14

1.5K 240 100
                                    

Sasuke aseguraba con certeza que amaba sus clases con Kushina. Ella siempre le explicaba todo con paciencia y lo trataba con confianza, animándolo a seguir y a mejorar.

—Veo que debemos prestarle más atención a matemáticas, eh... —dijo Kushina, sonriendo de medio lado.

—"Realmente soy muy malo con los números."

—Nada que un poco de práctica lo solucione.

Estaban en el comedor de la casa de Sasuke, con varias hojas esparcidas en la mesa. Kushina bebía un café que Sasuke le preparó luego de que le haya dicho que no llegó a desayunar debido a que la alarma no sonó y tuvo que apurarse para llegar.

—Ten, intenta resolver estos cálculos aplicando las propiedades que vimos.

Kushina le entregó una hoja repleta de números, haciendo que Sasuke hiciera un puchero. En todas las otras asignaturas le iba perfectamente bien, su único problema eran las matemáticas. Nunca fue bueno en ellas.

Le tomó más tiempo de lo que le hubiese gustado resolver los cálculos, y se frustró un poco. Mientras Kushina revisaba los resultados de la práctica mientras los corregía, bebió un poco de agua fresca. El calor estaba llegando de a poco, y Sasuke no estaba exactamente feliz por eso.

Adoraba el invierno; estar tapado con miles de sábanas y acurrucarse en busca de calor.

Sasuke apoyó su cabeza en la palma de su mano mientras veía a Kushina. Su rostro era tan parecido a Naruto que nadie podría dudar de su parentesco. Asumiendo que Naruto era rubio, supuso que lo sacó de su padre ya que Kushina tenía el cabello completamente rojo. Imaginó a Naruto pelirrojo y rió inevitablemente.

Aquello atrajo la atención de Kushina, quien lo vio con una ceja alzada y un gesto de diversión en su rostro.

—Vaya, qué bonita se oye tu voz, Sasuke —halagó ella, haciendo que se tape la boca y se sonrojara —. Te veo bastante animado estos días. Con más energía, quiero decir.

En realidad, Sasuke nunca se sintió más normal que durante esos días. No había pastillas de por medio que afecten su forma de actuar ni que absorban sus energías para realizar alguna actividad. Además, supuso que la meditación realmente lo estaba ayudando para concentrarse en el presente y no pensar de más. Aunque a veces le era imposible no hacerlo.

—"Gracias, supongo." —Aún no se acostumbraba al tema de los halagos. Pero agradecía escucharlos, mentalmente. Su autoestima creía y se alimentaba de ellos.

—Y... —carraspeó un poco, mirándolo —Escuché que el otro día saliste con Naruto... ¿Son amigos?

Ante la pregunta, Sasuke pensó seriamente por unos segundos. Naruto lo había llamado amigo frente a Itachi, pero no volvió a intentar comunicarse con él. ¿Eso era algo normal entre amigos? Realmente no lo sabía ya que, dolorosamente, no recordaba cómo era tener uno.

Sin embargo, sí quería pensar en Naruto como alguien cercano a él con el cual contar, aunque no sabía si era recíproco. Muy en el fondo de su mente, deseaba que lo fuera.

—"¿Eso sería algo malo?" —quiso saber. Comenzó a mover su pierna de arriba abajo y rascó un poco su mejilla, jadeando cuando tocó uno de los rasguños que se había hecho anteriormente.

Vio con extrañeza cómo Kushina parecía un poco titubeante al responder, como si no estuviera completamente segura de la pregunta o de cómo responder a ella.

—Quiero decir, no... Naruto es mi hijo, siempre lo voy a amar pase lo que pase, pero... No creo que sea lo mejor para ti, Sasuke.

Él no respondió, permaneció viéndola en busca de una explicación a su comentario, no entendía por qué le decía eso.

El Otro Lado De La Luna |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora