15

1.5K 264 156
                                    

Sasuke no recordaba cuándo fue la última vez que había esperado su cumpleaños con tantas ansias. Probablemente, hace más de cinco años cuando Itachi aún estaba en su casa y todo aparentaba ser normal en su vida.

Pero esta vez Itachi no iría, y no dolía tanto como años anteriores. Su hermano le había enviado un mensaje de texto deseándole lo mejor en su día y postergando su regalo de cumpleaños para cuando se vean.

Para su mala suerte, Kushina había dicho que no podría presentarse en su casa por su cumpleaños. Pero Naruto sí lo haría.

Sabía que no debía ilusionarse por de más con la idea de Naruto estando en su casa  ese día, pero era imposible. Se había arreglado más que cualquier otra vez y el perfume que su madre le había regalado podía inundar sus fosas nasales.

Para su sorpresa, Mikoto le había dicho que le prepararía una cena para que disfrute con Naruto sin estar ella allí. No supo por qué lo hizo, quizás era un día de piedad por su cumpleaños.

Abrazaba a su gato mientras caminaba dando vueltas alrededor de la puerta de entrada, esperando a Naruto. Su madre lo vio y no puedo quedarse callada.

—Hace mucho no te veía tan arreglado.

Prefirió sonreír con timidez. No tenía ganas de sacar sus manos del pelaje de su gato para responderle.

—Puedes decirle a tu amigo que se quede a dormir. Siempre y cuando no moleste ni haga ruido.

Sasuke quedó viéndola con una cara que denotaba sorpresa en su máxima expresión. ¿Realmente esa era su madre?

—No me mires así, cariño. Sé que nuestra relación está un poco... rara, aunque no entiendo muy bien por qué. Pero... ya tienes dieciocho y creo que es bueno que te estés relacionado con... más personas. —Sonrió falsamente y Sasuke lo supo.

Era su cumpleaños número dieciocho, por lo tanto ya era mayor de edad y su libertad se ampliaba un poco más. Posiblemente eso era lo que madre temía.

Apretó sus dientes con fuerza e impotencia de no poder decir nada. Prefirió asentir y sonreír de forma forzosa.

Cuando el timbre se oyó, Sasuke soltó a su gato por el sobresalto y abrió la puerta sin dudarlo.

—¡Hola, Sasuke! Feliz cumpleaños.

Él estaba vestido tan informal y colorido como siempre. Adoraba su forma tan brillante de ser que iluminaba su alrededor

—"Gracias."

Titubeante, abrió la puerta un poco más para dejarlo pasar. Cuando lo hizo, la cerró.

—Tú debes ser Naruto. Un gusto, soy Mikoto.

El rubio le dio un beso en la mejilla y le sonrió. Sin embargo, fue consciente de la mala vibra que esa mujer le transmitió.

—Un placer, señora. Mh... ¡Me han hablado mucho de usted, dattebayo!

—¿Ah, sí? Espero que hayan sido cosas  buenas —quiso bromear —. Regresaré a la cocina. En unos minutos podrán cenar.

—Uhm... ¡Muchas gracias ttebayo!

Naruto vio la silueta de Mikoto desaparecer y supo que era momento de darse la vuelta y volver a compartir contacto visual con Sasuke. Sus manos estaban sudando.

—Toma. Pequeño obsequio por parte mía y de mamá. —Extendió una pequeña cajita forrada en papel de regalo color blanco.

—"Gracias" —expresó Sasuke, tomando su regalo.

Con nervios, Naruto veía a Sasuke desenvolver el papel con una delicadeza propia en él, como si no quisiera dañar nada del regalo, como si cada detalle fuera especial.

El Otro Lado De La Luna |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora