ES MI HERMANA

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Un suspiro sale de los labios de Lucía, sus manos juegan con su cabello mientras vuelve a contar los libros del consultorio de la psicóloga Lilith.

-¿Ha pasado algo últimamente? Parece que no dejas de pensar en algo? - cuestióno la mujer de cabello azulado sentada frente a ella.

Lucía la miro con detenimiento, esa mañana vestía un vestido con escote pero no de forma vulgar como todas las chicas que ha conocido, si no de una forma elegante como alguien que esta apunto de tener una cita o una velada romántica.

Eso le llamó la atención a la Dominicana llevaba 8 años de conocer a la psicóloga, conocia cada arruga de su rostro, su risa, incluso como le gustaba su café. Era una ventaja tener TOC en un grado no tan alarmante pero aún así un poco molesto aveces.

Me enteré de algo hoy - dije con frustración - y algo llamó mi atención - mencioné pensativa.

-¿Que fue eso con es actitud? - preguntó la mujer tomando nota con el bolígrafo rojo.

Ese color no era bueno.

- Una niña, resultó ser mi hermana perdida - exclamó la castaña con los ojos cerrados - tiene una linda risa, todas las tardes desde que llego hace apenas 2 meses sale al jardin y lee un rato hasta que se queda dormida y luego Eda la carga y la lleva a su cuarto.

- ¿Que tiene esa niña que te interese? - otra pregunta salio de la boca de la doctora y Lucía sonrió.

- Tiene ojos muy bonitos color avellana, pelo del color del chocolate, siempre se ríe mientras lee y se mira jodidamente hermosa mientras duerme - relata la Dominicana abriendo los ojos - desde que llegó no me la puedo sacar de la mente, tengo pensamientos raros.

-¿Que tipo de pensamientos? - la doctora miro seriamente a Lucía.

- Quiero besarla - confianza la Dominicana observando sus manos - quiero hacer cosas con ella que no debería, quiero que sea mía y he estado soñando con ella.

- Que pasa en tus sueños? - pregunta la doctora mientras empieza a escribir en la libreta que tiene en sus manos.

- Ella está debajo de mi, gime mi nombre, aveces me pide que pare, pero hay otro sueño - la voz de la Dominicana se escucha cansada - en ese ella esta desnuda bajo las sábanas, esta dormida pero cuando me aserco entiendo que esta muerta y cuando trato de pedir ayuda mis manos se llenan de sangre.

Lucía mira a Lilith ese gesto de preocupación en su rostro y de echo no es para menos. Ellas saben muy bien que pasa cuando la Dominicana tiene esos pensamientos y lo peligroso que es no poder controlarse.

- Desde cuando has empezado a tener estos pensamientos? - pregunto Lilith analizando cada gesto de Lucía.

- hace un mes y 7 días - exclama la latina mientras mira, por la ventana - no quiero que mi madre se entere, quiero a esa niña pero mi madre volvería a llorar, ¿podemos aumentar la dosis de mi medicamento.

Lucía salió del edificio, tenía que llegar a casa a las dos de la tarde pues había prometido ayudar a Luzcon un trabajo de investigación.

En el camino no puedo dejar de pensar en lo que le dijo a Lilith y en su reacción, fue claro que la psicóloga se preocupo, después de todo le había hablado de cómo deseaba tener sexo con su hermana, una niña y adolescente, honestamente a Lucía le importaba un carajos eso.

-! Luz vuelve aquí! - pudo escuchar una voz muy aguda.

Era ella y su amiga alfa que había llegado a leer con ella.

Lucía miro a la chica blight correr tratando de alcanzar a Luz, su esencia lleno sus fosas nasales haciendo que su alfa interno gruñera al percibirlo como una amenaza cuando observó como Luz la abrazo tan efusivamente cuando logro alcanzarla. Quiso hacer asercarse y darle una paliza hasta que se alejara de ella, pero respiro profundo para calmarse.

- Estúpidas hormonas - gruñón por lo bajo cuando su miembro se encendió cuando Luz se aserco a abrazarla quien no noto su reacción porque traía un pans muy olgado.

- Hola pequeña chocolate - dijo revolviendo su cabello, tratando de calmarse nuevamente.

- Vamos a leer la bruja buena azura, nos quieres acompañar - dijo con una sonrisa tan cálida que empeoró su situación.

- Ah, si dame un segundo y en rato las alcanzo - dijo mientras se alejaban corriendo y se fue directamente al baño a arreglar su problema.

"Dios Lucía tienes que controlar te es tu hermana" "hay Luz un día vaz a hacer que pierda la cordura".

inocensia robadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora