AYUDAME A DECIDIR PARTE 2

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Lamento mucho la tardanza, estoy corta de inspiración para continuar con estas historias la verdad, pero no se preocupen, no los abandonaré, pero si me demorare en actualizar.

Muchas gracias por sucomprensión y sin más comenzamos.

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El constante tic tac del reloj era lo único que se escuchaba en esa habitación, todo estaba en penumbras, y enterrado entre las sábanas se encontraba Damian, quien se escondía tratado de no enfrentar su realidad, con las manos tapando sus oídos en un vano intento de callar las voces que lo atormentaba.

Después de ver a la bebé, Damian no podía permanecer en la misma habitación que ella, su mente le recordaba constantemente su pecado y solo deseaba desaparecer. Esto no era más que una cruel broma del destino.

Sabía que estaba mal, que necesitaba ayuda, su cordura se desvanecía y en cualquier momento cometería una locura. Pero se niega a recibirla, se negaba a expresar su dolor.

Los años de adiestramiento de la Liga de Asesinos para nunca mostrar debilidad y tragarse todos sus problemas seguían presentes haciéndole daño y los años vividos con su padre tampoco le fueron de mucha ayuda. La única manera que conocía para apaciguar la presión sobre su pecho era matando o golpeando criminales o destruyendo cosas. La primera por obvias razones no podía, varias veces intentaba convencerse así mismo de olvidar el maldito código moral de su padre. "Qué más da si les demuestro al asesino que soy" sin embargo la maldita frase "Justicia, no venganza" hacía eco en su cabeza, taladrando en su cerebro e impidiendo que volviera a ese camino de oscuridad y muerte. "Maldita sea Batman" maldecía.

Golpear a los criminales ya no le daba tanto placer como antes, bueno, eso se debe que ahora los dejaba rápidamente inconsciente porque no quería pasar mucho tiempo con los miembros del clan que se empeñaban en acercársele. Destruir cosas, ya lo hizo con la pequeña casa de Bryanna en Gotham y no ayudo mucho.

No sabía cómo exteriorizar sus sentimientos ni dejarlo salir para quitarse el peso sobre sus hombros.

Tal vez volver a emborracharse no sea mala idea, después de todo le ayudo a mantener su cabeza en blanco por unas horas, aunque despertara con resaca. O quizás vaya a un bar solo para encontrarse con una chica linda para llevársela a la cama, no estaba muy convencido de esto último, pero ya lo hizo con Rose, una vez más no haría diferencia. "¿Debería llamarla para tener un acostón?" se preguntó, hacerlo con alguien conocido le parecía más cómodo, a pesar de que se tratase de la hija de uno de sus enemigos, después de todo él nunca había coqueteado o seducido, tenía nula experiencia en eso, pero Rose si la tenía por lo que sería más fácil dejarse llevar e ir aprendiendo. "Cierto no tengo su número" recordó.

Dio un suspiro y se levantó de la cama, por casualidad su mano toco el cuaderno que le dejaron como herencia, fue lo único que se permitió conservar cerca. Abrió el diario, y observo detenidamente el contenido, no había mucho que le diera una pista, salvo por las figuras que adornaban las esquinas de las hojas.

-Esto es... -agudizo la vista y el garabato cobro sentido- griego - busco en su bolsillo el pequeño recipiente de aluminio, ahora tenía sentido porque Bryanna se lo dio antes de morir.

Fue directamente al baño y separo el líquido verde en dos recipientes para no consumirlo todo en el acto. Vertió agua en el que tenía menor contenido y de inmediato y de manera feroz el fuego verdoso hizo aparición.

Apago la luz y acerco el cuaderno al fuego, fue entonces que las palabras aparecían ante la luz del fuego griego. Sin perder el tiempo Damian empezó a leer el contenido, en el idioma que había inventado de pequeño.

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