One-Shots TordTom/TomTord

"𝙏𝙚 𝙚𝙭𝙩𝙧𝙖𝙣̃𝙤."

Esta wea es cualquier cosa, TomTord, TordTom, cualquier weaa

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Tord se encontraba colocandose su caracteristica sudadera roja, peinando sus desordenados cuernos y colocando sus dos pistolas en su bolsillo, siempre las llevaba consigo, pero hoy tendrían un uso especial.

Salió de su cuarto y cerró la puerta, dejando una pequeña carta en la mesa de la cocina que indicaba las razones de su salida, así que no tendría de que preocuparse.

Tomó el ramo de rosas que había comprado antes, y salió de su hogar, de camino a su destino.

Trató de prepararse mentalmente por lo que estaba a punto de hacer, tan solo era decir un par de palabras y ya esta, no tardaria tanto.

Tan solo esperaba que todo saliera bien.

Tragó en seco, adentrandose en una tienda de licor que estaba cerca. Le compraria un regalo a su pareja, no quería que se molestara con él por ser tan romantico y no haberle traido su vodka favorito.

Se acercó al vendedor, con una sonrisa impecable en su rostro.

- Señor, necesito una botella de smirnoff,de la mejor calidad si es posible.

Pidió, tomando el ramo con una sola mano, y luego con la otra tomar su cartera.

- Por supuesto, ya se lo traigo.

Tord agradeció, apretando un poco el ramo, estaba nervioso. Era difícil prepararse para algo así.

El señor llegó, entregandole una botella que tan solo mirarla te hacía sentir el dolor de desperdiciar tanto dinero en algo tan caro.

El de acento se sintió orgulloso, su pareja estaría feliz de ver su regalo.

- Serian doscientos dolares.

Asintió con la cabeza, sacando dos billetes de a cien dolares y entregandoselos al vendedor. Tomó la botella y se largó de la tienda, esperando no ser una decepcion para su amado.

Emprendio nuevamente su viaje, habían pasado unos.. no lo sé, ¿seis minutos? Desde que salió de su hogar, y su teléfono ya sonaba sin parar, suponia que Edd ya había llegado a casa junto a Matt.

Tomó su celular y lo puso en silencio, no necesitaba y no iba a contestar ni llamadas ni mensajes ahora.

Pasó por un campo floreado, sonriendo de lado al ver unas rosas azules que por los rayos del sol se veian de un azul precioso, le recordaban demasiado a su pareja. No podía esperar por verlo.

Con las mejillas teñidas de un rojizo carmesí, llegó a una colina floreada de diversos colores. Acá se encontrarian.

Sus ojos se cristalizaron al tan solo ver el lugar donde descansaba, su sonrisa impecable se convirtió en una temblorosa, acercándose a paso lento, sus brazos temblaban por el nerviosismo.

- Hey amor.. ¿Cómo has estado?

Preguntó sin recibir respuesta, no le importó, era algo que realmente esperaba totalmente. Se agachó para dejarle la botella de smirnoff a un lado.