Hoy no he dormido muy bien, el pie cada vez está más hinchado y será mejor que me vea un médico.
Había mucho ruido en la cocina, debía ser Alejandro que se estaría preparando el desayuno.
+Buenos días princesa, ¿cómo has dormido?
-Bueno, no muy bien, creo que voy a acercarme al médico.
+Si estás más segura, vé.
-Me podrías acercar tu?- le dije un poco avergonzada.
+Claro, faltaría más, vistete, te espero abajo.
Me vestí lo más rápido que pude y no desayuné, no tenía hambre, estaba preocupada y quería llegar lo antes posible al hospital.
-¡Ale! Ya estoy lista, vámonos.
Arrancó el coche y nos dirigimos hacia el hospital.
Una vez allí nos hicieron esperar durante una hora y media, yo ya estaba harta
-¿Por qué lo tienen que hacer todo tan complicado?
+Ana, no es eso, es que aquí viene mucha gente y no dan para más
-Si,también es verdad, no lo había pensado.
Alejandro me cogió la mano y me dijo que no me preocupara por nada y que todo saldría bien.
Yo no estaba tan segura de eso.
-Alejandro, ¿puedo contarte una cosa?
+Pues si, claro. ¿Que ocurre?
- Pero antes me tienes que prometer que no de lo contarás a nadie. ¿Prometido?
+Prometido.
- ¿Has escuchado la noticia de que el año pasado, por un bosque de por aquí asesinaron a tres niñas?
+Si, algo había oído hablar.
-Pues una de esas niñas era mi sobrina.
+ ¿Que dices? No estarás hablando en serio.
-Que si, y por eso he venido aquí, porque quiero saber quién fue el asesino que las mató.
+Yo podría ayudarte, pero, la gente habla muy mal de ese bosque y es muy peligroso.
-Si no me quieres ayudar, no lo hagas, ya lo averiguaré yo sola.
+No,no, te ayudaré.
-Vale, pues en cuanto salgamos de aquí tenemos que ir a comisaria a ver si tienen alguna prueba por mínima que sea.
+De acuerdo
Como el pie iba disminuyendo su inflamación poco a poco, decidimos irnos de allí, y si la cosa empeoraba, ya volveríamos.
