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Para una persona ansiosa, pensar en demasía estaba dentro de su rutina diaria. Normalmente, los pensamientos negativos o las preocupaciones albergaban sus mentes la mayor parte del tiempo.

Sasuke solía recostarse en la cama de su habitación y miraba el techo únicamente para ahogarse en un océano de pensamientos, probabilidades y situaciones hipotéticas. La razón era que disfrutaba de la plena concentración en su mundo imaginario creado por su mente. Sabía que no era lo correcto. Su psicóloga se lo decía a menudo. Pero no podía escapar. No quería. Adoraba ese mundo en el que él era quien decidía cómo se harían las cosas, donde todo estaba bien y como él lo quería.

Últimamente centraba toda su atención en Naruto. En lo bien que se sintió salir con una persona de su edad y disfrutar junto a él lo que un adolescente haría. Lo quería repetir, pero no sabía cómo pedirlo. Siempre estaba ese temor interno que le impedía avanzar por sus inseguridades.

La puerta de su habitación se abrió de par a par y su madre apareció allí. Nunca tocaba la puerta.

—Sasuke. Vamos al supermercado.

Él la vio con interrogación. Eran pocas las ocasiones en las que su madre le decía para salir.

—"No quiero." —expresó Sasuke haciendo una mueca de disgusto.

—No te estoy preguntando si quieres o no. El otro día me insististe para salir, de la nada. Ahora saldrás, tal como querías.

—"Ya no quiero."

—Vístete.

Él rodó sus ojos y echó un suspiro de resignación. Odiaba seguir las órdenes de su madre cuando estaba evidentemente en desacuerdo. Aun así, refirió aceptar y ver el lado positivo de la situación. Quizás podría comprar más tomates o algún yogur que le guste.

Una vez en el supermercado intentó con todas sus fuerzas mantener su vista fija en sus zapatillas Vans para no observar ni ser observado por las personas. Estaban un poco sucias, pero apenas era notable. Quizás debería lavarlas. Las tenía desde hace tres años, y parecían nuevas por el motivo de que no salía y no las usaba.

Su madre lo llevaba por los lugares del supermercado, poniendo productos dentro del carro como una desquiciada. Sasuke sabía que Mikoto solía emocionarse cada vez que iban a hacer las compras.

—Sasuke, ¿hay pan? Creo que... compré, ¿o no?

—"No lo sé." —expresó, alzando sus hombros.

—¿Cómo que no sabes?

—"Siempre hay pan."

—Bueno, bueno... Veamos... Tráete algo para comer o para tomar. Lo que quieras... un yogurcito, supongo.

Sasuke sonrió y asintió. Eso era lo que estaba esperando. Caminó lejos de su madre viendo los estantes con productos, pensando qué elegir.

Cerca del mostrador, encontró un papel pegado en la pared. Le llamó la atención porque Naruto salía en la imagen. Era un grupo de personas sobre un escenario. Debajo de la imagen, había un texto: "¡Te esperamos en el teatro Konoha para disfrutar!"

Sasuke mordió su labio inferior al ver que la fecha de la obra de teatro sería al día siguiente. Realmente quería ir.

Pensó en eso mientras seguía caminando por el supermercado, lo tomaba como un tipo de caminata que disfrutaba de vez en cuando. Absorto en sus pensamientos, no notó cuando una persona pasó cerca suyo y lo hizo tropezar hasta resbalar y caer al suelo cuando chocaron.

—Lo..lo. Lo sien-siento. Lo..sien..to —tartamudeó avergonzado, intentando no ver a aquella persona a los ojos.

—Qué fastidio... Levántate, anda.

El Otro Lado De La Luna |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora