¡Duelo!

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BAKURA

No fue una mala salida, pero me pregunto ¿si sabrá llevar un buen duelo? Aunque me preocupa más otra cosa....

-mi turno- sacó mi carta y la veo fijamente a sus ojos, cuánto había extrañado aquellos ojos miel, aquellos que antes me veían con un brillo y que ahora me ven con enojo y rabia que se sentía diferente. Observe mi carta y no pude no sonreír. -jugaré, con mi jinete sin cabeza! [1450/1700]- vi la expresión que tenía Mana cuando no podía ver a mi jinete, me encanta esta carta por como causa una expresión de terror en mis oponentes y Mana así es muy linda. -ataca- la débil carta de Mana se hizo añicos con un estropicio, vi como Mana dio un paso hacia atrás. Es hora de que me sea útil, torturarla poco a poco y persuadir con mis engaños. -me temo que debes calcular mejor tus movimientos mi querida aprendiz de mago- le dedique una sonrisa al ver como me veia con odio, no cabía duda de que ella se estaba adaptando a las nuevas reglas, su inocencia es tan manipulable.


MANA

Está jugada me tomó por sorpresa, realmente pensé que mi carta boca abajo lo haría dudar.
No pienso que me intimide, se que es capaz de hacerte este duelo en un juego de lo oscuro.


[Siglo VI, Egipto, La Peste]

El pueblo se ha devastado, poco a poco la gente muere por este extraño virus, una enfermedad que hace que la gente se pudra desde dentro. ¿Cuánto tiempo más va a pasar para tu regreso faraón? Es mucho dolor y sufrimiento el que tengo que ver.

Me encuentro en las calles de Egipto, regresando a mi hogar. Ando como voluntaria para ayudar a los enfermos en que se mejoren o que sus últimos momentos sean felices. 

-disculpa, ¿me podrías ayudar con el anciano que está ahí?- la señora que está a cargo de esto, me llama y me señala a un anciano para ayudarlo.

-¡sí!- me tomó de la mano.

-perdón por lo que te pido- me dijo con una sonrisa.

-no se preocupe- me fui con el anciano. -hola, mi nombre es Mana, mucho gusto - le dedico una sonrisa y lo empiezo a revisar.

- ¿ voy a morir no es cierto? - me dijo con una sonrisa, pero una sonrisa de miedo y tristeza

-claro que no, usted va estar bien, muchas personas lo aman están esperando a su pronta recuperación- le dije entre enojada y feliz.

-je creo que tienes razón... eres una jovencita muy buena, muchos de los enfermeros tienen miedo de acercarse a alguno de los enfermos, sobre todo a mi un anciano al que no le ven esperanza. Tu novio es un afortunado - esas palabras me impactaron y no pude sonreír, solo pude agachar la cabeza.

-Creo que sí, pero él se fue hace tiempo y estoy esperando a su regreso - le dije con una sonrisa. De repente le empecé a hablar de él, como era, su forma de ser y varias cosas como esos ojos uva tan peculiares que me encantaban y demás. 

- Realmente suena a que es un gran chico- el señor se recuperaba, sentía como en todos los sentidos se ponía aún mejor.

-¡así es!, y lo esperaré toda mi vida si es necesario- puede que haya estado decaída, pero el anciano hizo que recuperara mi ánimo.

-¿y cuanto tiempo tuviste que esperar?- esa voz se me hizo conocida. -¿cuantas cosas tuviste que pasar para que él regresara?, los cinco milenios que pasaste esperándolo para que él ni siquiera se acordarse de ti, realmente eres patética- cuando me volteé, era Bakura. No puede ser, él no no debería estar en este recuerdo.

Recuperando las memorias del Faraón (Yu-Gi-Oh) Atem x ManaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora