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Un día sin consumir sus pastillas y Sasuke se sentía inquieto. En esos momentos, estaba sentado en su cama con los ojos cerrados e intentando dejar de hiperventilar. Estaba completamente sumergido en una sensación de ahogo constante del cual no podía salir.

Había fingido tomar la pastilla que su madre le entregó el día anterior a la tarde y hacía unos minutos, por la mañana. Esperaba que ella no sea lo suficientemente inteligente como para sacar conclusiones y darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Cuando abrió los ojos y notó que su respiración seguía igual de agitada y que sus temblores no habían desaparecido, derramó lágrimas de desesperación y desentendimiento. ¿Había hecho mal las cuentas? Creyó que esas pastillas eran las que causaban esos efectos en su cuerpo, garganta y mente. Entonces, ¿por qué sentía que estaba teniendo otro ataque de ansiedad?

Quizás su madre nunca tuvo la intención de darle unas pastillas que no aportaban nada bueno a su organismo y él había delirado en uno de sus tantos pensamientos paranoicos. No podía ser cierto, había asegurado con certeza que esas pastillas no le hacían bien luego de notar ciertas cosas evidentes de las que antes había evitado.

Talló sus ojos con desesperación y luego rascó su rostro, clavando sus uñas en la piel y provocando que más lágrimas descendieran. Gimió cuando sintió su rostro quemarse y apartó las manos para ver un rastro de sangre en sus uñas.

Negando con su cabeza corrió hacia al baño. Una vez allí, se vio en el espejo con horror, Tenía el rostro rasguñado por sí mismo. Jadeó agitado y apoyó sus manos en el lavamanos ante el mareo que invadió su cuerpo.

¿Qué le estaba pasando? Sentía una extraña necesidad en su cuerpo, pero no sabía de qué.

En medio de su llanto, recordó lo que les pasaba a las personas que consumían una sustancia adictiva luego de un tiempo sin usarla: la abstinencia. ¿Eso era lo que estaba sintiendo en esos momentos de ansiedad y desesperación? ¿Abstinencia por una droga que consumió pensando que lo ayudaría con sus problemas? ¿Siquiera tenía esos problemas o eran causados por esa droga?

Lavó la poca sangre que salió de los rasguños en su rostro y luego lo secó. Al volver a verse en el espejo, notó con frustración cómo se habían marcado tres rayas rojas en cada mejilla.

Regresó a su habitación y se acostó en la cama mientras miraba cosas en su celular por unos minutos, esperando que su madre vaya a despedirse.

No se equivocó, tan solo dos segundos después la puerta se abrió y Mikoto apareció allí.

—Iré a trabajar. Te quiero... ¡¿Qué te pasó en el rostro, Sasuke?!

Ella se acercó a él con rapidez y lo sentó en la cama para ver de cerca el rostro de Sasuke. Él quiso alejarse del contacto que mantenía su madre al sentirse incómodo, restándole importancia, pero Mikoto lo sujetó con más fuerza.

—Dios... ¿cómo puedes seguir haciéndote daño?

—"No lo hice conscientemente. Déjame."

—Sasuke, ¿quieres que te alcance a la psicóloga? Quizás necesitas hablar con ella... Pasó un tiempo desde que no te lastimabas, ¿qué sucedió ahora?

—"Nada. Me dio un poco de ansiedad" —expresó, mordiendo su labio inferior.

—Mi vida... Quizás necesitas aumentar de medicamento. Hablaré con la psiquiatra y...

—"No, mamá. Estoy bien. Esto es normal en mí."

—¿Cómo que normal? —cuestionó horrorizada —. Esto... yo creí que había sido una sola vez en tus brazos, Sasuke.

El Otro Lado De La Luna |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora