Cap. 5 En la cara no.

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—Noooo, paraaa... ni se te ocurra... en la cara no.

—Estoy jugando limpio, TTU EMPEZASTE Y AHORA ES MI TURNO— Grito para que me escuche.

Tomo un poco de nieve y la lanzo.

—Aaaah..... oye espe... — la nieve cae en su cara antes de que termine de hablar.

No puedo respirar de tanto reírme.

Ale viene corriendo con su mano escondida en su espalda.

—Eso es trampa, ¿Qué tienes en la mano? —quiero retroceder, pero la nieve me hace resbalar y caigo de nalgas.

Ale se acerca a mí con esa sonrisa tan única, se sube encima de mí, me deja un beso en la nariz y llena mi cara de nieve.

—Detente, NOOOOOO, ESTÁ FRIAA.

—No me digas, pensé que estaba caliente.

Le saco la lengua y pongo mis ojos en blanco.

—Ven entremos, no quiero coger un resfriado. —Dice Ale estirando su mano para ayudar a parame.

—Tu no coges el resfriado, el resfriado te coge — le respondo guiñándole un ojo.  

Después de tomar un baño caliente me pongo una bata y me tiro en la cama bocarriba.

—La chimenea lo hace más romántico.

Ale me observa de la puerta del baño envuelta con una toalla. Camina hacia el sofá cerca a la chimenea, se sienta, destapa el vino que se encuentra en una pequeña mesa a su costado y lo sirve en las dos copas que están ahí mismo.

Me levanto de la cama, me acercó a ella y me ciento en sus piernas, Ale me pasa la copa de vino, doy vueltas a la copa acerco mi nariz al vino y deleito su olor —Exquisito. — acerco la copa a mis labios e intencionalmente dejo caer un poco de vino por mi cuello.

—Ups.

Las mejillas de Ale se sonrojan, sus pupilas se dilatan y deja escapar una sonrisa provocativa.

—Pero señorita Cristina que acaba de hacer, déjame limpiarla.

Acerca su boca a mi cuello y con su lengua lame suavemente, con su mano desata mi bata y destapa mis pechos.

Me paro con la copa de vino en la mano, la termino de un trago, me desato la tira de la bata, provocativamente me quito la bata y la dejo caer al suelo.

Me encanta como Ale observa cada parte de mi cuerpo, devorándome con los ojos. Muerde sus labios, se para y se abalanza contra mis labios, como si no hubiera comido en meses y yo fuera su presa.

Su boca sabe a vino y me embriago con cada probada que doy. Le saco la toalla y la dejo caer al piso.

La tumbo en la cama, agarro la tira de mi bata, ato sus manos y las amarro a la cabecera de la cama.

Abro el cajón de la mesita de noche, saco un antifaz, se lo pongo dejándole un beso en el mentón también y también saco un vibrador.

Me subo a la cama, abro sus piernas, empiezo besando sus labios, mordiéndolos con suavidad, bajo a su cuello, mi lengua se encarga de lamerlo y dejar pequeños chupetones, llego a sus pechos, los muerdo y los chupo con agilidad y delicadeza, Ale no deja de retorcerse y gemir.

—Tranquila nena, todavía no empiezo con lo divertido —le susurro al oído.

Bajo a su intimidad y doy suaves lamidas, empiezo jugando con sus labios mayores y menores, siento como la respiración de Ale se entre corta y continuo con lo mío.

—Mierda Cristina, no me hagas esto — dice Ale queriendo desatarse del amarre.

—¿Qué es lo que quiere señorita Alessandra? —Me encanta provocarla y que me suplique que la folle.

—Follamee por favor te lo ruego

La tomo de las piernas y empiezo a comérmela.

Mi lengua se mueve salvajemente en su clítoris, su cuerpo se retuerce, sus manos amarradas le impiden tomarme del pelo como se que a ella le gusta. Me encanta restringirla y saber que yo estoy al control de la situación-

Todo en ella es tan exquisito, lamo y trago cotos sus jugos mientras ella disfruta de tanto placer.

Quien diría que de ser las peores enemigas seriamos las amantes perfectas. 

Como todos dicen los opuestos se atraen.

—Cristinaaaa....... ya noo.....oo puedo maaaaaa....s

Le sujeto de las piernas agarro el vibrador lo enciendo y con brusquedad lo introduzco, el vibrador se mueve en su interior mientras yo con mi boca chupo y lamo su clítoris.

Observo como su respiración se acelera más, se muerde los labios, sus manos estiran la cuerda improvisada que hice con la tira de la bata,  busca escapatoria, su cuerpo tiembla de tanta excitación, contiene el aire, su cuerpo se pone tenso y se corre.

El vibrador sigue en su interior y su cuerpo no deja de tener espasmos.

La beso en la boca y se desquita con mis labios, me muerde, lame, los chupa y juega con ellos, bajo mi manos a su clítoris y hago movimientos suaves y delicados.

Me separo de ella, beso su cuello, lamo sus pechos; los chupo; los muerdo, agarro el vibrador y juego, metiéndolo y sacándolo.

—Coñoo, virgen santísima... Cris....  noo... pares aaaahhhh....... Mmmmmmm.....

La reacción de su cuerpo con mis movimientos me vuelve loca y puedo sentir lo húmeda que estoy al solo escuchar sus gritos.

Una corriente recorre por el cuerpo de Alejandra, su cuerpo se tensa nuevamente, quiebra su espalda de la excitación y se corre en mis manos.

Los espasmos de su cuerpo me causan gracia y al saber que los provoque yo me excitan.

Pongo mis manos en sus piernas y con cuidado retiro el consolador, mi lengua lame sus fluidos y para terminar le doy un beso profundo y apasionados.

La desato y observo como sus muñecas están rojas de los movimientos bruscos que hizo.

—¿Estas bien? — pregunto acariciando sus manos.

—Si, no te preocupes lo compensa lo que acabas de hacer.

Le doy un beso en las muñecas y dejo uno es sus hermosos labios hinchados de tanto besarnos. 

—Bueno ahora es tu turno de ver las estrellas — dice Alessandra guiñándome un ojo y mordiéndose provocativamente  el labio.


***

Su placer es mi placer.

Espero me dediquen una... y no hablo de canciones.

Los amo, gracias por leer.

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