Malas decisiones.

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Ambos se encaminaron a las minas, Quackity iba saltando y cantando, mientras Luzu admiraba los cantos del menor.

- LUSUU, ¿qué opinas de mi canción?

- Me parece una mierda. - Dijo Luzu sarcásticamente.

- Oye, ¡tampoco tienes que ser un grosero de primera! - Dijo Quackity

- Era sarcasmo Quacks...

- S-si, lo sabía siempre... MIRA LUSUU, LLEGAMOS A LAS MINAS

- Es cierto, deberíamos de entrar antes de que se haga más tarde.

- ¿Y qué tiene que se haga más tarde? De todos modos está aquí mi caballero de brillante armadura para protegerme, ¿no es así? - Dijo el menor en un tono conqueto.

A Luzu se le notó un ligero sonrojo - Jajaja, claro que sí...- Dijo mientras trataba de disimular su nerviosismo.

Dejando las tonterías por un lado, se adentraron en las minas.

- Y dime Quackity, ¿qué es lo que estás buscando?

- Verás, ¿recuerdas la vez que me encontraste en las minas? Pues esa vez no encontré lo que buscaba porque me la pasé todo el tiempo escondido. - Dijo Quackity bastante apenado.

- Ay Quacks, me hubieras dicho esa vez y nos hubieramos quedado más tiempo para buscar eso que necesitas, y a todo esto, ¿que necesitas?

- Te necesito a ti.

- ¿Disculpa?

- QUE NECESITO DIAMANTES, JAJAJAJAJA la alergia a veces me pega muy fuerte.

- Jajajajaj está bien, pero si necesitas diamantes deberíamos de adentrarnos más en la mina.

Mientras Luzu y Quackity buscaban diamantes, Rubius y Vegetta se encontraban caminando por el bosque.

- Es que tú no lo entiendes Vegetta, no sabes lo mucho que me preocupa Quackity. Saber que está por ahí con Luzu me pone de un muy mal humor.

- Luzu con Quackity, pensé que se odiaban, después de lo qué pasó el otro día no tenía ni la menor idea de que Quackity lo fuera a perdonar.

- Vegetta, ya sabes cómo es Quackity, él perdona a todos sin importar la gravedad de lo que hayan hecho.

- Pero según yo, Luzu odia a Quackity...

- Por eso mismo no quiero que esté con él, presiento que le va a hacer un daño muy grande, yo no quiero eso.

- ¿Estás preocupado por Quackity o sólo estás celoso de Luzu?

- ¿Yo? ¿Celoso de Luzu? ¿De ese emo sin vida social? Claro que no, ¿por qué lo estaría?

-Quizás porque te está quitando a un amigo del cuál aprovechabas su inocencia para desahogarte con él haciendo esas "bromas" tan crueles.

- JAJAJAJAJ ¿BROMAS CRUELES? Claro que no, el daño emocional que le puede dejar Luzu es terrible, yo no quiero eso para Quackity.

- Como digas Rubius, mira, Quackity tampoco es un niño pequeño, se sabe defender, no creo que se deje tan fácilmente, tú despreocúpate y sigamos caminando, ¿vale?

- Vale...

Volviendo con Luzu y Quackity, ellos se encontraban ya muy al fondo de la mina.

- Wow, Lusu, ¿puedes creer lo profunda que es esta mina?

- Es bastante profunda, tanto que no se escucharía ningún tipo de grito por ayuda.

- Lusu... ¿que quieres decir con eso?

- Que hay que cuidarnos de cualquier cosa, si uno de nosotros sale dañado de esto no podrían escucharnos, y menos si es a los dos.

- Que alivio, ya pensaba que me ibas a hacer algo malo...

- No te preocupes, no sería capaz ni de tocarte.

- LUSUU, ¿por qué eres tan malo conmigo? - Sollozó el menor.

- Era una broma Quacks - Le dijo Luzu mientras le daba unas palmaditas en la cabeza al antes mencionado.

- Ya lo sabía Lusulindo.

- ¿Eh? - Exclamó Luzu mientras se ponía cada vez más rojo.

- ¿Qué pasa? ¿Te puse nervioso? ¿Puse nervioso al gran Luzu, la persona más fría y sin sentimientos de todo Karmaland? - Dijo el menor en un tono Burlón.

- Nadie me llama así, Quackity. - Dijo mientras se encerraba dentro del gorro de su sudadera.

- JAJAJA tranquilo lusuu, mejor hay que ponernos a minar, ¿te parece?

- Me parece bien. - Dijo el mayor.

Todo el día mientras estuvieron minando, Luzu no dejaba de pensar en aquello que dijo Quackity "lisulindo" era lo más tonto y lindo que había escuchado, tonto porque es un apodo horrible y lindo porque se lo había dicho Quackity, no sabía ni que decir al respecto, trataba de concentrarse, pero cada vez que veía a Quackity se le venía esa palabra a la mente "lusulindo".

Ya bastante nervioso por aquel apodo que le había dado el menor, no sabía ni que hacer, quería abrazarlo y no soltarlo, pero sabía que si lo hacía algo malo iba a pasar, no quería ni averiguarlo, todo el tiempo se estuvo controlando las ganas de saber cómo sería abrazar a Quackity...

Un rato después empezaron a escuchar pasos y más pasos, no sabían de donde provenían pues ya había muchos caminos.

- Lusu.. ¿que hacemos?

- No lo sé, Quackity, no logro distinguir lo que es, ni cuantos son, ni por donde vienen, lo mejor sería esperar a que se escuche más cerca.

- ¿Pero y si es algo malo y me ataca? O peor aún, que te ataquen a ti. No quiero perderte, no después de que me hayas llamado amigo, quiero seguir siendo tu amigo, quiero estar a tu lado y hacer muchas más cosas, disfrutar los días y divertirnos juntos, no quiero que te vayas, tampoco me quiero ir yo, no quiero dejar todo esto, lo que soy, lo que somos. - Quackity ya había empezado a llorar.

Luzu no sabía que hacer, con el menor alterado y con los pasos cada vez más cerca, se estaba volviendo loco.

- ¿QUACKITY PODRÍAS CALLARTE?, CARAJO - Gritó Luzu.

Quackity no supo ni como reaccionar, Luzu le había gritado por primera vez ¿que de supone que hacía? ¿Llorar, pedir perdón, salir corriendo o solo callarse cómo su mayor lo había pedido?

Por impulso, Quackity salió corriendo.

- ¡Ahora te vas y me dejas aquí! Genial, que gran amigo eres Quackity, vete, está bien, no me importa ni me importas. - Gritó Luzu bastante molesto.

Quackity solo siguió corriendo hasta que encontró la salida, al ver que ya había salido de la mina fue y se sentó atrás de un árbol a llorar, no sabía si esperar a Luzu o irse, sólo quería llorar hasta quedarse dormido, como siempre lo hacía.

Luckity-Los que se pelean se amanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora