Cap. 7. Labios sabor a cereza

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—Oyee, no me toques puedo caminar sola, nostoy muy ebria.

—Okay, pero cuidado  — saco mi celular y pido un Uber.

Justo cuando termino de hablar tropieza con una lata de cerveza y cae de nalgas.

—Ayy...  Auch.

Suelto una carcajada y recuerdo lo torpe que se pone Ruby cuando toma.

—Oiiieeee, no te ríaas, nuueeess graacioso — Dice Ruby  arrastrando las palabras y haciendo un puchero con cara de molesta.

La ayudo a levantarse y la siento en un banco que esta cerca.

—Te dije que tuvieras cuidado. —le reprocho.

—Ti diji qui tiviiris ciididi — repite lo que dije — no miraas quesstoy ebria y el piso da vueeltas.

Paso mi mano por mi cara como señal de derrota.

Llega el Uber, ayudo a subir a Ruby y luego subo. Ella se recuesta en mi falda, acomodo su pelo, paso mis dedos por su piel suave, mi mirada se fija en sus labios, paso mis dedos sobre ellos y Ruby se retuerce, abre los ojos y me mira fijamente, me hago la que no paso nada y vuelve a cerrar los ojos.

Despierto Ruby que al parecer esta un poco más consciente y bajamos del Uber, entramos al edificio y subimos al elevador, observo a Ruby apoyada en la pared del elevador tiene el seño fruncido y los ojos molestos.

Salimos del elevador, abro la puerta del apartamento compartido que tenemos entre 3 amigos más, paso primero y luego Ruby, trato de cerrarla despacio para no despertar a los demás y Ruby agarra la manija de la puerta, se me queda mirando un rato, sus ojos se oscurecen como si estuviese a punto de cometer un crimen y la cierra bruscamente.

—Eyyy, estas bien? — la miro con cara confundida.

—Se lo que hiciste en el uber.

La miro confundida y ciento mis mejillas en llamas.

—¿De qué hablas?— me hago la confundida.

—No me mientas señorita, aparte de pésima mentirosa tus mejillas te delataron.

Trago saliva y bajo la vista.

Que difícil me la pusiste mujer, Ruby me encanta desde que la escuche preguntar por el alquiler del cuarto por llamada, la cual fue hace casi dos años.

—Aya, si es que estoy ebria — fue lo primero que dije al tomar conciencia del silencio.

Ruby suelta una risa de decepción.

—Zoe tu no bebes.

—Sii si tome, Tamara me hizo tomar un poco —definitivamente la cague — bueno me tengo que ira a dormir — trato de escapar.

Abro la puerta de mi cuarto, entro y cuando estoy a punto de cerrar la puerta la mano de Ruby aparece, abre la puerta y pasa.

La luz está apagada y el interruptor está en la espalda de Ruby, siento el cuerpo de Ruby acercarse.

—He querido hacer esto desde hace tiempo — la escucho decir en mi oído— no sabia como reaccionarias, así que me rendí, pero con lo que paso en el taxi no hay duda que tu también lo quieres. 

Me toma de la cintura con una mano y con la otra aparta un mechón de pelo de mi cara, se acerca y siento su respiración junto a la mía.

—¿Te puedo besar? —escucho un susurro. 

—Que estúpida pregunta — le respondo, la tomo del cuello y me acerco a sus labios.

Sus labios saben a cereza y a la vez a alcohol. 

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