"𝙀𝙡 𝙣𝙞𝙣̃𝙤 𝙘𝙤𝙣 𝙘𝙪𝙚𝙧𝙣𝙤𝙨."

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El pequeño pelopiña estaba sollozando en el pasto de el jardín de recreo de su pequeña escuela, un grupo de niños lo habian molestado y golpeado por sus cuencas extrañas, él no quería ser así, solo quería amigos. Pero Edd y Matt no habían asistido ese día, pues ambos se pegaron la peste y seguramente se quedarian en casa durante semanas.

Siguió sollozando hasta que una sombra se pasó delante de él, tocandole el hombro con delicadeza.

- Thomas mi niño, ¿que te ha sucedido?

Preguntó una señora, tenía sus años, pero aun así era bastante linda, tierna, y amigable.

El pequeño niño levantó la mirada, cayendo a los brazos de la señora que lo cuidaba en la sala de ser molestado por sus compañeros, aunque sin soltar su querido Tommee bear, el osito que le brindaba seguridad y confianza.

- ¡Se-Señoda Smith! ¡E-Elos volviedon a modestadme!

Si bien era un niño ya de ocho años, cuando lloraba no podía hablar correctamente, terminando por hablar como un pequeño niño de cinco años.

La señora acarició el punteagudo cabello del muchacho, soltando un suspiro. Tendría que castigar a esos mocosos malcriados de nuevo, ya era la 4ta vez esta semana.

- Tranquilo cariño, ya pasó..

Trató de calmar al pequeño, pero este seguia hipeando y sollozando, quería a su madre en este momento, quería abrazarla y decirle que unos niños malos lo molestaban.

La señora se levantó, dejando al pequeño sentado en el suelo.

- Iré a llamar a los padres de esos niños, vuelvo en un rato pequeño

Tom asintió con la cabeza, abrazando a su Tommee bear tratando de buscar refugio, quería tirar todo e irse a llorar a su cuarto, quería tener a un amigo con el que jugar, quería que su mamá lo abrazara.

De pronto una sombra más o menos de su tamaño, o un poco más grande, se le acercó con tranquilidad, aunque se le notaba molestia en sus ojos. Se agachó en sus rodillas y miró al pelopiña.

- Hey, ¿Podrías decirme quienes te molestaron?

Preguntó el niño, dejando al de jardinera/overol (?) Algo confundido, el acento tan raro del otro niño lo tomó por sorpresa, y aquellas pausas raras que hacia para formar bien las palabras solo lo dejó más curioso.

- ¿Heh? F-Fue Eduardo y s-su grupito..

Al recordar a esos niños, sus cuenquitas volvieron a llenarse de lágrimas, dejando caer delgadas lágrimas desde sus mejillas hasta su barbilla.

El niño de sudadera roja y negra repitió los nombres en voz baja, revolviendole el cabello al de cuencas y yendose del lugar.

El pequeño quedó confundido, ¿qué se supone que habia sucedido?, esa pregunta se le quedó grabada en la cabeza, dejando de sollozar solo por no estar pendiente a hacerlo.

[...]

Unos.. cuatro minutos pasaron, y unos sonidos raros le hicieron subir la cabeza a ver que provocaba aquellos ruidos.

Sus cuencas se volvieron blancas al observar la respuesta a su pregunta.

El chico que le había preguntado quién eran sus agresores, estaba parado frente a él, con la nariz sangrando, pero sonriendo con total arrogancia.

- Hey niño, ¿Podrías venir conmigo?

Le ofrecio su mano, dejando que el de cuencas sospeche, ¿lo iban a golpear de nuevo y este solo era un plan despiadado para hacerlo ir a un rincon y que lo golpearan nuevamente?

One-Shots TordTom/TomTordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora