprendido de ver al demonio tirado en el suelo, como su lo hubieran empujado, quejándose y con los demás mirándolo con gran sorpresa. El niño no lo sabe pero tiene un suave aura color blanca rodeándolo, desapareciendo lentamente. Se abraza a sí mismo, sintiendo uno de los bordes de una de las tantas protecciones bordadas en la parte inferior de su remera y agradece la protección de su papá.

-¡Maldición, tiene protecciones!- gruñe entre dientes, molesto obviamente.

-¡Agárrenlo!- es una orden y es cuando el menor corre, volviendo a meterse entre el gentío, usando su pequeña estatura y habilidad para moverse rápidamente entre las personas, solo queriendo escapar, su miedo creciendo al escuchar las voces de los demonios y los gritos de la gente. Esta en problemas, en muchos problemas. Mira por sobre su hombro y en su distracción, choca contra alguien. Cae de sentón, aturdido, alzando la vista y soltando un chillido ahogado. Los dos seres frente a él tienen pieles coloridas y grandes cuentos sobre su cabeza, obviamente son demonios.

-Whoa, pequeño, deberías tener más cuidado- hablo el de piel azulada, mostrando una sonrisa que se ve más burlona que malvada. Algo dentro de MK se estremece y se relaja ligeramente, jadeando por el cansancio y el miedo.

-Hey...- el de piel naranja se agacha, ladeando ligeramente la cabeza, confundido al parecer. -...¿Todo bien, pequeño?- preguntó en tono suave y tranquilo, algo en el interior del menor estremeciéndose y rompiéndose de repente.

-...ayúdenme...- su vista se nubla por las lágrimas que no tardan en correr por sus mejillas. Esta asustado y sólo quiere irse a casa. -...por favor...- el par se mira entre ellos y levantan la vista, las voces del grupo de demonios que habían seguido al niño escuchándose cada vez más cerca. Ambos dicen algo entre dientes que el niño no entiende, el de naranja se enderezo para hablar con el de azul, ambos murmurando entre ellos y con cara de miedo. Ninguno de los dos quiere meterse en esa situación pero viendo al asustado niño que llora en el suelo, tampoco quieren dejarlo así nada más. Dejan escapar un largo suspiro, resignados.

-Hey, pequeño...- MK solloza, alzando la vista y notando que el de piel azul está agachado, mientras que el de piel naranja está mirando a su alrededor. -...te ayudaremos...- extiende sus brazos hacia él, mostrando una pequeña sonrisa. -...pero tenemos que irnos, ahora- y MK sabe que no debe ir con extraños, su papá se lo dijo y es una regla, pero los extraños demonios dispuesto a ayudarlo en su mejor opción del momento. Así que se levanta y se lanza a los brazos del demonio de piel azulada, aferrándose y sintiendo las brazos del demonio rodeándolo para sujetarlo. Hundió su rostro en el hombro ajeno, sintiendo que lo alzaban.

-¡Vámonos!- y se están moviendo rápidamente, alejándose de las voces de aquellos demonios. los truenos suenan con fuerza, el cielo iluminándose por los relámpagos, una ligera llovizna empezando en esos momentos.

Ese es solo el comienzo de la tormenta que se avecina.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora