[I have this secrets than i can't keep.]

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Dentro de mi corazón siempre eh tenido una enorme e innecesaria cantidad de cosas guardadas. Entre esas cosas secretos.

Secretos que cada ves crecieron más hasta el punto en que fue inevitable para mi seguir guardándolos. Simplemente no pude continuar ocultándolos.

Fue una noche de viernes, una en la que la luna decidió salir pero las estrellas encontraron un lugar para esconderse lejos de nuestra vista. Y en una enorme ventana abierta con linda vista hacia el horizonte y un lugar para sentarse decidimos compartir un cigarro. Había visto ese cielo estrellado por la mitad miles de veces pero por alguna razón, esa noche estaba diferente.

No hablamos los primeros 10 minutos estábamos muy ocupados descifrando lo que sea que la luna quisiera decirnos, al menos yo estaba ocupando en eso, no noté cuando tu mirada se posó en mi y sin aviso leyó mis pensamientos. Soltaste tan repente tus palabras que no las entendí en un inicio.

"No le cuentes tus secretos a la Luna, ya tiene muchos encima de personas que no tienen a nadie más que a ella, tú me tienes a mi".

Tenias razón, te tenía a ti. Entonces dije algunas cosas que jamás diría un lunes pero no importaba porque era viernes y podía decir lo que quisiera decir. Contigo y la luna como testigo saque todos esos secretos que no podía guardar más.

Unos de años. Sentimientos encontrados tan íntimos que ni siquiera en mi mente mencione dos veces -era irónico porque ahora los decía en voz alta y contigo a lado de mi-.

En algún momento pensé que me llamarías loco y darías media vuelta con dirección a la puerta principal para huir de mi antes de que siguiera, pero no fue así. Subiste ambas piernas a la base de la ventana que usábamos como asiento, las pegaste a tu pecho y te abrazaste de ellas solo para poder recargar tu cabeza y abrir los ojos. Escuchaste cada cosa que dije hasta el final, pensaste en que decir por un momento, agradeciste la confianza y comenzamos una agradable platica sobre las cosas que te había dicho.

Más que secretos eran pensamientos soñadores y una que otra confesión. Admitiste que también guardabas los tuyos y me los contaste. Solo la luna escucho nuestra tan intima conversación.

Ambos le agradecimos infinitamente a las estrellas por no aparecer esa noche...

𝑭𝒊𝒓𝒆𝒔𝒊𝒅𝒆 -𝑨𝒍𝒆𝒙 𝑻𝒖𝒓𝒏𝒆𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora