18.

1.5K 111 5
                                        

El rubio abrió los ojos, percatándose de que ya había amanecido. Estiró su cuerpo e inmediatamente sintió que su cabeza estaba por explotar del intenso dolor, esto gracias a todo el alcohol que había ingerido la noche anterior.

Bajó las escaleras y lo primero que hizo fue darle de comer a Dante, quien dormía plácidamente sobre la cara de Taehyung, en uno de los sillones de la sala de estar.
Este, al sentir que el amiguito peludo bajaba de él, se removió inquieto y despertó.

— Buenos días, Min. - estiró sus articulaciones. — Por favor dame algo antes de que mi cabeza caiga al suelo.

Jimin terminó de servirle a Dante y volteó a ver a su somnoliento amigo.

— ¿Donde dejaste a Seokjin? - el rubio caminó hasta la cocina.

— Creo que está en la otra habitación, debió haberse ido de aquí en algún momento de la madrugada. - Taehyung sobaba su frente, parecía muerto en vida. — ¿Qué hora es?

Buena pregunta, ¿qué hora era?

El timbre sonó y ambos chicos se miraron sorprendidos. Jimin buscó su celular con rapidez y encendió la pantalla. El reloj marcaba las 2:07 p.m. Jeongguk había llegado por Dante y Jimin parecía un vagabundo.

— Taehyung, por favor abre la puerta en lo que yo subo a lavarme la cara y los dientes. - el rubio mostraba una súplica inigualable.

— Bien, ve rápido porque si demoras le insultaré en todos los idiomas por la cagada de anoche.

— Taehyung... - Jimin cambió el semblante a uno serio.

— Es broma, apresúrate.

Jimin reaccionó y en dos segundos ya había subido las escaleras.

El castaño se dirigió a la puerta y al abrirla, se dejó ver la cabellera del pelinegro. Vestía un conjunto deportivo, aunque los probable era que ni siquiera haya hecho ejercicio, el outfit quedaba con el día.

— Hola, puedes pasar. Jimin bajará en un momento. - El castaño se hizo a un lado para que el chico de ojos grandes pudiera ingresar al hogar.

— Gracias. - Jeongguk se notaba algo incómodo, ya que la mirada que Taehyung le brindó al principio había sido bastante pesada.

El pelinegro se sentó en uno de los sofás y Dante al sentir el aroma que siempre acompañaba a su dueño, salió de donde sea que estaba para subirse en sus piernas.

— Bonito, te extrañé mucho. ¿Cómo te portaste con Min? - Jeongguk tomaba de los brazos a Dante y le daba besitos en la nariz.

— Dante es un gato muy listo, sabe portarse bien con las personas que quiere. - Taehyung soltó y Jeongguk giró el rostro.

— Sí, él es un gato muy listo. - Sonrío con amargura.

— Más que tú, al parecer. - Entonces Jeongguk comprendió que estaba a la defensiva, el castaño siempre lo trataba de una forma muy amistosa desde que había terminado con Jimin, y no entendía nada de lo que sucedía en ese preciso memento.

— Disculpa, no entiendo a lo que te refieres. - La sonrisa irónica de Taehyung logró confundirlo más.

— ¿Puedo darte un consejo, Jeongguk? - El mencionado asintió levemente.

— Si tu intención es lastimar o confundir más a Min, por favor para de hacerlo. - Taehyung pausó. — La situación ya es bastante confusa para él, no lo hagas más difícil, que al final somos nosotros lo que tenemos que verlo sufrir de esa forma y no poder hacer nada al respecto.

TO HINT| kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora