❝ Entregar el corazón, eso fue lo que dijo el comandante | Entonces, te entrego mi corazón.. ❠
[⚔️] Libro II
[⚔️] Eren x Lectora
[⚔️] Inicio: 01/05/22
[⚔️] Terminada: 23/11/22
[⚔️] NO permito copias, ni adaptaciones.
[⚔️] Si no es de tu agrado te pi...
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—¡Subanla con cuidado!
La legión había llegado a la muralla, algunos soldados aún subían y para subir a la morena, fueron utilizadas unas poleas.
—¿Cómo está Ymir? ¿Podría decirme cuál es su condición actual? —Preguntó el castaño.
—Se comieron su brazo y pierna derecha y tiene los órganos internos destrozados. —Respondió un soldado. —Alguien normal estaría muerto.
Dijo eso para después irse, el ojiverde tenía su mirada en ella pensativo, hasta que alguien se le acercó.
—Eren. —Se agachó a su altura. Él la miró. —¿Te duele?
—¿Ah, qué? —Cuestionó sin entender.
—Te caíste hace un rato. —Rió levemente.
—¿Me viste? —Se sonrojó avergonzado.
—Si, fue gracioso.. Y eso te pasa por cabezón, te dijeron que no fueras. —Volvió a reír.
—Yo, solo quería ayudar. —Aún apenado miró hacia abajo.
T/n le sonrió y tomó una de sus mejillas para apretarlas, sonrojado más al castaño.
—Mi princeso.
Eren iba a reprochar por el apodo, pero detrás de ellos se escuchaba a alguien quejándose por el esfuerzo que hacía al subir.
—Reiner. —Ambos se levantaron y lo ayudaron a subir.
Pues, el rubio había sido atacado por un titán en la madrugada, por lo que su brazo estaba vendado y tomarse de la muralla para subir hasta ahí había sido un reto.
—Por favor, debe creerme. —Detrás de ellos se escuchaba a una rubia justificando a su amiga morena con la sargento. —Ella luchó contra los titanes para protegernos, podría haber pensado en ella misma y huir, pero, no lo hizo. Es verdad que todas sus decisiones han sido erradas hasta este momento, sabía información muy importante y no la dijo, pero, creo que solo temía por su vida.. Pero, ahora ha cambiado, es una aliada de la humanidad, se lo aseguro.
—Entiendo. —Habló la mujer. —Por supuesto que si está de nuestro lado, me encantaría llevarme bien con ella, no importa su pasado.
La pecosa fue traída en una camilla y dejada en el suelo, ambas caminaron a paso tranquilo hacia ella.
—La información que guarda con ella es un tesoro, sin embargo, aunque tú amiga sea fácil de entender, desgraciadamente la situación del mundo parece ser cada vez más complicada. —La miró. —Entonces.. ¿tu verdadero nombre es Historia Reiss?
—Si, señora, así es.
—¿Eres una Reiss como los de la nobleza? —Cuestionó, la rubiecita miró hacia abajo.
—Es correcto.
—Bueno. —La tomó del hombro. —Mucho gusto, Historia Reiss.