One-Shots TordTom/TomTord

"𝙃𝙖𝙥𝙥𝙮 𝙃𝙖𝙡𝙡𝙤𝙬𝙚𝙚𝙣."

Zombie Tord x Tom

Feliz Halloween!

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Todo era relativamente normal, gente terminando de colocar las últimas decoraciones que le faltaban a sus hogares antes de la hora de ir a pedir dulces.

Matt estaba colocándose su traje de vampiro y maquillando su rostro para equilibrar su color de piel, pues seguía siendo parte vampiro y no iba a necesitar ocupar colmillos falsos.

Edd simplemente se vestía con su traje de súper héroe que seguía teniendo desde la última vez que lo utilizó, seguro y se veía increíble luciendo aquello. Y no olvidó a Ringo, a su gatita la vistió con un traje de abejita, aunque le costó pues su gata lo rasguño varias veces.

Y Tom bueno, él solo se colocó un cuchillo falso en la cabeza y un par de gotas falsas de sangre en la cabeza para asustar.

Todo iba perfecto, mientras Edd preparaba todo antes de salir a pedir dulces como los buenos adultos que eran los tres.

- ¿Están todos listos?

Preguntó el castaño colocándole un arnés a Ringo para sacarla a pasear mientras pedían dulces.

- ¡Claro ques si!

- No

Matt respondió alegremente, alzando sus brazos demostrando su emoción. Mientras que Tom solamente respondió negativamente, como siempre.

- ¡Entonces apresuremos el paso! ¡Hay dulces para todos!.. Pero más para mí.

Después de aquella corta plática, el grupo de adultos salieron de su hogar y fueron a pedir dulces casa por casa, caminando con sus calabazas de plástico en la mano para guardar y mantener sus dulces intactos.

Todo era perfecto, risas y plática sin sentido, nada realmente interesante, eso hasta que en un momento, Tom por mera casualidad volteó a ver a un callejón, viendo como un ojo rojo grisáceo estaba mirándolo fijamente.

Se confundió y se quedó quieto, dejando que Edd y Matt se adelantaran mientras él miraba a aquella silueta que solo le permitía ver su ojo rojizo.

- ¿Qué me ves?

Preguntó a la silueta, viendo como este volteaba a ver de lado a lado para asegurarse que no había nadie mirándolos.

- Acércate, por favor.

Pidió una débil voz algo ronca. Claro que Tom no era tonto, era como si quisieran secuestrarlo, y él no se iba a dejar.

- ¿Por qué no primero me dejas verte?

Preguntó amenazante, sacando una botella de licor de quién sabe dónde y abriéndola para poder darle un trago largo, necesitaba terminarla si quería usarla de arma. Y no iba a malgastar alcohol.

- Te vas a asustar.. Y es lo menos que quiero en este momento

Contestó, y tenía razón, si Thomas lo veía en ese momento seguro saldría corriendo y en serio necesitaba la ayuda de alguien. No podía permitirle irse sin haberlo intentado.