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—¡Jihoonnie!

La voz cantarina era suave y dulce y Jihoon ya sabía por dónde venía, pero no giró, mantuvo su caminata sin girar sobre sus pies, con el rostro recto mientras pensaba en las clases que aún le faltaba atender. Y solo hasta que sintió sus brazos rodeándolo reconoció su presencia, pero no lo miró, ni siquiera cuando se apartó al recibir un beso en la mejilla.

Soonyoung era su novio. Era su pareja desde casi un año y habían pasado buena parte de su vida universitaria juntos, porque estaban en la misma universidad y solían encontrarse entre clases, y compartieron algunas en el pasado, así que la cercanía fue inevitable, y el hecho de que Soonyoung lo quisiera hizo que la relación se formara. Jihoon también lo quería, pero él no demostraba sus sentimientos saltando de un lado a otro y dando besos en público. Él nunca fue así.

—Toma.— Le dio la caja del almuerzo que cocinó para él y Soonyoung lo tomó con una gran sonrisa guardándola entre sus cosas. —Mis clases terminan a las tres, ven por mi a esa hora.

—¿para llevarte a tu casa o a nuestro departamento?

Hizo una pequeña mueca ante el "nuestro" porque no era "su" departamento, era el de Soonyoung, solo el de Soonyoung, pero este se la pasaba insistiendo en que deberían empezar a vivir juntos, pero Jihoon no estaba interesado en vivir con alguien nuevamente, ya había pasado por esa experiencia y las cosas no habían salido bien. Prefería vivir en la casa de sus padres, porque todo allí era más tranquilo y de cualquier forma ellos no se quejaban de su estadía. Así que no era el departamento de ambos, era solo de Soonyoung.

—A mi casa. Tengo que hacer tarea.

—¿Por qué no llevas tus cosas al departamento y la haces allí?

—Porque eres ruidoso.

En realidad era porque cuando estaba con él jamás podía concentrarse. Le encantaba mirarlo, le encantaba escucharlo quejarse y verlo hacer berrinches, por eso se la pasaba más tiempo prestándole atención a Soonyoung que haciendo su aburrida tarea. Pero algo dentro de él se negaba a decir la verdad. Soonyoung hizo un pequeño puchero y Jihoon lo miró deseando darle un pequeño beso sobre los labios abultados, pero no lo hizo. Esperaría hasta que fuera Soonyoung quien se lo diera.

—¿entonces solo te llevo a tu casa y te dejo?

—Sí.

El rostro que hubo despues, la expresión, fue diferente a otras veces, algo negativo y oscuro saliendo de los ojos rasgados de su novio, un sentimiento que no pudo descifrar pero que de cualquier forma lo congeló un segundo ¿estaba molesto? Soonyoung casi nunca se molestaba con él, siempre era amable y paciente, entendía lo que Jihoon quería decir aunque lo dijera de la peor forma. Ellos encajaban bien, Soonyoung lo entendía bastante bien, por eso Jihoon siempre se sentía cómodo y relajado a su alrededor, pero esta vez se sintió distinto.

—Tengo mi clase ahora, me voy.

Soonyoung le dio una palmada en el hombro y se alejó con dos largos pasos, y Jihoon no pasó por alto el detalle.

—Soon.

Su pareja giró al escucharlo y sus ojos rasgados se abrieron con sorpresa, y esperó a que Jihoon dijera algo, pero no hubo palabras. No dijo nada porque Soonyoung lo entendió de inmediato. Entonces regresó con una sonrisa y un trote feliz solo para darle un beso. Fue un beso pequeño que siempre le daba cuando tenían que despedirse, algo que Jihoon no pedía, pero que siempre pasaba, por eso era raro que esta vez no fuera igual. Aun así, cuando Soonyoung lo besó Jihoon se quedó callado y lo dejó ir.

—¡Te quiero!— Gritó Soon por ultimo.

Sonrió cuando se fue sintiendo sus labios hormiguear. Ya no era tan joven como para sentir las dichosas mariposas en el estómago, estaba más cerca de una vida laboral que de un amor adolescente, pero aun así se sentía bien. No era como el enamoramiento, era simplemente amor, sin molestas etapas o algo así, era un amor cómodo, un amor donde Soonyoung sabía lo que sentía y lo que pensaba sin que Jihoon tuviera que decirlo, un amor que los hacía tener una pequeña rutina y que ahora era tan normal en sus vidas que no estorbaba. O no del todo.

Pasando esa incomoda etapa de conocerse, de gustarse, de quererse, de acoplarse el uno al otro, de darse besos torpes y de acostarse por primera vez, pasando de todo eso por fin estaba el amor que era parte de ellos. A Jihoon le gustaba, si era una constante en su vida era cómodo, si ya no tenía que hacer nada más que disfrutarlo entonces le gustaba más.

Pequeñas cosas como darle el almuerzo todos los días o decirle a que hora llegar por él para llevarlo a cualquier lugar en su coche lo hacían feliz. Y allí estaba otra razón para no irse a vivir juntos. Si vivían juntos tendrían que empezar de cero, tendrían que acoplarse el uno al otro, acoplar sus horarios, mover sus cosas y cambias la cotidianidad. Tendrían que aprender más sobre el otro, y aprender a vivir lado a lado. Era demasiado tedioso, y ellos estaban bien de esa forma. Era perfecto como estaba.

Era cómodo.


(No)Unilateral [SoonHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora